23/04/2025

NOJA: PLAYA DE TRENGANDÍN- PLAYA DE RIS

 Hoy retomo mi sección de 'Costa de Cantabria' con esta zona que es, sin duda, mi preferida: las playas de Noja me encantan. Bueno, la más oriental, la de Helgueras, que comienza en la Punta del Brusco y va hasta la pequeña desembocadura de las marismas de Victoria y Joyel, es la que menos visito, solo vamos a veces paseando hasta allí, pero Trengandín es mi playa los fines de semana en verano (entre semana vamos más a Somo, que nos queda más cerca). Hace años íbamos a la de Ris, pero ya era muy complicado aparcar, así que cambiamos de playa.
Diríamos que la playa de Trengandín comienza aquí, viendo la foto, hacia la derecha, donde un regato que baja desde las marismas, divide en dos el largo arenal (no sé si esto es del todo correcto, igual cruzando el regato todavía es Trengandín 😕, no sé dónde empieza Helgueras exactamente):
Y ahí, con bajamar, comienza la fiesta, un espectáculo de rocas con todas las formas que nos podamos imaginar. La más famosa es la de la portada, el Caballito de Mar, pero cualquiera de ellas es una obra de arte:
El paisaje es asombroso, parece que estamos en otro planeta:
A poco que nos acerquemos a una roca podemos ver lienzos como este:
Si bajamos la vista hacia la arena, aunque esté nublado, las formas, las luces, los reflejos,...:
Algún ser misterioso, un artista por cierto, hace dibujos cuando nadie lo ve... ¿o será el agua?😏:
Ese mismo ser abre agujeros en las rocas para no perder detalle: 
El casco antiguo de Noja con la iglesia de San Pedro y su inconfundible campanario, a pie de playa:
Al final de la playa, además de la salida normal, en bajamar podemos llegar hasta una escalera que sube al paseo marítimo, y hacia la derecha nos lleva hasta la playa de Ris por el llamado Paseo de la Costa. Varios bancos nos invitan al descanso, a la contemplación:
Pero no acomodarse, continuar el sendero merece la pena:
Aquel día, cuando la marea estaba ya subiendo, el islote de Peña Pombera iba soportando los azotes de las olas como podía:

Un poco más adelante, esta bajada a una pequeña playa ahora no parece muy cómoda, pero sé que esto puede cambiar para cuando lleguen los bañistas en verano, el agua, a veces, mueve la arena tapando o descubriendo rocas:
Yo bajé esa escalera y salté de piedra en piedra hasta llegar al arenal para encontrarme con esto, una muestra de la frecuencia con que el litoral soporta los embates de las olas... las puntas de las rocas, los huecos entre ellas,..., todo habla de momentos de mar furioso:

Oleaje que nos regala instantes de gran belleza:

Y llegamos a lo que queda de una antigua casa de baños y de un vivero de mariscos:

Cuando llegamos a la zona boscosa tenemos varias opciones de senderos, yo elegí, como siempre, el más cercano a la costa, pero tengo pendiente cruzar por más adentro que creo que hay árboles pintados y tallados con formas de animales.
El sendero a ratos es abierto al mar y otros estrecho, sombrío, buenísimo para soportar el calor del verano, eso sí, hay que tener cuidado con las raíces para no tropezarse: 

Pequeñas calas de difícil acceso:

Eucaliptos que ya no pueden disimular sus arrugas:

Miradores naturales hacia  Santoña y el Buciero:

Echar la vista atrás siempre es una buena idea:
Y así llegamos a la llamada Punta de la Mesa, en la esquina, una zona donde comenzamos a ver rocas negras y planas que visto en perspectiva pudieran parecer una mesa (no es esta la foto que mejor lo explica 😏)

Por aquí, el sendero ya es de arena, y ya vemos las dunas colgadas, dunas que se han formado sobre el acantilado, fenómeno geológico  extraño y de gran interés por cierto. 
Hemos salido de la zona de bosque y nos acercamos a la playa de Ris:

Enseguida nos encontramos con los restos de un bunker de la guerra civil española, donde un gran cañón defendía la costa. Hoy, ya sin cañón, nos sirve como un bonito mirador del mar Cantábrico:

Pasando el bunker también tenemos la opción de meternos en el bosque, yo continué viendo el mar que tanto me gusta.
La playa de Ris, Isla y el Cabo de Quejo al fondo se presentan ante nuestros ojos:

Una pena que, además de ver las fotos, no podamos escuchar el sonido del agua cada vez más embravecida en esta parte de la costa de Noja:

Y llegamos a las famosas gafas gigantes de Ris, una estructura de acero inoxidable, construida por alumnos de la escuela-taller del municipio como reclamo turístico. Hay gente a favor y gente en contra. Yo, cuando lo pusieron ahí, pensé que era una pena porque el sitio es un mirador natural fantástico y no encontraba la necesidad, pero hoy, pasados unos años, veo que cumple su función, es una atracción más:

La verdad es que las vistas y las puestas de sol a través de las gafas no tiene precio, invita a no perderte nada, son un marco incomparable:
Desde ahí, donde comienza la playa de Ris, me volví al coche que estaba en la otra playa, junto al campo de fútbol, y se me había hecho tarde. La vuelta ya la hice callejeando por el pueblo. Caminé, en total, unos 8 km y comparto un mapa que, como siempre digo, es orientativo, y en este caso incluso más, porque al entrar en zona de bosque, es difícil seguir las sendas (es que yo hago los mapas a mano, sobre el Google Earth 💪):
Y tu playa preferida en el mundo... ¿cúal es?, cuéntanoslo!!!

