Después de una noche en el Parador de Monforte de Lemos, como ya os conté aquí, desayunamos, resolvimos un tema mío con una llamada telefónica, y nos pusimos en marcha hacia el primer mirador de los que habíamos elegido, el de Cabo do Mundo II, a unos 20 km hacia el oeste, en la margen izquierda del Miño. El acceso, En su tramo final, era bastante angosto, yo iba pensando: 'madre mía, dónde nos estamos metiendo...', pero bueno, enseguida llegamos y no todos eran así (uuuuffffff, menos mal). De todas formas, en cuanto vi esto, se me quitaron las preocupaciones, iba a merecer la pena, sin duda:
La siguiente parada era en Fervenza de Augacaída, un salto de agua de unos 40 m de altura al que llegamos pasando por un sendero a veces pedregoso, a veces muy abrupto, con importantes desniveles, atravesando un bonito bosque donde quedan restos de construcciones y de bancales hoy abandonados. La última parte está acondicionada con escaleras de madera porque la pendiente lo hacía peligroso:
Después, volviendo un poco hacia atrás, seguimos la desviación al Castro de Marce, por otro serpenteante sendero, bordeando la falda de la montaña. Así llegamos a un mirador desde el que se ve el Miño en una de sus muchas curvas y, hacia la izquierda, la cascada que acabábamos de visitar:
Cuando ya pensábamos darnos la vuelta, me dio por seguir un camino algo marcado por pisadas y resquilando un poco llegamos a esto, una auténtica maravilla. Llegar hasta aquí no fue ni rápido ni cómodo, pero sería uno de mis sitios favoritos para pasar una tarde leyendo, o, simplemente disfrutando del silencio, de las vistas, de la paz...:
Regresamos por el mismo camino, entre piedras, musgo, árboles,...:
Y, atravesando la casi abandonada población de Marce, volvimos al coche:
Desde allí salimos a la N120 y enseguida paramos en el Miradoiro de Pesqueiras, uno de los más cómodos de ver, junto a la carretera y con un amplio aparcamiento. En el centro del mirador hay un monumento con un casco en homenaje a los moteros fallecidos:
Continuamos por la carretera Nacional hasta salirnos en Os Peares, un pueblo complejo donde los haya: está repartido en 2 provincias, Lugo y Ourense, en 4 ayuntamientos,..., administrativamente hablando es un caos..., y es, precisamente, dónde el río Sil vierte sus aguas al Miño. Era la hora de comer y después de una carretera infame llegamos a La Peroxa, a un restaurante que reservamos sobre la marcha y dónde comimos un plato del día estupendo. Estaba lleno y ya pensamos que se tenía que llegar por otro lado mucho más fácilmente, y, en efecto, hasta Ourense había unos 20 km de buena carretera. Realmente, para no visitar Ourense (como hicimos nosotros), dimos una vuelta innecesaria, porque aunque comimos bien, estaba demasiado a desmano, mejor buscar algún sitio en Os Peares, que aunque nosotros no lo encontramos, seguro que lo habrá y desde allí ir al Monasterio.
Como decía, bajamos por Ourense y continuamos hasta llegar a nuestro siguiente destino, el Monasterio de San Pedro de Rocas, erigido en un lugar increíble, rodeado de naturaleza en estado puro, el más antiguo de Galicia y el único donde se conserva una parte de su estructura original, de culto católico hoy fuera de uso .
Este conjunto monacal, esta formado por la Casa Rectoral, sobrio edificio construido con las piedras del antiguo monasterio, empleado hoy como Centro de Interpretación de la vida monacal y de las diferentes profesiones de la zona. Pasamos un buen rato con todos los curiosos detalles que se exponen:
Pero el símbolo de este conjunto es, sin duda, el campanario construido sobre un arco excavado en la piedra, un monolito de unos 14 m de altura:
Por la parte de detrás está el paso a un cementerio, que hoy ya no se usa, y unas escaleras que suben hasta el campanario:
Nos gustó mucho esta visita, por su ubicación, por su entorno, por su historia,...
Ahora ya nos tocaba algo más relajado, ¿y qué mejor que un columpio con vistas? Pues a O bamban do Solpor que nos acercamos, y no era el río lo que se veía desde aquí, no, era la puesta de sol, (como su propio nombre indica: bamban= columpio, solpor= puesta de sol,😲):
En realidad, el columpio nos cogía casi de paso a nuestra siguiente visita, mucho más interesante: el Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil.
