En esta ocasión, en la primera semana de abril, aproveché unos días de vacaciones para acompañar a mi hija hasta Gijón, donde ella estaba trabajando. Fuimos el domingo en autobús a última hora de la tarde y ya el lunes ella se fue a trabajar y yo, después de desayunar, comencé mi turisteo por la ciudad. Desde el hotel, cercano a la estación de tren, me dirigí a la playa de Poniente, la más cercana: