martes, 22 de octubre de 2024

HAYAL DE ALOÑOS

Ya está aquí el otoño, estación que me produce dos sensaciones muy diferentes: por un lado la falta de luz que, por lo general, lo acompaña, me da un poco de tristeza y por otro lado, el colorido de las distintas clases de árboles, me encanta. Así que, siendo positiva y aprovechando lo bueno, es temporada de visitar un bosque de hayas, árbol que, para mi gusto, es uno de los más bonitos en esta época del año. Ya habíamos estado en el hayal de San Miguel de Aguayo. En esta ocasión estuvimos en el de Aloños, precioso. Hicimos la ruta a finales de noviembre y me pareció más oportuno compartirla cuando empezara la estación, así que lo guardé y... aquí está, por si os apetece hacerlo.
Dejamos el coche en el pueblo de Aloños y comenzamos a subir, con estas vistas, la cosa promete...:
A lo largo de la ruta encontramos varios puntos donde el agua discurría con total libertad formando pequeñas cascadas:
Nos adentramos en el bosque tapizado de muchas hojas caídas:
Robles y hayas de formas singulares: 
En algunas zonas las hayas conservaban aún alguna hoja, de colores naranjas, amarillas,..., maravilla:
Y donde los troncos jóvenes, más finos, bajaban por la pendiente, protectores, resistiéndose a la desnudez, daba sensación de alegría, de frescura:
Lo disfruté con quien siempre me acompaña:
Con quien siempre sabe el camino a seguir (en las rutas 😉 😂):
¿Cómo no va a estar todo tan precioso si había pequeños regatos por doquier? Había leído que si llueve mucho nos podíamos encontrar barro en las pistas, pero no, nosotros no lo vimos, había agua pero muy bien repartida y canalizada:
Arriba del todo, a unos 3 km de empezar, nos asomamos en un claro del bosque, bueno, por donde ya se acababa el hayedo, para ver el valle de Toranzo. 
Y comenzamos a bajar  por la otra parte del hayal, con vistas espectaculares:
El bosque visto por encima, con colores ocres, anaranjados:
Ese prado tan verde, completamente rodeado de un terreno hecho monte me tenía enamorada, ni sé las fotos que le hice desde todos los ángulos:
Al final del hayedo, el camino estaba protegido por pinos perfectamente alineados:
Pinos que no ocultaban las vistas, al contrario, las enmarcaban:
Sorpresa al encontrarnos con este 'lobo' solitario, resistiendo la adversidad:
Setas y bosque, perfecta convivencia, esta vez desde otro punto de vista:
Otra sección del bosque que por su orientación todavía no había tornado a los colores más claros:
No podía faltar mi elemento preferido en estos paisajes pasiegos, la vaca, en esta ocasión un poco descornada 😲 :
Mezcla de colores, texturas, paisajes,..., naturaleza:
Burros, animales protegidos y felices:
Un poco antes de llegar al pueblo, al lugar donde comenzamos la ruta, nos desviamos a nuestra derecha para ver lo que llaman El Hayal, Proyectos Ambientales. Se trata de una zona junto al arroyo Molino donde han construido cabañas de madera maciza para alquilar en plan vacacional, para disfrutar de tranquilidad en un entorno totalmente rural. Es muy curioso de ver, parece que entras en otro mundo.
A cada cabaña le han puesto un nombre, están completamente equipadas. Son una fantasía!!!
Esta es El Capricho, tiene 2 habitaciones de matrimonio, 2 con literas, 2 baños,... una locura! :
Esta creo que se llama El Cerezo, fijaos en el entorno:
Y en el detalle:
Esta se llama El Hobbit y tiene 2 camas de matrimonio (a mí me dio sensación de caos, pero hay que verlo por dentro😲):
También tiene aquí y allá, otras cosas curiosas como esta escultura de madera, con todo lujo de detalles:
Desde luego, si vais al hayal no dejéis de acercaros a ver esto, sentiréis que estáis inmersos en un cuento.
Tras pasear por allí, nos volvimos al coche, nos acercamos a la iglesia de San Fructuoso (que por detrás tiene un mirador perfecto para ver como las últimas luces del día iluminaban las lejanas montañas), un refrigerio en un bar del pueblo y para casa. Un precioso día.
Normalmente suelo poner un mapa aproximado de la ruta que hacemos, pero al entrar en el monte es muy difícil seguir las pistas. En esta ocasión os pongo el enlace al track que seguimos nosotros. No tiene ninguna pérdida. En ese track falta la desviación a las cabañas pero se puede ver en el mapa. Hicimos algo más de 14 km, fácil y muy bonita. Animaos, que merece la pena.
¿Conocéis algún otro hayedo que pueda ver este año? Contadme!!

martes, 3 de septiembre de 2024

ISLARES- CASTRO URDIALES

Hicimos esta ruta hace años pero la tenía un poco apartada, la verdad... ¿Por qué? pues no lo sé. Pero un día de estos, revisando mis muchas carpetas salió, volví a mirar las fotos y... no puedo negar su sitio en mi blog, así que... vamos a ello!

Esta ruta entre Islares y Castro Urdiales une la que hicimos entre Sonabia y Laredo, con la de Castro Urdiales- Mioño.
Comenzamos en Islares, nada más pasar la ría de Oriñón dirección Bilbao. Nuestra intención siempre que hacemos estas rutas es ir lo más cerca posible del litoral, así que lo buscamos. Rocas (con flotador por si...):
Senderos que se acercaban al agua en rincones preciosos, la verdad:
Otros tramos donde era imposible acercarse por el tipo de suelo rocoso, puntiagudo:
Detalle de las rocas, cinceladas por un artista:
 Visto en perspectiva...:
Y como siempre, la vida se abre paso por donde puede:
Mis chicos buscando una señal del universo 👀🙅:
Este entrante está rodeado por un cerramiento de madera que nos permitió hacer un poco el ganso y descansar en un banco. La roca que parece estar posada encima, en realidad está más adentro y se llama Peña Aislada (no podía tener otro nombre).
Unas escaleras, que en la foto se ven debajo de la Peña Aislada, te permiten acercarte al agua de un color y una transparencia...:
Pero a veces había que dejar los senderos del borde del mar e ir por pistas. 
Viendo esta foto, me parece que la casa/cabaña está en un lugar privilegiado, pero lo he buscado en google maps para situarla exactamente y no lo he encontrado... ¿Habrá desaparecido ya? pues sería una pena..:
Por esta zona, el litoral cántabro es abrupto aunque no tiene mucha altura:
Y llega un punto en el que cruzamos la carretera nacional y entramos en la localidad de Cerdigo, donde aprovechamos para tomar el aperitivo, a modo de tentempie 😉. Dimos una vuelta por el pueblo, vimos la iglesia de San Juan Evangelista y cruzamos por debajo de la autovía del Cantábrico, la A8, para continuar por la vía de servicio donde, por cierto, había muchos madroños. Estamos en el Camino de Santiago del Norte y a mi esta es la parte que menos me gustó (prefiero sentir la brisa marina en mi cara): 
Pasamos por Allendelagua, junto a la iglesia de San Marcos, por debajo del camping de Castro, cruzamos de nuevo por debajo de la autovía y continuamos hasta la plaza de toros de Castro Urdiales acercándonos  de nuevo a la costa, a la playa de Ostende:
Con esta vista, a la otra parte de la ensenada de Urdiales, de la Iglesia y del Castillo-faro:
Nuestra intención en esta ocasión no era ver esa zona tan bonita y famosa, ya lo vimos con detalle aquí, así que tomamos dirección oeste, hacia nuestro punto de partida.
Tomamos un sendero costero muy claro, pasando junto al puente, último vestigio del cargadero de mineral de Ostende:
Desde el puente vemos esto que creo que llaman la piscina, con la iglesia al otro lado:
Por el otro lado del puente:
Siguiendo el sendero:
Enseguida pasamos junto al cementerio de Ballena, declarado Bien de Interés Cultural:
Siguiendo por detrás del cementerio y ascendiendo un poco, llegamos a esta Cruz de los Naúfragos, en memoria de 3 jóvenes, Hortensia, Felix y Jaime, de 16, 16 y 15 años, que desaparecieron en esta mar en 1974, cuando navegaban en un pequeño velero un día de galerna:
A partir de ahí... pues esto:
Diferentes maneras en las que el terreno soporta los envites de una mar a veces furiosa:
Donde la imaginación, al menos la mía, se inspira:
Donde se ve claramente cómo el cercano monte Cerredo, a cuyos pies estamos, se entrega al mar, a veces después de una dura batalla (hace poco, por cierto, hemos estado en la cima de ese monte):
Y así llegamos de nuevo a Islares, pasando, cómo no, junto a la iglesia de San Martín de Tour:
Y así estaba la playa de Arenillas a la vuelta, casi unida a la de Oriñón y bajo una luz crepuscular:
Sólo me falta añadir el habitual mapa aproximado, hoy más que nunca porque no veo con claridad parte del recorrido, así que ya sabéis, es una orientación, nada más. Son cerca de 20 km, llanos, sin dificultad (si acaso la longitud):
Unión entre las rutas siguientes: