Esta es una de las rutas más bonitas que he hecho. Y mira que por Picos de Europa hemos hecho varias espectaculares, pero esta...
Su historia es esta: Había oído hablar a mi prima de la ruta de los laberintos del Asón muchas veces. Al principio pensaba que se refería a la ruta de la vuelta al Colina que ya habíamos hecho y que tiene también algún pasillito, pero cuando ya lo aclaramos, un día decidimos hacerlo. Vaya con los laberintos....
Estamos en el Valle de Soba y nos vamos a adentrar en el Parque Natural Collados del Asón. Para ello, dejamos el coche en el aparcamiento que hay una vez subida la carretera en zig-zag del Asón, pasando el mirador de la cascada, justo en el alto, que estaba lleno de coches. Empezamos siguiendo de frente la pista con un cartel informativo de la zona, pasando junto a la fuente Bezón, un mirador del valle del Asón y varias cabañas a nuestra derecha hasta llegar al alto de la Posadía, tomando una desviación a la derecha, un poco más adelante de donde empezamos la ruta de la Colina (os lo conté aquí). Enseguida intuimos lo que nos esperaba:
Empezamos una dura subidilla, hacia los Castros de Horneo:
Estructuras rocosas de todas las formas y tamaños:
En la foto, en el centro, al fondo, lo que se ve más bajo, está el Picón del Fraile, a 1659 m de altura, con la bola tan visible desde distintas partes de Cantabria. Es el Escuadrón de Vigilancia Aérea (EVA):
Continuamos en busca de nuestro siguiente objetivo, la entrada al Canal de Canalijo, marcado por este árbol caído nos espera:
Comenzamos una sucesión de pasillos entre enormes rocas:
El camino es claro, a veces señalizado con jitos como el de la foto. ¿Lo veis? no, no es el grande 😄:
El Canal o Cañón de Canalijo es eso, un canal laberíntico entre enormes formaciones rocosas de hasta 40 m de altura que a veces tiene fuertes bajadas en las que tuvimos que echar el culo al suelo porque, además de la pendiente, había piedras sueltas y resbaladizas. Y sí, vale, también había un poquito de miedo 😔. Y, ¡cómo no!, mi marido siempre dispuesto a inmortalizar esos momentos:
Y claro, si cuando en una ruta de montaña estás subiendo te encuentras con una bajada, ya sabes que más pronto que tarde vas a tener que subir... pues ahí estamos, resquilando (sí, sí, buscad, que estamos 😅)
Seguimos avanzando por el laberinto rocoso hasta salir a una zona más abierta:
Detalle de la parte superior de alguna de esas formaciones rocosas, labradas por los distintos fenómenos meteorológicos con libertad y aparente "facilidad":
Y cuando nos parecía que lo "peor" ya había pasado (sin sufrir en ningún momento, por el contrario lo disfrutamos mucho), nos encontramos con esta ventana. A través de ella vimos el camino que nos esperaba allá abajo. Aquí sólo nos asomamos para continuar por la derecha:
El sendero nos acercó hasta la cueva Turrutuerta, cuya entrada se distingue bien porque la enorme roca que le sirve de pared lateral por la derecha está inclinada, reposando sobre la pared de la izquierda, como si se hubiera caído:
Seguimos el camino que nos permite ver esta construcción-refugio para los duros días del frío invierno:
Y así llegamos a la cabaña Concinchao (o Cochifrita 😏, no sé quién pone los nombres en esa zona😳):
Yo, como siempre, no puedo evitar fijarme en flores tan fotogénicas como esta, que apenas puede hacerse ver en un suelo de secos helechos:
Por esta zona comimos los bocatas para continuar por una transitada senda:Ahora tocaba una bajada:
Y entramos en Canalahonda. Este pasillo es más amplio en la base que Canalijo aunque las paredes que lo cierran siguen siendo enormes, unos 40 m. de altura. Dentro hay un pequeño bosque de hayas. Nos llamó la atención el suelo cubierto por una esponjosa capa rojiza de abundantes hojas, como si estuviéramos en otoño pese a ser primavera. Todo ello parecía sacado de un cuento de hadas y nosotras buscando al duende. Fijaos qué pequeñas se nos ve, imaginad la grandiosidad del entorno...:
A este sitio también lo llaman la Cañada del Silencio... un lugar mágico:
Y salimos al Collado de los Lobos con amplias vistas:
Cogimos otro sendero viendo por debajo el camino que íbamos a seguir hasta llegar a la llanura de Brenavinto (en la foto, señalado con varias flechas), por debajo de los Campanarios, hasta llegar al Alto de la Posadía, donde cerraríamos el círculo, y continuar por la pista asfaltada. En la foto, a la izquierda, señalado con una flecha, el laberinto o Canal de Canalijo:
Pero para llegar a ese sendero todavía nos quedaba bajar bastante, cruzando otro bosque de hayas:
Y así nos fuimos acercando a la llanura o poljé de Brenavinto, cruzado por varias y serpenteantes vías de agua, que en invierno llegan a inundar este prado; desde aquí se ve con claridad su origen glaciar. Cuando subimos a Colina esto era un lago totalmente congelado, hielo que se iba rompiendo haciendo un extraño sonido. A veces, dependiendo de la época, el camino marrón que se ve en la foto bordeando el prado, es un río:
En el Alto de la Posadía nos encontramos con un conocido que iba guiando a un grupo para hacer otra de las varias rutas que se pueden hacer por la zona y juntos fuimos bajando la pista hacia el coche.
En resumen, esta ruta, de unos 12 km, es preciosa, espero poder repetirlo🙏... si podéis, no desaprovechéis la ocasión de hacerlo, me lo vais a agradecer😊. También me gustaría hacer las demás opciones que hay en este Collado del Asón porque estoy segura de que todas merecen mucho la pena.
En esta ocasión, en lugar de hacer yo el mapa orientativo, os dejo el enlace al track de wikiloc que nosotros seguimos. Para quien no lo conozca, me parece un poco lioso diferenciar unas rutas de otras, quizás por los nombres (Brenavinto, Brenalengua, Brenaromán, Bustalveinte, Canalijo, Canalahonda, Hondajón, Ojón...), así que la que aquí he descrito es esta:
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