jueves, 12 de marzo de 2015

MIRADORES DEL ASÓN

Después de tanto como ha llovido esta última temporada, me apetecía realizar una excursión (en coche) de esas que a mí tanto me gustan y, claro, el destino estaba cantado: un río y cascadas. Y ¿qué río sería el mejor? Pues también lo tuve claro: El Asón, que nace en el Portillo del Asón, en el Valle de Soba. Concretamente nace en una fuente que está en lo alto de la Peña de Azalagua, a 680 m. de altura, discurre a lo largo de 44 km. y desemboca en Colindres.
Pues nada, este pasado sábado, maravilloso día, nos fuimos en busca del nacimiento del Asón. Hay varias formas de llegar. Nosotros subimos por La Cavada, al puerto de Alisas, por la CA-261, un tramo muy frecuentado por ciclistas (mi maridito entre ellos). Mi reconocimiento a estos hombretones, que se prueban a sí mismos por estos caminos de gran dureza: ascensión agotadora e interminable, curvas cerradas,...
Detalle de la casa de un color "incomprensible" remarcado en la foto: hace daño a la vista!!!
 Según vamos subiendo las vistas son soberbias: La bahía de Santander, Peña Cabarga, la zona oriental de Cantabria, el Valle de Ruesga,..., y ya desde el alto de Alisas podemos ver los Picos de Europa, ahora con mucha nieve.


Llegamos a Arredondo, capital del mundo, y cogemos la CA-265, en dirección al Portillo de la Sia. 
Ascendemos por la cuenca alta del Asón. Abrupta. Inmersos en el Parque Natural Collados del Asón. De lejos ya divisamos la cascada, la famosa Cola de Caballo, con más de 50 m. de caída. La verdad es que creía que iba a tener más agua, la verdad. Desde luego, no fuimos los únicos que tuvimos la idea de verlo ese día: había mucha gente. 
Desde aquí, (en la foto de debajo,donde se ven coches "aparcados"), la parte más cercana a la cascada, se puede bajar hasta justo donde cae el agua pero también se puede subir andando desde el barrio de Asón, un poco más abajo, por la orilla del río. Nosotros lo hicimos hace un par de años y es una bonita excursión. 

Esta vez seguimos en coche hasta el Mirador de Cailagua, un poco más arriba, recordando la leyenda de las Anjanas, la del pelo dorado y la del pelo plateado, que explica el nacimiento del río.
Un poco más arriba está el Mirador del Collado del Asón, otro de los Balcones del río:
Continuamos hasta el cruce en que, o bien seguimos hacia la Sía, o entramos hasta el pueblo de La Gándara, como hicimos nosotros. Está a 2 km. de este cruce, en la CA-256. Con tanto paisaje y tanta naturaleza nos habíamos quedado sin fuerzas (uuuuffff) y lo primero nos tomamos un tentempié en un bar con gran ambiente, junto al Centro de Interpretación del Parque. Ya con otro color fuimos hasta el Mirador de las Cascadas del Gándara. Nosotros fuimos en coche, porque no sabíamos a qué distancia estaba, pero está justo detrás del parque que hay junto al bar, muy cerca. Bueno, lo que vimos desde aquí nos entusiasmo. Hay un mirador aéreo, o mejor dicho, dos balcones sobre el vacío desde donde la contemplación de las cascadas supone un regalo para nuestros sentidos:
 Comimos en el parque, ideal para pasar un día con niños. Este pueblo, La Gándara, me encantó. Rodeado de montañas, pero a la distancia justa para no sentirme encerrada, y ahora con nieve en las cimas, precioso. Además la luz sobre los picos nevados del sur era fascinante. Después de un rato de sobremesa y de un café, volvimos sobre nuestros pasos (rodadas), para coger la CA- 665 que nos llevaría hasta el Portillo de la Sía.  El mirador está a 1200 m. de altura, justo en la divisoria con Burgos, donde la nieve ya tenía más presencia.
Desde aquí se aprecia muy bien el valle de Soba y el Cantábrico al fondo:
Hacia la parte de Burgos había mucha más nieve y yo aproveché para tomar un poco de su energía:

En este alto hay un parque eólico con 13 aerogeneradores a cada lado de la carretera. Nosotros subimos por la pista de la derecha, inicio también de una ruta de montaña, a la Peña Lusa. 

Nunca antes había estado tan cerca de un molino de estos (si los llega a ver el Quijote...):

En este punto, no puedo dejar de agradecer a mi marido su infinita paciencia para conmigo y lo que me rodea y como esta foto me ha susurrado estas palabras de Pablo Alborán, pues aprovecho. Gracias por todo!!!
Después nos bajamos a Espinosa de los Monteros y nos acercamos hasta la estación de esquí de Lunada, bueno, hasta donde pudimos porque también estaba cerrada. La altura de la nieve daba miedo:

El paisaje espectacular:

Regresamos a Espinosa y para no volver por el mismo lado, vinimos por Ramales de la Victoria, N-629, hasta Colindres y después la A-8 hasta Solares.
Fue un día especial, no es fácil estar rodeado de nieve y en manga corta, el mejor en mucho tiempo, así que le disfrutamos con ganas.
¿Conocéis la zona? ¿sabéis de algún otro rincón que no debemos dejar de visitar? Gracias por contárnoslo.  

3 comentarios:

  1. IN-CRE-I-BLE!!!!!!!!!! Qué vistas y qué maravilla de día... qué fotos más bonitas!!!!

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  2. que bonitos paisajes teneis por esas tierras.

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  3. es cierto lo de la nieve?parece imposible....

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