miércoles, 11 de septiembre de 2013

VIENA EN EL RECUERDO.

Viena fue otra de las capitales europeas que visitamos en aquella época en que decidimos hacer vacaciones culturales, decisión que siempre agradeceré a mi hija, ya que hoy no sé si hubiéramos podido hacerlo.
El recuerdo que tengo de Viena es, ante todo, el de una ciudad  a lo grande, de enormes edificios, de gentes amables pero lo justo, cosmopolita, de rincones que nos recuerdan constantemente su gusto por la cultura...Una ciudad imperial.
Los principales edificios se levantan a lo largo de la Ringstrasse, la principal avenida de la ciudad, por lo cual casi todo está fácil de visitar. Lo primero que vimos, tras instalarnos en el hotel, fue
el edificio de la Ópera (foto de arriba), con  muchas calesas paseando por delante. El edificio era espectacular. No habíamos hecho más que empezar a ver edificios soberbios.





Escalinata de entrada a la Ópera, impresionante!!!





El Palacio Imperial de Hofburg, residencia de la realeza y de los emperadores austriacos y actualmente residencia de invierno del presidente de la República, es el palacio más grande  de la ciudad. En realidad, con el tiempo se ha ido ampliando convirtiéndose en un conjunto de edificios con 2600 estancias repartidas en 18 alas, que albergan, además de los apartamentos imperiales y de la oficina del presidente, el museo de Sissi, la Biblioteca Nacional, la Cámara del Tesoro, ...  
Uno de los edificios que forman este gran "complejo" es el  Palacio de los Hasburg o Neue Burg:

                                                                                                        Esta es la fachada de la Michaelertrakt, otro de los edificios del conjunto, desde la plaza del mismo nombre, coronada por una imponente cúpula.                                                                     

                                                                                                         La espectacular cúpula, vista desde dentro.     








Fachada posterior del Neue Burg.









Al lado está el Burggarten, jardín de estilo inglés, con el monumento a Mozart.








También estuvimos en el Stadpark con el  monumento a Strauss, el más fotografiado de Viena (no íbamos a ser nosotros menos). La figura es de bronce con baño dorado y el altorrelieve semicircular en mármol.

Justo al lado del Neue Burg están los museos de Historia Natural y el de Historia del Arte: El de Historia Natural es muy apropiado para ver con niños, alucinarán en la sala de tiburones y dinosaurios. 


Los dos museos están separados por la estatua de María Teresa de Austria con sus generales, sus consejeros y Mozart representado de niño.







Un poco más lejos, al otro lado del Ring, está la Academia de Bellas Artes y su monumento al poeta alemán Schiller.









También visitamos la Catedral de San Esteban o Stephansdom con la steffl o torre-aguja, de 137 m de alto y subimos por ella hasta el mirador desde el que se podía ver la ciudad y el tejado de azulejos:









Ayuntamiento de Viena de estilo gótico.










Frente al nuevo Ayuntamiento está el Teatro Imperial, el Burgtheater, el mayor teatro de habla alemana, en cuyo interior destacan las escaleras de honor.






La considerada mejor iglesia barroca de Viena, la iglesia de San Carlos Borromeo (Karlskirche), en la Karlsplatz.








Mención aparte merecen los palacios Belbedere y Schönbrunn, por sus preciosos jardines. Me encantaron.
Algunos rincones del Palacio Schönbrunn, residencia de verano del presidente de la República:



Jardines del Palacio Schönbrunn, con la glorieta al fondo, desde donde las vistas son maravillosas.







Casa de las Palmeras, con plantas de las selvas tropicales de todos los continentes, repartidas en tres zonas climatológicas.









Museo de las Carrozas, con una de las mejores colecciones de vehículos históricos del mundo.






Zoológico de Viena, también en el recinto de Schönbrunn, el zoo más antiguo del mundo.





Palacio Belvedere que en realidad son dos palacios barrocos  (alto y bajo), rodeados de amplios jardines de estilo francés:




También tuvimos nuestro momento romántico, junto al Danubio.







Tomamos nuestro café vienés en el famoso Café Central y saludamos al "cliente fiel", con su bigotazo tipo morsa y, sí, tomamos cerveza alemana. En algún sitio te regalaban las jarras. Todavía conservo alguna.




En fín, numerosos sitios que visitar, pilas de fotos,..., he disfrutado mucho recordando e intentando situar todos aquellos rincones en el mapa turístico de Viena, que algunos ya no recordaba, pero para eso está Internet.
Animaros, yo volvería mañana.

4 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho verlo y veros tan jóvenes, sobre todo a Elia pues las cosas se van olvidando y como no soy muy aficionada a ver fotos pues me sorprende cuando, de repente, las veo.

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    1. Tampoco hace tanto! jajaja. Y, además, casi no se nota. Me alegro que te haya gustado recordar. Gracias

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  2. Ya ya... tan jóvenes y alguna tan desfavorecida!!! Pero parece ser que es como el buen vino... mejora con los años!!!!! Con estos post de viajes... dan ganas de volver otra vez!!!!!!!!

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    1. Vale!!! A ti se te nota más, pero maja, todos hemos pasado por esto. Pero se acaba, llega el momento en que empiezas a pensar que el vino ya empieza a perder. jajaja. A mí también me dan muchas ganas de volver, así que cuando quieras.

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