sábado, 12 de noviembre de 2022

FAROS DEL PAÍS VASCO

 

En esta ocasión aprovechamos el cumple de mi marido para hacer una escapada (que nos gusta a nosotros celebrar viendo cosas nuevas). En efecto, nos fuimos a hacer la ruta de los faros del país vasco, esta vez en coche, claro. Hay que partir de la base de que yo soy muy fan de los faros. Allá donde voy y hay uno, su foto se viene a mi carpeta 'Faros del mundo', porque sí, tengo alguno de fuera de España y me encantaría seguir con la colección, por eso lo del mundo. Me gusta soñar en grande que, además, es gratis. 

Empezamos por el más cercano a Cantabria, en Getxo. Cuando busqué la información, este es el que sale en todas las fotos, el faro de Arriluze, hoy la sede de la Cruz Roja del Mar, un faro urbano situado junto a un bonito paseo, en el puerto. Nosotros paseamos un rato por el rompeolas que hay seguido de este faro, pero nos volvimos y nos perdimos otro faro que hay al final de ese muro😩:

Visto desde otra parte del paseo (el otro faro está más a la izquierda de la foto):

Siguiendo el paseo en la otra dirección y adentrándonos en la ría llegamos hasta el famoso Puente de Vizcaya:

A mí me dejó sorprendida esta ciudad, me gustó mucho.     

Después cogimos el coche y nos fuimos al siguiente: el faro de Punta Galea. Nos acercamos lo que pudimos, aparcamos junto a un antiguo fuerte y el resto andando, apenas  medio km.:

Volvimos al coche y nos dirigimos al siguiente faro, el de Gorliz. Aparcamos junto a la playa y el hospital de Gorliz y después andandito hasta el faro, unos 2 km. El faro está  a 165 msnm, el más alto de la costa cantábrica:

Es el más moderno:
Desde allí nos fuimos a Bilbao, que teníamos hora reservada para entrar al Guggenheim y ya íbamos con el tiempo justo.
A mí el museo vasco me encanta, visto por fuera me parece una pasada, con sus sinuosas curvas cambiantes de color:

Y por dentro... valoro la importancia del arte que encierra, pero soy consciente de no saberlo apreciar en su justa medida. Pero me lo paso muy bien allí dentro, aunque siempre acabo con la sensación de que alguna sala me ha faltado de ver por los muchos recovecos...
He escogido estas fotos entre 'algunas' más que hice.
Esta es una vista de 'La materia del tiempo', 7 enormes esculturas con diferentes torsiones. Entrar en ellas te producen una sensación extraña...:
En 'Las célebres órdenes de la noche', Kiefer, su autor, se autorretrata tumbado bajo un cielo estrellado. A mí me transmite una sensación de soledad, en un mundo resquebrajado, árido,... Me hizo pensar mucho (¿quiénes somos?, ¿hacia dónde vamos?...):
Pero entones pienso en la alegría que me produce esta otra obra: 'Tulipanes', me encanta:
'Ensayo de desocupación de la esfera', de Oteiza. Obra detallista, minimalista, experimental, ¿extraña?:
Bajo el título 'Sonrisas', una colección de 11 mujeres sonriendo nos reta a reflexionar ante unos retratos planos, sobre fondos oscuros, donde la personalidad de las modelos carece de importancia:
Imaginaos. Una sala con 16 pinturas de gran tamaño. Todas ellas representan a los mismos 2 señores con las manos en las rodillas y enseñando el pene. Y todas ellas cabeza abajo. La obra se titula 'La señora Lenin y el ruisiñor' y yo me he permitido la licencia de dar la vuelta a la foto🙏🙆:
Después de dar una vuelta por fuera, viendo la gigantesca araña, las bolas de Navidad que conforman la obra 'El gran árbol y el ojo', 'Puppy' (cuya decoración floral de ahora no es mi preferida), y, sobre todo, el edificio que me fascina, nos fuimos hacia Lekeitio, donde teníamos reservada nuestra habitación de hotel. Cuando es así, para una noche, intento buscar hoteles con algo especial (y que sean baratitos, claro) y cuando vi esta habitación, con esos ventanales, me encantó. En realidad era una casa grande, con 6 habitaciones enormes, la nuestra, por lo menos, con un vestidor enorme, una terraza enorme y está en las afueras de Lekeitio (por eso su precio...). Ya llegamos de noche y la amable señora que nos enseñó la habitación nos iba diciendo: 'aquellas luces son de tal faro, aquellas otras de San Sebastián, las otras de Francia,..., ya veréis por la mañana qué vistas...':

En efecto, cuando nos levantamos, aquella habitación era un espectáculo. Y el desayuno también. Lástima de no quedarnos una semana...:

