jueves, 21 de junio de 2018

ÁVILA

Aprovechando que íbamos a un emotivo evento familiar a la ciudad de Ávila, hicimos una visita a algunos de sus principales puntos turísticos. La verdad es que no lo había preparado como sabéis que me gusta hacer cuando hacemos algún viaje, pero es que pensaba que no nos daría tiempo a ver nada, pero al final...
Llegamos la víspera por la noche, pero apenas vimos nada ya que teníamos el hotel fuera del casco histórico. Lo primero que vimos por la mañana, fue la basílica de San Vicente, situada extramuros, junto a la Puerta o arco de San Vicente, una de las 9 puertas de la famosa muralla, emblema de la ciudad, por la que se puede acceder en coche al casco amurallado (aunque parezca imposible, se puede, doy fe, que entramos la noche anterior). En realidad es una basílica menor, pero es el templo más grande y de mayor importancia de la ciudad, después de la catedral. Es un ejemplo único del románico hispano y está construida con piedra "caleña", que por su alto contenido en óxido de hierro le da ese color entre amarillento y anaranjado. Dentro descansan los restos de los hermanos Vicente, Sabina y Cristeta, que sufrieron martirio en ese mismo sitio por negarse a firmar un documento. Su forma y color me encantaron:
 Ya por la tarde, después de la ceremonia y de comer rica carne de Ávila en un restaurante del casco antiguo, nuestro guía particular nos condujo hasta otra de la puertas de la muralla, la Puerta del Mariscal, desde donde pudimos ver parte de los 30 torreones que hay en este lado norte de la muralla, el que más tiene:
Para llegar ahí pasamos por la Plaza del Mercado Chico, donde está ubicado el ayuntamiento de Ávila, de fachada geométrica, con soportales en la parte inferior y dos torres gemelas en el cuerpo superior. Es de estilo isabelino, construido en granito:
Junto a la Puerta del Mariscal está el Palacio de los Bracamonte, actualmente sede del Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León, al que un empleado nos invitó muy amablemente a visitar, que nos iba a gustar, decía. Aunque también está declarado Monumento Nacional, la fachada principal, junto a un pequeño espacio ajardinado, no llama la atención:
Nada más entrar estamos en una estancia con un techo de madera rica y profusamente adornado, con distintas escenas y dibujos geométricos:
Atravesando una cristalera pasamos al patio interior porticado de doble galería con distintos estilos de columnas en cada una de ellas. Destaca la decoración con escudos nobiliarios de las distintas familias de la época, importante documento gráfico de la relación entre los linajes abulenses de la época. Como dato curioso decir que, ya en el siglo XX y debido al intenso frío de la ciudad se tapió el patio (no olvidemos que Ávila está situada a 1131 m. sobre el nivel del mar, la más alta de España, así que en invierno hace un frío de ..., o sea,  mucho frío), así que su recuperación y restauración ha sido muy celebrada:
Desde su jardín se aprecia una parte de la muralla que se puede transitar (el adarve, uuufff, cuánto estoy aprendiendo):
Ahora nos dirigimos a la Plaza de la Catedral, con distintas calles comerciales modernas, de nombre actualizado (esta de la foto es la calle Alemania) pero con el encanto de pertenecer a una ciudad antigua, fundada por los romanos y que ha pasado por muchas vicisitudes a lo largo de los siglos:
Y así nos encontramos ante la primera catedral gótica de España, aunque tiene una parte, la más antigua, de estilo románico de transición al gótico. Es la catedral del Salvador, declarada Monumento Nacional y Patrimonio de la Humanidad. Originalmente se construyó con fines defensivos, perfectamente integrada en la muralla: su ábside es uno de los cubos o torreones de la misma. Pero hay que tener en cuenta que su construcción se realizó entre los siglos XI y XV, por lo que ha sufrido distintas variaciones. De hecho, en algún momento se proyectó hacer 2 torres, pero la de la derecha está inacabada:
En torno a la catedral se levantaron en su día importantes palacios hoy rehabilitados y convertidos en hoteles de lujo como el Palacio de los Velada y el de Valderrábanos (en la foto de arriba, a la derecha).     
