02/11/2025

COMILLAS- V.G. COTALVIO, RUILOBA- SECUOYAS- CANTABRIA

Ese día fluyó sin haberlo preparado... Por la mañana fui a un evento en Torrelavega y cuando terminó, cerca del mediodía, pensé: '¿Y si, ya que estoy aquí, me tomo el día por mi cuenta?' Pues ni corta ni perezosa eso hice. Lo primero busqué algo para ver por la zona y... sorpresa, había un vértice geodésico cerca, pero antes tenía que comer, busqué un supermercado en Comillas, compré para hacerme un bocata y agua y me di una vuelta por allí antes de sentarme en un banco y comer...
Me acerqué al puerto de Comillas protegido por un dique balizado en su extremo, un buen mirador:
Desde allí la playa se ve en todo su esplendor:
La baliza está en un mirador perfecto para ver la costa hacia la parte oriental, hacia Suances, con la Punta del Miradoiro, el mirador de la Corneja,.... ese recorrido os lo conté aquí en la ruta que hicimos desde la playa de Luaña hasta Comillas:
Y desde la playa, la punta del espigón luce con elegancia:
La playa de Comillas es... esto, fina arena dorada, aguas turquesa, prados, jardines y montes verdes...:
Después me acerqué a otro punto emblemático de Comillas, su cementerio, cuya entrada está declarada Bien de Interés Cultural:
Pero es, quizá, la figura del Ángel Exterminador lo que tiene más fama de ese cementerio, aparte de una historia sobre la iglesia encima de la que está construido el cementerio. A mí, personalmente,  me fascina la expresividad de esta figura:
Cuando me pareció, me senté en un banco del paseo marítimo y comí mi bocata. Después cogí el coche y me fui a Ruiloba, cerca de Comillas, estuve un rato parada en un cruce porque había una carrera ciclista y ya llegué a la plaza del ayuntamiento, donde aparqué. Seguí unas indicaciones que encontré para llegar al Mirador de Yeyo, bien señalizado. Se trata de un mirador astronómico, con buenas vistas sobre la zona:
Este mirador está a medio camino de mi objetivo, el vértice geodésico Cotalvio, por lo que seguí la pista, bajo la atenta mirada de alguna vaca que pastaba en los prados de la zona:
Por allí los árboles se visten del color que quieren:
Y así, llegué al vértice, en una pequeña loma, rodeado de escajos, excepto justo en su base, donde las flores amarillas le daban un cierto encanto. Está a 303,6 m de altitud, muy poca, como todos los que están cerca de la costa, en la zona occidental de Cantabria:
Desde arriba se ve el mar Cantábrico y algunas de las joyas cercanas, como la ermita de los Remedios (con el restaurante adyacente del mismo nombre, al fondo, entre los árboles) y más cerca, sobresaliendo entre los tejados del pueblo, la hermosa torre de la iglesia de Ruiloba: 

De vuelta,  me fijé en estas flores que lucían así, libres:

Y en estas otras en comunidad...:
Y en esta protegida por los pinchos de la planta de al lado:

Ya en el pueblo, estuve rodeando y admirando la iglesia de la Asunción, que, aunque en un principio era barroca, con posteriores reformas, su torre y su cúpula, presentan un estilo que algunos han calificado de neobizantino (en la foto se pueden apreciar bien los arreglos, por el color) . Sea como fuere, me parecen preciosas:

Desde esta otra perspectiva se aprecia aun más, la esbeltez de la torre:

A su alrededor, hasta las farolas me gustaron:

Di por terminado mi paseo, de unos 6 km en total, muy satisfecha y contenta por haber aprovechado tan bien el día, así, sin programarlo, según fue surgiendo...
Pero... para coger la autovía y venirme para casa, tenía que pasar junto a la entrada del bosque de secuoyas del Monte Cabezón, cerquita de Cabezón de la Sal, y aunque he estado varias veces, ese día me apetecía darme un paseo por allí dentro. La primera parte se recorre por una pasarela de madera que me parece que se ha mimetizado perfectamente con el entorno:
Los troncos de las secuoyas ya son especiales:

Y sus copas...

Las de Cabezón son 'secuoyas bebé' ya que se plantaron en los años 40 del siglo pasado, tienen una altura media de unos 40 m y un perímetro medio de unos 2 m (hay secuoyas en California de 1000 años de antigüedad y más de 115 m de altura):

Pasear entre ellos es un lujo, es rodearte de un Monumento Natural declarado por el Gobierno de Cantabria:
El suelo tan mullido, por estar cubierto de agujas y otras materias vegetales de los mismos árboles, permite dar un cómodo y relajado paseo:
Y con el cortisol en su justa medida, volví al coche de nuevo por la pasarela y para casa:
Eso sí, me queda pendiente caminar por otras que hay en el mismo bosque, sendas del roble, del eucalipto, del castaño, del acebo, del abeto,...
Hace un par de semanas estuve con mi hija haciendo una ruta por la zona y volvimos a pasear entre las secuoyas. A mí siempre me reconforta el silencio y la paz que allí se siente.