Por la noche nos fuimos a cenar a Lekeitio, en un restaurante que nos aconsejaron los dueños del hotel, un acierto total, pero no vimos nada del pueblo, solo el ambiente de un par de calles de bares, así que por la mañana, después de desayunar en el hotel (maravilla de desayuno, todo casero), nos fuimos a ver el faro de Lekeitio. Es el único visitable, pero ese día estaba cerrado😩. Es el faro de Santa Catalina:
Nos gustó mucho Lekeitio. 
Nuestro siguiente destino era Zumaya. Ya que estábamos por allí, no pude resistir la tentación de ir a ver la famosa ermita de San Telmo, la de '8 apellidos vascos', desde donde se tienen maravillosas vistas sobre la playa de Itzurun, donde se grabaron secuencias de 'Juego de tronos' y el famoso flysch de Zumaya:
El faro está encaramado en el monte Atalaya:
Comimos en Zumaya a base de pinchos, tan típicos en estos pueblos vascos y nos fuimos al siguiente faro, el de Guetaria, en la cima del  monte San Antón, más conocido por Ratón de Guetaria por su silueta:
Hay que subir andando desde el puerto, un bonito paseo (con sombra, menos mal, porque hacía un calor...) con preciosas vistas de Guetaria y su puerto, y sobre la sinuosa carretera hacia Zarauz:

Desde aquí, dimos un salto y nos fuimos al último faro. El hotel para esa noche le teníamos en San Sebastián y pensamos en ir al más lejano para después acercarnos a la ciudad, por si no nos daba tiempo a ver los que nos faltaban. Nos fuimos al faro de Higuer en Hondarribia. Cruzamos la ciudad bordeando el río Bidasoa, a la otra parte Hendaya, Francia. Lo poco que vi de esta localidad, sobre la marcha, también me gustó mucho.
A este faro se llega en el coche:
Bajando por la carretera (y jugándome  un poco el tipo, que es estrecha) pude hacer esta foto donde se ve la última playa española y la primera francesa, con el río Bidasoa separándolas:
Siguiente parada: faros de Pasajes.
A los 2 faros se llega subiendo por el mismo camino, andando. Llegamos en el coche hasta donde dejan y el resto a patita, unos 2 km. hasta el más importante, el faro de La Plata con forma de castillo medieval, muy bonito, aunque demasiado tapado por la vegetación:
Bajando pude hacer esta foto en la que, aunque no se aprecia muy bien en la foto, se puso de un color rojizo por efecto de la luz crepuscular:
Un poco más abajo está la desviación al otro faro, el de Senekozuloa (madre mía, estos nombres vascos...), que también se ve bajando por el camino principal:
Aquí se ven los 2 faros. Su función es orientar a los barcos para entrar en la estrecha bahía natural de Pasajes: 
Todavía nos dio tiempo a hacer una última foto de Pasajes San Juan (nosotros estábamos en la parte de Pasajes San Pedro) cuando empezaban a encenderse las luces. Me pareció un pueblo con mucho encanto, construido siguiendo las curvas de la bahía:
Y ya volvimos al coche y nos fuimos a San Sebastián, a 5 km de distancia. Lo primero buscamos el hotel, que también era, cuando menos, original. Todas sus habitaciones están decoradas con algo relacionado con las olas 😉 y a nosotros nos tocó esta:

El hotel estaba muy cerca del río Urumea y cerca de la parte vieja de la ciudad, donde fuimos a cenar. Los bares estaban a tope de  pinchos y muy poca gente, así que lo disfrutamos a tope. Después nos acercamos a la Concha que a cualquier hora es un espectáculo:
Al día siguiente, en cuanto desayunamos, nos fuimos a coger el funicular para subir al monte Igueldo, donde está uno de los 2 faros de la ciudad. Nos dimos una vuelta por el parque de atracciones (no funcionaba ninguna, por cierto), vimos el faro desde arriba y nos bajamos:
Cogimos el coche y nos fuimos al otro lado de la bahía, donde está el Aquarium, para ver el último faro que nos quedaba, el faro de Santa Clara. Está situado en el medio de la Bahía, en el monte del mismo nombre  y solo se puede ver desde esa parte de la bahía:
En esta foto hecha desde la escultura de Oteiza 'Construcción vacía', junto al Aquarium, se ven los 2 faros y el Torreón del Igueldo:
Finalmente, estos son los 2 faros que me faltan y que esta vez no fuimos a ver. Los vimos en el 2019, cuando hicimos una excursión familiar al castillo de Butrón y la ermita de San Juan de Gaztelugatxe y ya nos acercamos a ver estos faros (os lo conté aquí). Están en el cabo Machichaco, cerca de Bermeo.
Este es el faro antiguo, del que solo se conserva la torre circular. Actualmente es un observatorio de aves:
Y este es el faro nuevo, al lado, un poco más arriba:
Y estos son los 13 (de los 14 faros que hay en el país vasco, el que no vimos en Getxo le pongo en rojo) que vimos ese fin de semana y que puestos por orden geográfico, de Oeste a Este serían:
  1. En Bizkaia:
  • Faro de Arriluze (Getxo)
  • Faro del muelle de Arriluze (Getxo)
  • Faro de Punta Galea (Getxo)
  • Faro de Gorliz (Gorliz)
  • Faros de Matxitxako (Bermeo)
  • Faro de Santa Catalina (Lekeitio)
   2. En Gipuzkoa:
  • Faro de Zumaia (Zumaia)
  • Faro de Getaria (Getaria)
  • Faro de Monte Igueldo (Donostia-San Sebastián)
  • Faro de Santa Clara (Donostia-San Sebastián)
  • Faro de La Plata (Pasajes)
  • Faro de Senekozuloa (Pasajes)
  • Faro del cabo Higuer (Hondarribia)
En el mapa, siempre orientativo, estarían así:
Y esto fue todo, un finde muy bien aprovechado, tomando los faros como una excusa para recorrer una costa de gran belleza paisajística (aunque ya he dicho que me encantan los faros).

