domingo, 1 de septiembre de 2019

COPENHAGUE (DINAMARCA): CRUCERO CAPITALES BÁLTICAS



Este año nuestras vacaciones han sido un poco especiales. Por una parte ha coincidido que nuestra hija se casaba en este mes de agosto y por otro lado, por fin conseguí convencer a mi marido para hacer un crucero. Yo hice uno en el 2015 con mi hija por el Adriático. Mi marido se resistía por miedo a marearse. Pero por fin, este año...🎊🎉⛴🎉🎊 CRUCERO por el Báltico!!!
Así que a la semana de la boda y cuando los recién casados ya estaban disfrutando de su Luna de Miel, nosotros nos fuimos a Madrid para tomar un vuelo hasta Hamburgo, Alemania, y desde allí un autobús nos acercó al puerto de Kiel, a unos 100 km, una de las principales bases navales alemanas, donde enseguida nos condujeron al barco que allí estaba atracado, el MSC Meraviglia :
La ciudad de Kiel fue practicamente destruida por bombarderos estadounidenses durante la 2ª guerra mundial, por lo que no tiene edificios históricos, todo es nuevo:
Ya saliendo del puerto, llama la atención el Monumento Naval Laboe, erigido en memoria de los caídos de la flota alemana durante la 1ª guerra mundial. Hoy conmemora a todos los marineros del mundo muertos en las 2 guerras. Tiene 85 m. de altura y a sus pies está el submarino alemán de la 2ª guerra mundial U-995, único en el mundo de ese tipo: 
Después de ver cómo salía el barco, fuimos al simulacro de emergencia, un ejercicio obligatorio en el que te van diciendo cómo sería la evacuación en caso de emergencia.
Nos fuimos a nuestro camarote. Todavía no habían llegado nuestras maletas facturadas, así que seguimos recorriendo el barco, vimos un espectáculo de manos en el teatro y volvimos al camarote para ducharnos e ir a cenar. Ya estaban las maletas pero no pudimos entrar. Nuestro camarero de camarote se encargó de solucionarlo (el sistema digital de la puerta se había quedado sin batería) mientras nosotros fuimos a cenar que teníamos hora y mesa asignada y se nos hacía tarde. Ya estaban sentados el resto de comensales de nuestra mesa (bueno, menos 2) y cenamos. Después, un café, una copa, un poco de fiestuki y a dormir. Maravillosamente, por cierto.
Al día siguiente, domingo, atracamos en Copenhague. Para visitar las ciudades puedes contratar excursiones con la naviera, con alguna agencia externa o hacerlo por tu cuenta. Nosotros, salvo la salida a San Petersburgo que sí lo contratamos (por el tema del visado como ya explicaré en su momento), las demás visitas las hicimos por nuestra cuenta. Ya sabéis que a mí me gusta buscar información de los sitios y, aunque esta vez, con el tema de la boda, lo he llevado un poco ajustado, me había confeccionado una ruta turística exhaustiva 😅, así que cogimos un shuttle bus desde el barco hasta el centro de la ciudad (te lo facilita la naviera previo pago de 13 €/pax, ida y vuelta) y desde allí con mis mapitas, mi información y el móvil, en marcha. El bus lanzadera nos dejó en la iglesia de San Pedro, cerca de la catedral de Nuestra Señora (Vor Frue Kirke), luterana, hasta 3 veces reconstruida a causa de incendios y con su pórtico neoclásico de columnas, frontón y relieves: 
En el interior, una escultura de Jesucristo (referente para los mormones) preside el altar mayor:
A lo largo de la nave y a ambos lados, las figuras de los 12 Apóstoles le dan sobriedad y magnificencia al recinto (y sensación de que te están vigilando):
Por detrás está la Torre Redonda (Rundetarn) construida como observatorio astronómico, como parte del Complejo Trinitatis que también incluía una iglesia (detrás de la Torre) y una biblioteca (encima de la iglesia), para uso y disfrute de los universitarios. La torre tiene 35 m. de altura y se sube por una rampa interior que va girando en espiral. Cuando pasamos por allí todavía estaba cerrado, así que no pudimos entrar: 
Caminamos en busca de la calle Stroget, peatonal y la más comercial de la ciudad, llegando a la plazoleta Amagertorv donde se encuentra la Fuente Stork (Storkesprinvandet), con sus 3 ¿cigüeñas? a punto de volar en diferentes direcciones:
Seguido está la Plaza Hojbro, con la estatua ecuestre del Obispo Absalon (Bishop Absalon):

Esta plaza da paso al islote Slotsholmen (es un islote pero tiene 8 puentes de acceso, por lo que no te das ni cuenta), donde están emplazados varios edificios, sedes de distintas instituciones oficiales danesas:
Entre esos edificios está el Palacio de Christiansborg, sede del Parlamento de Dinamarca (Folketing), la oficina del Primer Ministro danés y el Tribunal Supremo. Además, varias partes del palacio son usadas por los monarcas para hacer las recepciones reales. También hay una capilla y las caballerizas reales. Es el único palacio del mundo que alberga los poderes legislativo, ejecutivo y judicial del país, o sea las 3 ramas del gobierno de un país. Su torre es la más alta de Copenhague, 106 m.:
Otro edificio que está en este islote es la Bolsa (Borsen) de estilo típicamente danés, que hoy alberga la Cámara de Comercio de Copenhague y que tiene una torre de 55 m., visible casi desde cualquier punto de la ciudad y un tanto especial: 
En efecto, esa torre está formada por 4 colas de dragón que se van enroscando en espiral y que representan a los 4 países nórdicos: Dinamarca, Suecia, Noruega y Finlandia:
Desde allí, saliendo por otro puente, el Knippels, nos acercamos a Christianshavn, un barrio lleno de canales y pequeñas islas artificiales, que recuerda a Amsterdam:
En este barrio está la iglesia de Christián, ese día cerrada porque había un evento, pero he leído que es muy curiosa, diferente, rectangular y como con palcos, como si fuera un teatro:
Y desde allí nos fuimos a la iglesia de San Salvador (Vor Frelsers Kirke), en el mismo barrio, mucho más famosa que la anterior:
En esta iglesia subimos a la torre. Tuvimos que esperar un poco a que bajara gente porque el aforo es limitado 😅. Primero se suben unos pisos por dentro y ya después se sale a la calle por una escalera en espiral, que se va estrechando hasta llegar a la punta de arriba:
Las vistas desde allí son espectaculares. Hay varios miradores en la ciudad (la Torre Redonda, la Torre del Palacio de Christianborg,...) y yo sólo he estado en este, pero las vistas me parecieron  esplendidas:
En esta foto la escalera parece ancha (la fotógrafa que hace magia 😂), pero había que apretarse para dejar pasar:
Se apreciaban perfectamente las pequeñas islas y los canales. En esta foto, al fondo, se ve el puerto donde estaba atracado nuestro barco y un poco más cerca, rodeado de zona verde, la Ópera:
Y con mi superzoom eché un vistazo al barco, por si nos hacían alguna señal... En primer plano parte del edificio de la Ópera y detrás 3 cruceros (el nuestro es el de la derecha):
Y aquí cometimos el gran error del viaje (bueno, cometí...), aunque no fue el único 😱🙈: Había leído que una cosa para no perderse en Copenhague era Christiania, una comunidad independiente, con un estilo de vida peculiar. Y yo creía que era todo este barrio, el Christianshavn, donde está la iglesia de San Salvador. Y pensaba, "pues no es para tanto", sí que veía gente un poco más alternativa que en otras zonas pero nada que llamara la atención. Cuando he venido y lo he comentado con mi hermana y mi sobrina que lo conocen ya me explicaron que es una zona dentro de ese barrio y es realmente diferente, de hecho lo llaman la ciudad libre de Christiania, con mucho colorido, donde la droga se mueve con alegría. Y lo triste es que está justo detrás de la iglesia, hemos estado a un paso y no lo vimos, brrrrrrr, qué rabia!!!! 
En fin, ya salimos de la zona con estas vistas, desde la otra parte del puente, de la Bolsa y el Palacio de Christianborg:
Ahora nos dirigimos por el paseo del puerto nuevo al canal de Nyhavn. En algún tiempo fue barrio de pescadores, marineros y prostitución. Ahora es una parte del centro de la ciudad llena de bares y restaurantes y muy fotografiada por sus coloridas casas:
Cruzamos el puente para seguir todo recto hasta el Palacio de Amalienborg. Enseguida nos encontramos con el jardín de Amelie a la derecha:
A medio jardín, a la altura de la fuente, está la entrada al recinto del palacio, una amplia plaza presidida por la estatua ecuestre de Federico V. Alrededor hay 4 palacios de estilo rococó y que me parecieron iguales, del S. XVIII. Son la residencia de invierno de la familia real: en uno vive la reina, en otro el príncipe heredero y los otros dos se pueden visitar:
Tuvimos la suerte de coincidir con el cambio de guardia que cada día se realiza entre este palacio y el de Rosenborg:
Justo enfrente de la entrada desde el jardín, está la salida hacia la conocida como la iglesia de Mármol o Frederiks Kirke:
La cúpula es la mayor de Escandinavia y está inspirada en la de la Basílica de San Pedro de Roma. Está rodeada por 18 esculturas que representan a personajes importantes del cristianismo mundial subidas en la terraza y otras 14 del cristianismo danés a nivel de suelo :
La entrada es gratuita pero no siempre está abierta. Ya vimos que había mucha gente esperando así que intuimos que no tardarían en abrir: en efecto, enseguida abrieron y entramos. Por dentro, la cúpula, de 46 m. de altura y sostenida por 12 columnas cuadradas, está decorada con pinturas de los 12 Apóstoles:
Saliendo de allí en dirección a la Sirenita, nos topamos sin querer con la catedral católica de San Óscar (Sankt Ansgars Kirke), muy regia, de ladrillo rojo, cuyo interior no se me pareció nada a las iglesias de aquí:
En esa ruta teníamos que ver la iglesia de San Albano (St. Alban Kirke), anglicana, de formas llamativas, muy esbelta, como de cuento, en un entorno precioso, al lado de Kastellet que veríamos con detalle a la vuelta:
Junto a la iglesia está la Fuente Gefion (Gefionspringvandet) con una leyenda mitológica detrás: un rey sueco prometió a la diosa Gefion todo el territorio que pudiera arar en una noche. Para poder arar más, la diosa convirtió a sus 4 hijos en bueyes. Esto fue el origen del territorio donde hoy se asienta Copenhague. Historias aparte, este es el monumento más grande de la ciudad que, por cierto, ese día estaba un poco complicado de fotografiar, ya que había un evento deportivo que se realizaba a su alrededor y lo tenían vallado. Este evento, que recorría más zonas de la ciudad fue un verdadero incordio, ya que nos obligó a dar importantes rodeos 😩😩😩. Pero aquí está la foto (burlé por un momento al voluntario 😉😆😚):
Y llegamos a la famosa Sirenita (Den Lille Havfrue), creo que lo que más identificamos con Copenhague (por eso me decidí a ponerla en la portada). Ya sabía de su tamaño, de su entorno, de lo visitada que siempre está, ..., así que no me sorprendió. Lo que sí me produjo fue una sensación de tristeza, esa pobre sirena ahí, tan lánguida, con esa mirada vacia, sin moverse, tan sola en medio de tanta gente que la mira desde tierra y desde el agua, gente que algunas veces la somete a todo tipo de ultrajes, en fin...., la foto no podía faltar:

Un poco más adelante está la Sirenita Genéticamente  Modificada, pero decidimos no ir a verla. ¡¡¡La original es esta!!!
Volvimos sobre nuestros pasos para entrar en el recinto de Kastellet, una fortificación con forma de estrella. Lo que en su momento se construyó como lugar de defensa, hoy es un parque público donde pasear en un precioso entorno, aunque todavía tiene algún uso militar. Tiene dos puentes de acceso. Nosotros entramos por el Puente del Rey. Hay varias construcciones en su interior entre ellas una iglesia y este molino de estilo holandés, construido para cubrir las necesidades de los soldados en caso de asedio (también hay varios cañones en el recinto): 
Ya salimos y nos fuimos al Palacio de Rosenborg, para mí el más bonito, de estilo renacentista neerlandés. Llegamos atravesando el Jardín del Rey (Kongens Have). Majestuoso:
El castillo-palacio está rodeado (no por todas partes) por un foso con agua. Atravesar el puente desde los jardines te transporta a otra época o, quizás, te introduce en una película:
Se construyó como residencia de verano de la familia real danesa durante el reinado de Christian IV. Después sólo se ha utilizado como residencia real en 2 ocasiones de emergencia (qué lástima...):
Hoy funciona como museo abierto al público, en el que se exponen diversas colecciones de arte propiedad de la Corona danesa y las joyas de la corona:
Salimos por la parte de atrás del recinto del palacio, en dirección al Jardín Botánico, muy cerca. Lo primero que te encuentras es un lago lleno de bonitos nenúfares:
Tiene más de 22.000 plantas vivas clasificadas y repartidas en distintos grupos y espacios, como por ejemplo en esta Casa de las Palmeras, construcción que en su parte central me recordó al Palacio de Cristal del Retiro en Madrid:
Nuestro siguiente destino era el ayuntamiento, pasando por el barrio latino y, concretamente, por la Plaza Kultorvet, junto al viejo campus de la universidad de Copenhague, con mucho ambiente y con una fuente central que seguramente hará las delicias de los niños cuando funcione y haga mucho calor. A mí me recordó mucho a una plaza de Gante:
La atravesamos y seguimos hasta el ayuntamiento. Ahí nos empezaron a caer algunas gotas, pero nosotros llevábamos paraguas (¡¡¡🌂que somos del norte, oiga🌂!!!) con una bonita y roja fachada donde destaca la imagen dorada de Absalón y la esbelta torre del reloj (cuadrado, por cierto):
En la plaza del ayuntamiento (Radhuspladsen), que ahora está en obras, también se puede ver La Vejrpigerne o chica del tiempo: en lo alto de una torre se asoma una chica con paraguas o en bicicleta, dependiendo del tiempo que vaya a hacer. Ya no funciona, pero se pueden ver las chicas:
Por un lateral del ayuntamiento, buscando alguna entrada al edificio, estuvimos en un patio interior, pero no pudimos entrar a ver el famoso reloj astronómico de Jens Olsen, estaba ya cerrado 😥:
Por ese mismo lateral (☔ya llovía☔), está la escultura de Hans Christian Andersen, el escritor de cuentos infantiles más famoso del país (la Sirenita, el Patito Feo,...):
La escultura del escritor está mirando hacia el Tívoli, el parque de atracciones más antiguo del mundo🎢 y que, aunque como tal se ha quedado un poco obsoleto🎠, creo que merece la pena visitarlo por los jardines. Pues ahí cometimos  (bueno, cometí..) otro gran error. No sé con qué puerta daríamos que vimos que "algo" se cerraba 15 minutos después y pensamos que era el parque y entonces ya no nos merecía la pena pagar la entrada. Y ahora resulta que buscando el horario porque no lo recuerdo, acabo de leer que está abierto hasta las 11 de la noche. Qué tonta me siento 😰!! Nada, que voy a tener que volver:
Desde allí ya nos fuimos a coger el autobús de regreso al barco. Una duchita y nos fuimos al teatro, a ver un musical:
Y seguido a cenar. Para cenar, como ya dije, te asignan mesa y hora en uno de los restaurantes (hay 2 turnos, a los españoles nos suelen asignar el último, en nuestro caso a las 9, pero puedes cambiarlo). El resto de comidas, y la cena si quieres, son tipo buffet aunque también había otro comedor al que podíamos ir y te servían en la mesa. Esa noche llegamos los primeros. Nuestros compañeros de mesa eran 2 chicas valencianas, Rosa María y Dolores, 1 pareja onubense, Basi y Antonio y otra pareja catalana, Sara y Miguel. Fue un placer compartir mesa con todos ellos (aunque tuviéramos un poco de lío con tanto idioma...😳😂):
Después de cenar hubo una gran fiesta, la Flower Glory Party, con música de los 70´s y 80´s, muy, muy divertida y animosa, sin querer tenías que participar, cantar y bailar en ella, con canciones de siempre (vale, sí, soy mayor, sí, y me gusta Abba!! pero también me gusta Ed Sheeran, Camila Cabello o Don Patricio y sus lunares).
El día siguiente, lunes, fue de navegación, no atracamos en ningún puerto: hacíamos Copenhague-Helsinki y hay mucha distancia. Así que ese día le aprovechamos para disfrutar del barco, de este pedazo de barco:
Tiene todo tipo de actividades de ocio. En la televisión que teníamos en el camarote, en unos librillos que nos dejaban cada tarde con toda la información del barco del día siguiente, en las pantallas táctiles que hay por todo el barco o en la aplicación del barco que teníamos en el móvil, íbamos viendo qué cosas había, a qué hora y en qué sitio e íbamos a lo que nos gustaba. Imposible aburrirse. Ese día, además, hacía muy bueno y la gente estaba en las piscinas y tomando el sol. Yo no, que aunque había llevado el bañador, no soy mucho de piscina y preferí otras actividades. 
Cuando llegamos hicimos la reserva del Circo del Sol para ese día precisamente. Tiene varias actuaciones al día en este barco y hacen 2 espectáculos diferentes. Yo pregunté y me aconsejaron el que llaman Viaggio. Este es el único espectáculo que hay que pagar aparte si quieres verlo . Costaba 15 € con cóctel (nuestra opción) o 35 € con cena. A mí me dejó un poco ploff, la verdad, me esperaba más (y no fui la única). La puesta en escena estaba bien. Hicieron malabares con pelotitas, acrobacias con telas, equilibrios con una escalera (hay que ver cómo subía y bajaba aquel muchacho por aquel pedazo de escalera sin apoyarla en nada, sin duda lo mejor) y saltos acrobáticos de una pareja que también estuvo bien:
Por la noche, la Galería, un pasillo central de casi 100 m de largo, se llena de gente paseando en torno a boutiques, restaurantes temáticos, heladería, chocolatería, bares,... con una Cúpula Led, dicen que la más grande que surca los mares, que lo mismo mostraba una noche estrellada que  te parecía estar contemplando la Capilla Sixtina, que te ponían un espectáculo de fuegos artificiales en París, Londres, Nueva York,... (esto era cada noche, a las 12). Era espectacular, la verdad:  
Y así terminaron nuestros primeros días de crucero, intentando disfrutar al máximo de todo, de las salidas y del barco, intentando, también, superar algunos momentos de una cierta sensación de incomunicación con el exterior (cuando navegábamos, quitábamos los datos de los móviles, que es muy caro). Demasiada dependencia!!!
Nuestro siguiente destino: Helsinki. Próximamente en este mismo blog.
ENLACES A LAS OTRAS ESCALAS DE ESTE CRUCERO POR EL BÁLTICO:
➠ HELSINKI (FINLANDIA) 
➠ TALLÍN (ESTONIA)
➠ SAN PETERSBURGO (RUSIA)

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