08/04/2025

ABEDULES. VÉRTICE GEODÉSICO

Creo que ya he contado por aquí, que ahora estoy persiguiendo los vértices geodésicos de Cantabria. Son 112 y este, el Abedules, hace el nº 46 de los visitados, el último al que hemos ascendido. 
Forma parte del Parque Natural de Saja-Besaya:
Hasta el pico se puede llegar por varios caminos: desde Bárcena Mayor, desde Argüeso, pero nosotros decidimos subir desde el  puerto de Palombera, unos km antes de llegar al alto (subiendo por Reinosa). Es una pista en perfectas condiciones, que va ascendiendo hasta llegar al alto de la Cruz de Fuentes, donde ya estuvimos cuando hicimos la ruta del Ropero desde Argüeso. Es un cruce de caminos para los que vienen de Bárcena Mayor o los que vienen de Argüeso o de Ozcaba, y que a mi marido siempre le trae buenos recuerdos, por aquí pasan cuando hacen el Soplao. A la izquierda de este monolito está la emblemática Cruz de Fuentes: 
Continuamos por la pista y enseguida encontramos el refugio de Fuentes, una finca rodeada por una valla de madera con 2 cabañas. Entramos en una de ellas (estaba abierta) y sí, es un refugio, con su chimenea y su decoración (y su olor):
Continuamos ascendiendo ligeramente, dejando atrás el refugio:
Por delante una senda clara, el color más invernal y, a lo lejos, montañas conocidas: Castro Valnera, Picón del Fraile, Porracolina, Obios más cerca, ...
Y subiendo una última rampa, corta, pero la más pronunciada de toda la ruta, llegamos al vértice. Estamos a 1403,9 m de altura, en el segundo pico más alto del P. Natural Saja- Besaya (el primero es el Ropero). Allí, en aquella planicie, con las mejores vistas, con vientillo frío y buscando la protección de unas pequeñas construcciones, muros hechos con piedras, comimos:
Alrededor del vértice, piedras de todas las formas y tamaños, algunas tan ordenadas que resultaba incomprensible:
Cuando ya nos íbamos, llegó un chico y nos contó que estaban buscando cuernos 😲. Le pedimos que nos lo explicara porque no lo habíamos oído nunca (qué ignorantes 😓) ni habíamos visto ninguno, y ya después he ampliado la información en casa: Es un proceso natural que se llama desmogue y se produce a finales del invierno y principios de la primavera. El macho de los cérvidos, como los venados y los corzos, tira o muda sus astas; seguido, hasta el verano, le empezarán a crecer otras nuevas (hasta 2 cm por día😵) y en la época de apareamiento ya las tendrá perfectas para lucirse ante las hembras y luchar por ellas. 
Ya nos bajamos por el lado opuesto del pico hasta encontrar de nuevo la pista:
Escondidas entre la vegetación, estas preciosidades:
Entre los picos nevados, el Ijan, uno de los próximos a visitar, que también tiene V.G.:
El chico nos dijo que era muy difícil encontrar las astas, había mucho bosque y poco venado, pero mi marido se puso a buscar... Que es broma!!! en ese momento de la foto estaba mirando por dónde empezamos la  ruta a otro vértice geodésico, el Sobrecomillas, que se veía desde allí:
Detalle de eso que digo: justo debajo del pico nevado, a media altura de la foto, hay un prado verde donde está el refugio de Ozcaba y un bebedero curioso, de planta hexagonal (no, en la foto no se ve, lo vimos con los prismáticos 😁):
Cuando bajamos del pico, nos acercamos a unas charcas que ya habíamos visto al subir. Al lado hay  un bebedero (hay muchos por la zona) y un depósito. Los animales tienen asegurado el agua:
Caminando alrededor del pozo mi marido vio una cosa en la orilla, que parecía una medusa: era una bola gelatinosa de huevos de larvas de rana, cuando aún no se han transformado en renacuajos. Dentro del agua se aprecia mejor porque la bola está más abierta, en cada huevo se veía perfectamente la forma del futuro renacuajo que parecía mirarnos:
Plantas que crecen entre las piedras, cubriéndolas:
A la vuelta, en lugar de bajar por la pista, subimos por las lomas laterales, campo a través, en dirección al Cueto de Fuentes, siempre más entretenido. Así nos encontramos con este mojón en recuerdo de un señor:
Cerca, lo que creo que se llama Pozo Rojo (hay varios pozos también) y en el centro, otras 2 bolas de huevos de renacuajos:
Detalle de las 2 bolsas de la foto anterior: aquí la metamorfosis ya parece más avanzada y yo diría que los renacuajos están a punto de salir:
Esta planta, creo que es un cardo silvestre, habla de la resistencia, de su forma de protegerse,...:
En esta foto, donde se ve algún tramo de la pista por la que subimos, también vemos el pico Abedules (lo más alto de la izda.) y un poco de nieve junto a otra charca:
Llegamos al Cueto de Fuentes y empezamos a bajar hacia la Cruz de Fuentes. La naturaleza siempre me sorprende, hasta el alto solo encontramos florecillas de color púrpura, pero hacia el otro lado empezamos a ver las de color amarillo, los narcisos silvestres:
Bajando ya del Cueto, hacia el cruce de la Cruz de Fuentes, para retomar la pista que vemos más abajo:
Volvemos a la pista por la que habíamos subido, durante casi 1 km, y nos volvimos a meter a los prados, esta vez bajando hacia otra poza que me pareció que estaba bastante baja de agua para el tiempo que estamos, la verdad:
No podía faltar mi foto de árbol resiliente:
Ni la foto de animal pastando, en este caso caballo, que vacas no vi (bueno, por la ruta, que por la carretera nos encontramos a un grupo de ellas cruzando a su libre albedrío, con la calma 😅):
Y ya muy cerca del coche, esta vista de la carretera por la que habíamos subido, por donde se nos cruzaron las vacas, la CA-280, bajando hacia Reinosa
Llegamos al coche sobre las 16:30 y decidimos regresar por Saja, por Ruente, así que subimos al alto del Puerto de Palombera y ya bajando hacia Saja paramos para ver otra de las cosas que tenía apuntadas, el Pozo del Amo, al borde de la carretera. Es una sucesión de cascadas y pozas donde el saltarín río Saja se lo pasa en grande. La verdad es que la foto no me gusta mucho, ahora tiene muy poca vegetación, pero eso mismo permite ver mejor el juego del agua:  

Como siempre, dejo un mapa orientativo de la ruta que hicimos. Algo más de 16 km y tardamos 7 horas, con mucha calma, con muchas fotos y sin prisa. La ruta es muy fácil, muy clara si sólo se sigue la pista (y si te sales también, que se va viendo la pista):
Nosotros seguimos este track de Fernando Villalba, aproximadamente, un poco a nuestra manera: por donde él subió, nosotros bajamos 😂.