Paseando, nos acercamos hasta la plaza Adolfo Suarez, donde una estatua de tamaño natural homenajea al expresidente, situándole como a un abulense más, paseando por su ciudad, y donde una placa conmemorativa a sus pies nos recuerda que fue hijo adoptivo y medalla de oro de su ciudad natal, con la frase "La concordia fue posible", también presente en su sepultura:
Allí mismo está otra de las puertas de la muralla, la Puerta del Alcázar, sin duda, el elemento arquitectónico más singular de la muralla. Fue la primera que se construyó junto con la de San Vicente. Son las más robustas ya que estaban en las zonas más desprotegidas. Su aspecto es parecido a la de San Vicente: se abren entre 2 torreones de más de 20 m. de altura unidos por un puente de arco de medio punto que busca sorprender al enemigo desde esa altura. Son los únicos casos de esta forma en murallas de construcción militar de toda Europa:
Extramuros y justo a la izquierda de esta Puerta del Alcázar, está el Monumento a Santa Teresa, realizada en una única piedra de mármol de 20 toneladas y 2 m. de altura. Representa a la santa escribiendo, con la pluma sobre el libro, en claro homenaje a su trabajo literario:
La obra se complementa con un grupo escultórico de varios ángeles  que están detrás de ella, en alusión a su espiritualidad:
Todo ello rodeado de la majestuosidad de estos enormes torreones (fijaros en lo pequeño que se ve el Monumento de Santa Teresa después de este primer torreón y mide 2 m. de alto):
Al salir por esa Puerta del Alcázar nos encontramos en la llamada Plaza de Santa Teresa de Jesús, o plaza del Mercado Grande, presidida por la iglesia de San Pedro, también Monumento Nacional, con el rosetón central y una puerta de entrada con 6 arquivoltas sin decoración en su fachada principal:
Nos llegamos hasta la esquina sureste de la muralla donde hay un bonito mirador de la ciudad de Ávila extramuros, destacando la iglesia de Santiago, románica, con torre octogonal única en la ciudad y donde, según la tradición, se armaban los caballeros de la Orden de Santiago. Al fondo, la Sierra de Gredos, con algún nevero todavía:
En este punto, parte de la expedición se volvió para casa y la otra parte seguimos con la visita turística.
Continuamos paseando por fuera de la muralla, en su lado o lienzo sur, donde las casas forman parte de la muralla, aprovechando las piedras como cimiento:
Y así, por el Paseo Rastro, llegamos a la Puerta del Rastro (por el rastro de sangre que dejaban los animales que eran arrastrados desde el matadero) o de la Estrella. Es la más moderna, la última en construirse (siglo XII) y forma parte del Palacio de los Dávila que después veríamos desde dentro de la muralla:
Así, continuando por ese paseo muy frecuentado por los abulenses, con jardines a un lado y la muralla al otro, pasando por el Centro de Interpretación del Misticismo (único en Europa), llegamos enseguida a la Puerta de la Santa, enmarcada por dos torre cuadradas y con el matacán encima de la puerta (es la parte sobresaliente con huecos, que se construía para tirar piedras o líquidos calientes a los atacantes). En la foto, a la izquierda, se ve un poco del Palacio Nuñez Vela que veremos desde la plaza interior:
Según te acercas a la puerta ya intuyes que entras a un lugar especial, ¿o no?:
 En efecto, esa puerta accede a la plaza de Santa Teresa de Jesús, solar en el que nació la religiosa en 1515 y donde se construyó, patrocinado por el Conde Duque de Olivares, este conjunto arquitectónico que acoge esta iglesia-convento carmelita y un museo en la parte de abajo. La fachada de la iglesia es de puro estilo barroco carmelitano y se adorna con la imagen de la santa y varios escudos. Es una iglesia especial, puesto que su altar mayor no tiene la orientación litúrgica habitual para hacer coincidir el presbiterio con los aposentos donde nació la mística:
En el altar mayor destaca el conjunto escultórico del S. XVII de Gregorio Fernández:
Pequeñas vidrieras laterales muy coloridas hacen alusión a la vida de Santa Teresa:
Por dentro de la iglesia se puede acceder a un mirador enrejado desde donde se puede ver el pequeño huerto de la Santa, donde ella, de niña, construía ermitas con su hermano Rodrigo, escena representada sobre una roca:
Enfrente está la capilla del Nacimiento, desde la que se accede a una vista de la habitación de Teresa, con sus enseres y un escrito del padre en lo alto, recordando el día de su nacimiento:
Salimos de nuevo a la plaza, donde está también la Sala de las Reliquias, en la parte de atrás de una tienda de recuerdos. Están expuestas varias cosas de Teresa y un hueso de un dedo de San Juan de la Cruz (ambos fundadores de la Orden de las Carmelitas Descalzas). No me gustó nada😕. En esa misma plaza hay un cartel informativo para seguir la Ruta de los Palacios. Pues a ello.
Por la calle Madre Soledad se llega a la Plaza Corral de las Campanas donde está el Palacio de los Superunda (en la foto, el de la izquierda) y el Torreón de los Guzmanes (a la derecha), ambos declarados Monumento Nacional:
Seguimos hasta la Plaza del Rastro, donde apenas se intuye la Puerta del Rastro que antes habíamos visto por fuera (en la foto, a la derecha, donde la señal de circulación roja), con el Palacio de los Dávila de frente, aunque no es esta su cara principal:
Desde esa Plaza del Rastro hacia la izquierda, bordeando el Palacio, llegamos a la Plaza Pedro Dávila, desde donde se aprecia perfectamente cómo cada puerta de la muralla estaba defendida por un palacio, en este caso el Palacio Dávila, construido con los mismos materiales de la muralla, con claro aspecto defensivo:
Continuamos por la calle Caballeros hasta llegar a la plaza porticada del ayuntamiento o del Mercado Chico, que cruzamos al principio. Allí está la iglesia de San Juan Bautista, con su torre de ladrillo, donde fue bautizada Santa Teresa de Jesús en una pila bautismal que aún se conserva:
De camino ya hacia donde teníamos aparcado el coche, pasamos junto a la esquina del Palacio de Polentinos, hoy Archivo Histórico Militar, alberga el Museo del Ejercito:
No nos podíamos ir sin ver y atravesar otra puerta: la Puerta del Carmen, la de la espadaña  de ladrillo. Se llama así porque ahí se adosaba un convento carmelita del que solo queda la espadaña. Después fue cárcel provincial y hoy alberga el Archivo Histórico Provincial. Tiene también uno de los accesos al adarve o camino sobre la muralla:
Desde fuera se puede apreciar mejor otra característica única de esta puerta: las torres que le rodean son de planta cuadrada, no circular como las demás (y, por cierto, una de ellas fue construida hueca, la única que se ha encontrado así en la muralla):
Otra preciosa vista de la muralla en su lienzo norte:
La espadaña (campanario de una sola pared, con los huecos para las campanas) da sensación de un extraño equilibrio, como si estuviéramos ante otra dimensión :
Desde allí ya nos fuimos al coche, que lo teníamos cerca. Sólo nos quedaba salir  del recinto amurallado y esta vez lo hicimos por otra puerta distinta, la Puerta del Puente o del Adaja, situada en el lienzo oeste, el más pequeño, y junto a ella está otro de las entradas a la parte accesible de la muralla, la que se puede pasear por encima, precisamente la entrada para quienes tengan problemas de movilidad.
Cruzamos el río Adaja, que por esta parte oeste se acerca a la muralla, en su camino hacia el Duero, y en poco más de medio km. estábamos en nuestro último destino: el humilladero de Los 4 Postes, un monumento religioso formado por 4 columnas de 5 m. de alto, con una cruz de granito en el centro. Está rodeado de leyendas, cuentan que es el lugar donde Santa Teresa de Jesús, quitándose y sacudiendo sus sandalias dijo la frase "de Ávila, ni el polvo", enfadada porque las autoridades la echaban de la ciudad por sus divergencias en el entendimiento de la religiosidad (se reconcilió más tarde). Lo cierto es que ofrece una vista maravillosa y completa de la ciudad amurallada:
El recinto amurallado visto desde Los 4 Postes, sobresaliendo, por su altura, la catedral, al fondo. Hay que tener en cuenta que Los 4 Postes están situados al noroeste de la ciudad, así que vemos en primer lugar el lienzo oeste de la muralla, que es el más pequeño, y hacia la izquierda, el lado norte:
Creo que es el momento de resumir un poco lo que significa esta muralla en el mundo de la arquitectura militar llegando a ser considerada una maravilla en la historia del arte. Y es que no es para menos, es el recinto amurallado urbano mejor conservado del mundo, declarado Patrimonio de la Humanidad junto con el resto del casco histórico:
Está construida con distintas formas debido a las numerosas ampliaciones, reconstrucciones y reparaciones sufridas a lo largo del tiempo. El material utilizado también es variado, dependiendo del lienzo o lado que miremos. En general, se han utilizado piedras de granito anaranjado, de granito gris, piedra "caleña" y, de forma puntual, ladrillo. Incluso se pueden ver algunas estelas funerarias procedentes del antiguo cementerio romano situado en la zona de la basílica de San Vicente.
Mide 2516 m de perímetro, con 87 torreones o cubos y 9 puertas de entrada, con 2500 merlones (los salientes verticales y rectangulares que coronan los muros, esto, para que me entendáis ▛▜▂▛▜▂▛▜ 😜😅). La Cité de Carcassone en Francia (que también visitamos y os conté aquí) tiene casi 3 km. de muralla, pero están repartidos en dos recintos concéntricos. 
Actualmente se pueden recorrer unos 1700 m. del adarve o paseo superior de la muralla, con 4 accesos, uno de ellos apto para personas con movilidad reducida, como ya dije antes.
Una ciudad histórica, que aunque pueda parecer que no tiene tanto que ver, está llena de detalles que explican gráficamente cómo funcionaban las cosas en el medievo y cómo han ido evolucionando a lo largo de tantos siglos. 
Soy consciente de que apenas hemos hecho una toma de contacto con la ciudad, pero creo que aprovechamos bastante bien el poco tiempo que estuvimos. 
Voy a poner un mapa que he encontrado de las puertas de la muralla y que he ido completando con lo que hemos visto, de una forma aproximada, no exacta, para que nos podamos situar más o menos. Insisto, es aproximada:
Viendo el mapa, me he dado cuenta de que sólo nos han faltado 2 puertas por atravesar, la de Malaventura y la del Peso de la Harina (esto me pasa por no llevarlo preparado, porque estuvimos muy cerca de ambas 😆).
Una vez narrada esta breve experiencia por la ciudad de Ávila, no puedo dejar de decir que el viaje hasta allí fue también sorprendente. He visto fotos de prados llenos de amapolas (aquí, en mi zona de Cantabria al menos, apenas queda alguna por las orillas de la carretera😭) pero no había visto esto en mi vida. A la ida no podíamos parar, que íbamos con más prisa, pero a la vuelta fue inevitable. Es que ver esto y no parar...:
O esto (sin filtros, otro tono de amapolas):
Pues eso, que no lo pude evitar:

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