En realidad es un complejo monástico, situado en la provincia de Ourense, a 28 km de su capital, junto a la margen izquierda del río Sil, utilizado hoy en día como Parador Nacional, lo cual explica su buen estado de conservación:
Esta es una vista panorámica de la parte frontal del complejo monacal, con la iglesia a la derecha, debajo el cementerio, la entrada principal del monasterio y el resto de estancias (sin recortar para no perder nada):
Formando un ángulo recto con el edificio del monasterio, está la iglesia, que se mantiene como parroquia, y, delante de ella el cementerio, que también se utiliza. En lo alto, en la hornacina central está la figura de San Esteban, flanqueado por las 2 torres prismáticas, con sus balcones y sus tejados piramidales :
Entramos en la iglesia, previo pago de 2 € por persona, sin visita guiada que a esa hora ya no había.
Una joya expuesta en esta iglesia, además del retablo del altar mayor, es esta talla del siglo XII realizada en piedra y que representa a Jesucristo y los 12 apóstoles. Por el otro lado también está tallada, pero solo con la cara de Jesús. Es llamado el Claustro Pétreo y fue encontrada en un muro del claustro Grande o de Caballeros:
Después visitamos el monasterio propiamente dicho, de entrada libre, hoy perteneciente a la red de Paradores de Turismo de España. Su fachada es de estilo barroco:
Según entras te encuentras con el claustro de los Caballeros, Grande o de la Portería. Es enorme, de 3 alturas, muy bien cuidado:
Otro de los 3 claustros que tiene este conjunto monástico es el de Obispos, donde fueron enterrados 9 obispos que se habían retirado a este monasterio hasta su muerte. En torno a ellos y a sus anillos existe una leyenda que habla de su poder curativo. Lo cierto es que en una de las obras de restauración realizadas en el 2020, apareció un saquito de seda bordado que contenía 4 anillos y unos documentos de 1785 que acreditaban ser de los obispos. Actualmente, sus restos están en la iglesia. Este claustro, tan diferente al de Caballeros, es, junto con la iglesia, lo más antiguo que conserva el monasterio:
La galería que rodea al patio central del claustro de los Obispos también está en perfecto estado de conservación, parecía recién construida:
La ruta que había diseñado contaba con haber visto este día el mirador de Vilouxe, aunque teníamos claro que no sabíamos muy bien el tiempo que nos iba a llevar visitar cada uno de los diferente puntos que habíamos elegido entre tantos posibles. Y aquí se produjo el primer desfase. Se nos hizo tarde...
De camino ya decidimos que no íbamos a entrar en Vilouxe, sabíamos que había que andar y ya no nos daba tiempo. Eso sí, aprovechando las últimas luces, paramos en otro mirador que teníamos apuntado que estaba al borde de la carretera: El mirador de Cabezoás. Hay una pasarela metálica y una estructura de madera sobre la que estamos a 800 m sobre el nivel del mar. La mole de enfrente tiene una caída de 400 m sobre el río que aquí es donde tiene mayor profundidad:
Ya se nos hizo de noche así que nos fuimos directamente a Parada de Sil, donde teníamos reservado el hotel para esa noche. Teníamos que recorrer unos 18 km desde Santo Estevo, pero hubo un tramo de unos 10 km que fue un horror: una carretera estrecha, llena de curvas muy cerradas, los árboles parecía que se cerraban por encima nuestro dejándonos sumidos en la más oscura de las negruras, me dio un poquito de miedo, la verdad.
Finalmente llegamos a nuestro destino, Parada de Sil, localidad muy bien situada para seguir la ruta que teníamos pensada. Esa noche, tras dejar nuestras cosas en la habitación y asearnos un poco, bajamos a cenar al mismo bar del hotel. Muy bien por cierto. Después subiríamos a la habitación, sencilla pero confortable, una duchita y a dormir, que había mucho que ver todavía.
Así que ... un brindis y hasta mañana!!!
Eso sí, como siempre, os dejo un mapa de la ruta que hicimos ese día, resaltando en rojo los lugares que visitamos (recuerdo que la vuelta que dimos desde los Peares al Monasterio de San Pedro de Rocas pasando por la Peroxa y Ourense es innecesaria, mejor ir directamente):
Enlaces al resto de rutas que hicimos por la Ribeira Sacra: