viernes, 24 de abril de 2015

CUEVA DE POZALAGUA

Teníamos pendiente visitar la cueva de Pozalagua en el valle de Carranza, (País Vasco, pero muy cerca de Cantabria), desde hace bastantes años, concretamente desde 2009 (de memoria no andamos mal, jajaja), año en que un grupo de 7 + Joy, hicimos una ruta hasta el Picón del Carlista. Desde el pico se ve, hacia la parte vasca, la entrada a la cueva y pensamos que había que verla. Y allá que nos fuimos, porque ¿para qué dejar para mañana lo que podemos hacer hoy?
Con los GPS y los Maps de Google no hay ningún problema para llegar, está muy bien señalizado y se aparca justo al lado de la entrada. Yo llamé antes de ir por si había que reservar hora, pero me dijeron que no, a no ser que fuéramos un grupo de 10 o más. Llegamos a las 13:10, sacamos la entrada (7 €/adulto) y entramos a las 13:30. Nos juntamos un grupo de unas 20 personas. Lo primero se bajan unas escaleras y después se anda toda la cueva por una pasarela metálica, todo ello apto para discapacitados.


Lo peor de todo es que no se pueden sacar fotos en el interior. Me hubiera vuelto loca, porque qué maravilla!!! 
La entrada de la cueva está a unos 500 m. sobre el nivel del mar y es una gran sala de 125 m. de largo, 70 m. de ancho y 12 m. de altura máxima.
La cueva tiene su historia negra: fue descubierta por casualidad tras una voladura en la explotación minera de las Peñas de Ranero , en los aledaños, en 1957. Cuando se decidió cerrar la mina para no seguir dañando la riqueza de la cueva, los obreros, ofuscados por perder su trabajo, pusieron una carga más potente de lo normal a la entrada consiguiendo que el interior sufriera daños terribles, se pueden ver durante la visita. La concesión se mantuvo hasta 1976 y la cueva se abrió al público en 1991.


La visita es guiada y dura 1 hora escasa. Lo que tiene de especial esta cueva son las excéntricas, una variedad más de las formaciones por depósito de minerales en las cavidades o cuevas, como las estalactitas o las estalagmitas, que también existen en la cueva. Todos entendemos como se forman estas últimas, pero las excéntricas es más difícil de comprender. Pero, tranquilos, no sólo para nosotros, también los expertos tienen sus dudas y tras varias hipótesis desechadas parece que la capilaridad (aquello de que si mojamos el bajo del pantalón, al cabo de un tiempo la humedad te llega a las rodillas, jajaja) y los ejes de cristalización parecen ganar terreno. Es una cueva viva, se cree que las formaciones crecen 1 cm. cada 100 años, por lo cual es muy importante no tocar.

Aquí también podemos dejar volar nuestra imaginación. Yo vi brujas y enanos!!!

La temperatura dentro de la cueva es constante, de 13º C. y la humedad ronda el 100% por lo que hay que llevar ropa de abrigo.

De cualquier forma, el resultado es espectacular (como no podía hacer fotos dentro, hice alguna en los carteles informativos de fuera, aunque no reflejan, ni con mucho, lo que podemos ver dentro, la verdad).


Esta otra foto, cogida de la página de Petronor, refleja un poco más fielmente la realidad. Una maravilla.


Durante la visita se llega a lo que llaman Sala Versalles, que reune la mayor cantidad de excéntricas, donde había un lago, hoy prácticamente seco.

Desde ahí, si abrieran un paso, nos encontraríamos con la sima o torca del Carlista, cuya entrada se encuentra por arriba, por el Picón del Carlista. Esta sima tiene una gran sala, la más grande de Europa y la quinta del mundo, de 500 m. de longitud, 230 m. de anchura y 125 m. de altura. Se requieren conocimientos y medios para bajar, tiene 92 m. de caída libre.
Lo que en su tiempo fue la mina de calamina, hoy han hecho una especie de anfiteatro donde, en verano, se celebran conciertos, la acústica es perfecta.

Los cortes en las paredes parecen de mármol, pero sólo es piedra caliza cortada con hilo de diamante que le da ese aspecto. Subiendo por la parte de atrás de las gradas se llega a una especie de plataforma, muy frecuentada por las cabras, por cierto, desde donde se tiene una vista espectacular de la entrada por detrás (no son tontas ellas...). Desde ahí tomé la foto del principio.  

En resumen, no dudéis en ir a verla si tenéis oportunidad. A mi marido le gustó más la del Soplao, yo recuerdo que aquella me maravilló pero esta también.

2 comentarios:

  1. Soy vasco de la parte Este... y no conocía este sitio. Tengo que ir.

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  2. Qué fotos más bonitas y qué bonito paisaje!!

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