Después de mucho tiempo, por fin nos pusimos de acuerdo para visitar todos juntos el Parque Natural de Cabárceno, aquí en Cantabria, y hacerlo andando.
Sin duda, es el paraiso para los animales en semilibertad, nada que ver con otros parques zoológicos, al menos de los que yo he visto. Además, en este parque se realizan labores de investigación relacionados con la conservación de especies en peligro de extinción. El parque está construido sobre una antigua mina de hierro y solamente por ver el paisaje, merece la pena visitarlo. Tiene varias entradas y lo mejor es llevar un mapa, para no perderte nada, de todas formas está bien señalizado. Nosotros, de hecho, lo visitamos sin mapa y no dejamos de ver nada, dentro de lo que nos dio tiempo. Nos faltó una zona, la parte de la entrada por Obregón. Pero creo que aprovechamos muy bien el tiempo y lo disfrutamos muchísimo.
Por la entrada desde el Pueblo de Cabárceno, lo primero que nos encontramos, fuera del recinto del parque, es el lago del Acebo, desde donde se pueden ver los elefantes sin pagar la entrada.
Ya una vez dentro, y por seguir un orden, subiendo por la derecha, podemos ir viendo los watusis:
y los búfalos de agua. En frente las gacelas y addax.
Seguimos viendo a las cebras Grevy, que me gustan más que las otras, las comunes. Están en grave peligro de extinción. Aquí han conseguido, por primera vez en España, que nazca una cria en cautividad, consolidando al parque como referente internacional en cuanto a la conservación de especies en peligro de extinción y pionero en el desarrollo de programas de reproducción de especies animales en cautividad.
Seguimos para arriba y vemos a los búfalos:En frente, los cobos de agua:
Los leones, ese día, un poco apáticos:
Más arriba los linces, encaramados en la peña:
Y tras una buena cuesta, del 18% de desnivel, llegamos al Mirador del Rubí, creo que el punto más alto del parque. Desde aquí se puede ver la bahía de Santander y las espectaculares y afiladas rocas que conforman el parque. Aquí están también los papiones de Guinea, unos monos con muy mala leche, aunque no lo parezca en esta foto, posando en plan familia feliz:
Allí pasamos un buen rato, se peleaban entre ellos, se subían a los arboles y se columpiaban, se perseguían chillándose, ..., mientras el chiquitín comía su zanahoria. Fue muy divertido.
Ahora empezamos a bajar, pasamos por los wallabys, una especie de canguros, los licaones, los hipopótamos enanos (lo que menos me gustó del parque, la verdad) y llegamos a las jirafas. Me encantan las jirafas. ¡Se las ve tan elegantes y lustrosas! Les hice muchísimas fotos. Están en una amplia extensión conviviendo con avestruces y elands:
El ñu azul tenía pinta de tener muy mala leche, de lo más altivo:
Por detrás están los osos. Son los que disfrutan de más terreno, también es cierto que son unos 70 osos, necesitan su espacio. Ahí pasamos otro buen rato. Cuando llegamos estaban comiendo. Algunos jugaban entre ellos, otros echaban a andar para arriba y enseguida les veías por la montaña arriba, entre las rocas. La verdad es que daba gusto verlos en un espacio tan amplio y tan, digamos, "libres", aunque ya se que eso es muy relativo, pero para ser un zoológico...
Continuamos viendo las cebras comunes. Vimos una cria mamando. Preciosa estampa.
Desde ahí ya llegamos hasta el lago donde están los hipopótamos. El sitio ideal para comer. No faltaron las aceitunas, un clásico, jajaja.
Tras el merecido descanso y reposición de fuerzas, continuamos la marcha hacia los dromedarios, hay una cría joven:
Continuamos viendo a un rinoceronte y un poco más allá estaba otro rinoceronte blanco con la cria, nacida hace poco más de un mes. Se trata de un nuevo hito para el parque, ya que es una de las especies con mayor dificultad de reproducción en cautividad y en serio peligro de extinción. Es el segundo parto de esta especie en nuestro parque. Había que ver como la madre estaba pendiente de la cría en todo momento.
Desde ahí nos volvimos hasta donde estaban los tigres y los gorilas. Los tigres los pillamos en mal momento: muy pendientes de la comida.
La cría de gorila daba una gran ternura verla:
También encontramos una especie sin catalogar, de gran tamaño:
Realmente pasamos un día maravilloso. El parque es una preciosidad, no sólo por los animales. Si tenéis ocasión no dejéis de visitarlo, merece la pena.
Los que lo conocéis, compartir con nosotros vuestra opinión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario