Al día siguiente, como ella trabajaba por la mañana, yo me fui a Madrid (ella vive a unos 20 km. de la capital), a pasear un poco por el casco antiguo.
No podía faltar la visita a la plaza de la Puerta del sol, donde había varios mimos que estaban levitando, o sea, no estaban con los pies en el suelo, sólo se apoyaban en un palo o bastón.Yo no lo había visto nunca y me sorprendió, la verdad. En la foto de la derecha no se aprecia, pero estaba el chico sentado en el suelo aguantando un palo con la mano, y la chica se apoyaba con su mano en la otra punta del palo, suspendida en el aire, sin tocar la farola ni nada, parecía imposible, sí, ya sé que tiene truco, pero..., por lo visto tiene que ver con un arnés que llevan por dentro, pero así todo... El de la chistera levantaba un palmo del suelo apoyándose en el bastón pero así como le veis, sin esfuerzo, jajaja.
Paseé hasta la Plaza Mayor, donde coincidí con un espectáculo de caballos.
Desde ahí, caminé hasta el mercado de San Miguel, el único que se conserva con estructura de hierro. Era media mañana, los puestos a tope, mucha gente, aunque nada que ver con lo que había a la hora de comer.
Las tartas parecían decir:"cómeme, cómeme...". De hecho, algunas tenían escrito mi nombre, jajaja. Cuando volví a comer, ya no quedaba nada con fresas.
A continuación fui hasta el Palacio Real.
Y enfrente la catedral de la Almudena.
Ya había visto varias veces la catedral, pero nunca me había gustado tanto como ese día, no sé por qué, así que hice un extenso reportaje fotográfico.
Altar de la Virgen de la Almudena:
Ábside de la Catedral con sus coloridas vidrieras:
El órgano, impresionante:
A continuación fui hasta el Palacio Real.
Y enfrente la catedral de la Almudena.
Ya había visto varias veces la catedral, pero nunca me había gustado tanto como ese día, no sé por qué, así que hice un extenso reportaje fotográfico.
Altar de la Virgen de la Almudena:
Ábside de la Catedral con sus coloridas vidrieras:
El órgano, impresionante:
Otra vista del colorido techo de la Catedral:
Nave central:
Otro detalle del techo:
Techo interior de la cúpula:
Otro detalle en un rincón de la Catedral: la Estela de la Almudena, una verdadera obra de arte, cincelada en plata.
Las puertas de entrada de bronce, en la fachada de Bailén, por donde se entra normalmente a la catedral, con las figuras, entre otros, de los reyes, también merecen una mención.
Llegó la hora de tomar un tentempié. Lo tomé en El Anciano Rey de los Vinos, la taberna en donde siempre hemos parado por esa zona, para comer o cenar. Centenaria y castiza, justo delante de la Almudena y del Palacio Real.
Desde aquí, tras tomar un vermouth y una tapita, me fui a ver la cripta de la Catedral. No la conocía y me ha encantado.
Está debajo de la Almudena, con sus mismas dimensiones. Es neorománica, con más de 400 columnas, con capiteles todos diferentes.
Nave lateral, con lápidas en el suelo.
Nave central, con columnas de más de 3 metros.
Detalle de la parte de atrás del altar mayor.
Nave lateral, con lápidas en el suelo.
Nave central, con columnas de más de 3 metros.
Detalle de la parte de atrás del altar mayor.
Desde aquí, tras ver los jardines de Sabatini, junto al Palacio Real, la plaza de Oriente con el Teatro Real, el Palacio del Senado por la parte de atrás (estaba buscando el café Chinitas, que no encontré aunque estuve muy cerca), seguí hasta la Plaza de España, que por cierto está en obras y da un poco de pena verla.
Monumento a Cervantes en la plaza de España.
Y sin darme cuenta eran las 3 de la tarde y sin comer. Me volví al mercado de San Miguel, que estaba a tope de gente, comí y fui a encontrarme con mi hija en la Puerta del Sol. Desde allí nos fuimos a la Gran Via viendo sus edificios emblemáticos.
Edificio Metrópolis, Gran Via- Calle Alcalá.
Llegamos a la Plaza de Cibeles, Puerta de Alcalá y entramos al Retiro.
Anduvimos por el Pº del Estanque (esta vez no remamos) y llegamos hasta el Palacio de Velázquez donde había una exposición de Cildo Meireles. Es una experiencia sensorial. Entre todo, quizás lo más extraño es esta llamada "Olvido". Es una tienda de campaña india formada por 16.000 billetes de paises americanos, rodeada por 3 toneladas de huesos de patas de buey y cercado por un muro de 70.000 velas blancas. ¿Dinero, muerte, religión?... Pero lo más impactante es el olor, huele a muerto...
Seguimos hasta el Palacio de Cristal, mucho metal, mucho vidrio, pero a mí me faltaba algo, sacarle más provecho.
Llegamos hasta la Rosaleda, con miles de rosas. Supongo que en primavera estará espectacular.
Salimos por la otra punta del retiro y volvimos a coger fuerzas a una panadería-pastelería-cafetería que conocía mi hija, [H]arina, junto a la Puerta de Alcalá, donde merendamos chocolate y tarta de zanahoria. Exquisita. Mi hija dice que la que yo hago está mejor todavía, pero eso es amor de hija, jajaja. Ya la publicaré.
El local era también muy guay, decorado en blanco con detalles chulos, aunque el servicio era un poco despistado.
Cuando salimos, ya casi de noche, nos tropezamos, como no podía ser menos, con una manifestación, por los recortes, "Sin ciencia no hay futuro" decía la pancarta, nos informamos, participamos un rato y nos fuimos para casa, yo reventada.
Eso sí, aprovechamos el corte de tráfico para hacer la foto junto a la Fuente de Cibeles, que no siempre es posible acercarse tanto.
Al día siguiente hicimos unos recados por allí, descansamos y por la noche salimos a cenar.
No, no lo comí todo!! Bien, pero demasiado.
Y llegó el domingo!! Objetivo: EL REY LEÓN. Me encantó. A mi me chiflan los musicales y siempre que puedo voy a ver alguno, pero este es otra historia. Los que no lo hayáis hecho, si tenéis ocasión, id a verlo.
Cuando acabó, nos fuimos a merendar-cenar a la chocolatería que Javier nos recomendó: San Ginés, un sitio con encanto y con mucho prestigio.
Lunes. Mi hija se fue a trabajar y yo, con mi maleta, decidí acercarme a Madrid hasta la hora de ir al aeropuerto. Me fui tranquilamente al barrio de Salamanca, a la milla de oro: Roberto Caballi, Giorgio Armani, Suarez,...son sólo unos ejemplos de las firmas que se muestran a sus selectos clientes en esta zona. Uuuufffff!!!
Edificio Metrópolis, Gran Via- Calle Alcalá.
Llegamos a la Plaza de Cibeles, Puerta de Alcalá y entramos al Retiro.
Anduvimos por el Pº del Estanque (esta vez no remamos) y llegamos hasta el Palacio de Velázquez donde había una exposición de Cildo Meireles. Es una experiencia sensorial. Entre todo, quizás lo más extraño es esta llamada "Olvido". Es una tienda de campaña india formada por 16.000 billetes de paises americanos, rodeada por 3 toneladas de huesos de patas de buey y cercado por un muro de 70.000 velas blancas. ¿Dinero, muerte, religión?... Pero lo más impactante es el olor, huele a muerto...
Seguimos hasta el Palacio de Cristal, mucho metal, mucho vidrio, pero a mí me faltaba algo, sacarle más provecho.
Llegamos hasta la Rosaleda, con miles de rosas. Supongo que en primavera estará espectacular.
Salimos por la otra punta del retiro y volvimos a coger fuerzas a una panadería-pastelería-cafetería que conocía mi hija, [H]arina, junto a la Puerta de Alcalá, donde merendamos chocolate y tarta de zanahoria. Exquisita. Mi hija dice que la que yo hago está mejor todavía, pero eso es amor de hija, jajaja. Ya la publicaré.
El local era también muy guay, decorado en blanco con detalles chulos, aunque el servicio era un poco despistado.
Cuando salimos, ya casi de noche, nos tropezamos, como no podía ser menos, con una manifestación, por los recortes, "Sin ciencia no hay futuro" decía la pancarta, nos informamos, participamos un rato y nos fuimos para casa, yo reventada.
Eso sí, aprovechamos el corte de tráfico para hacer la foto junto a la Fuente de Cibeles, que no siempre es posible acercarse tanto.
Al día siguiente hicimos unos recados por allí, descansamos y por la noche salimos a cenar.
No, no lo comí todo!! Bien, pero demasiado.
Y llegó el domingo!! Objetivo: EL REY LEÓN. Me encantó. A mi me chiflan los musicales y siempre que puedo voy a ver alguno, pero este es otra historia. Los que no lo hayáis hecho, si tenéis ocasión, id a verlo.
Cuando acabó, nos fuimos a merendar-cenar a la chocolatería que Javier nos recomendó: San Ginés, un sitio con encanto y con mucho prestigio.
Lunes. Mi hija se fue a trabajar y yo, con mi maleta, decidí acercarme a Madrid hasta la hora de ir al aeropuerto. Me fui tranquilamente al barrio de Salamanca, a la milla de oro: Roberto Caballi, Giorgio Armani, Suarez,...son sólo unos ejemplos de las firmas que se muestran a sus selectos clientes en esta zona. Uuuufffff!!!
Y después de comer, el metro y al aeropuerto. Se acabó. Me gusta Madrid ¿y a vosotr@s? ¿os parece estresante?
Madrid es la ciudad en la que nunca te aburres.... siempre hay algo que ver o algo que hacer.... OTras comunidades deberían fomentar más el ocio....creo yo!!!!! Aquí en Madrid, hay ofertas de todo!!!!!!
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, siempre hay algo que ver. Gracias!!
EliminarPara mi... Madrid centro es bastante estresante y con mucha contaminación... Creo que es un lujo poder vivir en las afueras....
ResponderEliminarPues la verdad es que no me dí cuenta de la contaminación y supongo que para vivir allí acabará siendo un poco agobiante, pero para pasar unos días, sin prisas, está bien. Gracias por tu comentario.
EliminarMar, el proximo evento o salida que haga te informo por si coincidimos tambien. un besazo y bonito blog!!!!
ResponderEliminarjose
Mar, el proximo evento o salida que haga te informo por si coincidimos tambien. un besazo y bonito blog!!!!
ResponderEliminarjose