sábado, 8 de octubre de 2022

PLAYA DE LUAÑA - PUERTO CALDERÓN (ALFOZ DE LLOREDO, CANTABRIA)


Otra etapa de la costa cántabra: esta vez fuimos desde la playa de Luaña o de Cóbreces hasta el Puerto Calderón, en el municipio de Alfoz de Lloredo, en Cantabria.
Se trata de coger un sendero que rodea la playa por su parte oriental. Enseguida te encuentras con este banco que tiene muy buena ubicación (a mi hermana le encantará y yo ya le tengo en mi carpeta de bancos 🔝)
A partir de ahí se sube por un prado y se va bordeando la costa, por encima de los acantilados:

Sobre una roca pude ver una mariposa (que no sé por qué no voló ) y pude aprovechar para hacerle varias fotos. Nunca hasta entonces me había dado cuenta de cómo son sus antenas:
Continuamos el sendero con los montes de frente y el mar a nuestro lado:
Enseguida, pasando por la Punta de la Rebollera, comenzamos a ver el molino de Bolao o lo que queda de él y, sobre todo, la agresividad con la que el mar azota las rocas, que sí, son calizas y le resulta más fácil erosionarlas: 
Vista del famoso indio de Bolao en la Punta de la Rebollera:
Detalle de la cara del indio:
Dimos unas vueltas alrededor de lo que queda del molino y otros edificios, viendo la cascada que dicen que es la más cercana al Cantábrico:
Desde allí nos fuimos hacia atrás por un sendero, alejándonos del mar, para poder cruzar hasta la otra parte del riachuelo. Eso sí, tuvimos que pedir permiso a las vacas que había en el prado, una de las cuales nos miró con mucho interés, pero nos debió de ver con pinta de buena gente...
Desde el otro lado del acantilado, Toñanes, la vista del conjunto es perfecta: ruinas de los edificios del molino, el arroyo la Presa, la cascada, los acantilados, las fincas con ganado,...:
De lejos, pude hacerle una foto a la iglesia parroquial de San Pedro Advíncula de Cóbreces, que siempre me ha gustado mucho por su color, su simetría, su estilizada figura...:
En cuanto a la línea costera... ¿qué decir?:
Da igual para dónde mires, hacia delante o hacia atrás...
O a lo lejos...:
Y ya si te fijas en detalles... ahora, año y pico después de haber hecho esta foto, lo veo con otros ojos: entonces, pensé que a veces estaremos encima de salientes como este sin darnos cuenta del peligro potencial que supone. Hoy me aterroriza verlo...:
Allí, por las fincas que pasamos, el ganado  pastaba feliz:
Los regatos buscaban cualquier descuido en la orografía del terreno para poder saltar al mar:
Esto nos parecía decir 'caminante no hay camino, se hace camino al andar'. Se hacen caminos y senderos:
Sin poder evitar asomarnos al borde del farallón:
Así llegamos al final, a la última casa antes de la Punta Calderón, bajando por un sendero entre escajos:
Y llegamos a un punto en el que nos pasó algo muy curioso: oíamos un ruido como procedente de otro mundo, pero que daba hasta miedo. Pero como nunca habíamos oído y batir olas contra las rocas, con más o menos fuerza, a lo largo de todo el litoral, hemos oído... Era el agua que al entrar por esos orificios que se ven en la roca de la foto chocaba o caía por algún sitio y producía un sonido terrorífico. Y no me digáis que no parece un monstruo con ojos vacíos, sin nariz...😱😬:

La hendidura por la que, finalmente, el regato de Rogería se entrega al mar, estaba allí:

Y el molino que aprovechaba la fuerza de ese agua (que la otra vez vimos desde el otro lado, con la marea alta, entrando hasta el molino, con toda su bravura) también:
Esta foto la hice en la anterior ruta, en la que llegamos a este mismo sitio desde el otro lado, desde la ermita de Santa Justa, y en ella se ve la última parte de esta excursión:
La vuelta la hicimos por pistas, un poco más adentro, no tan cerca del litoral, pasando por bonitos y verdes prados, atajando algunas veces campo a través:
Salieron unos 18,5 km, sin dificultades, salvo atravesar algún prado y un pequeño tramo que salimos a la carretera general (cosa que siempre intentamos evitar) porque no encontramos otra forma para no volver por el mismo lado. Como siempre, os dejo el mapa aproximado de la ruta, que aunque no sea muy exacto (lo hago sobre el mapa, no es un track), es orientativo:
Y estos son los enlaces a las rutas costeras 'colindantes':
Hacia Santander:

Hacia Asturias: