viernes, 20 de enero de 2023

SAN MIGUEL DE AGUAYO, HAYEDO, FUENTE DEL MORO, NACEDERO DEL RÍO IRBIENZA, EMBALSES DE ALSA Y DE MEDIAJO

Ahora que por fin parece haber llegado el invierno, no puedo evitar recordar las preciosas rutas que hemos hecho este otoño, en busca de los más bonitos bosques con sus mejores colores. En esta de hoy, además, había un valor añadido: a este pueblo venía de niña con mis padres en busca de manzanillas. No recordaba nada, pero me hizo ilusión, que hace muuucho que lo tenía en mente...
Llegamos al pueblo, cruzamos el barrio San Miguel y aparcamos al final, un poco antes de llegar a esta presa:

Siguiendo una pista de hormigón, enseguida entramos en el bosque de hayas, cruzando el río Irbienza, que no podía estar más bonito:
Y a partir de ahí, toda una fiesta de colores, de árboles en distintas etapas, de setas,...:
Bueno, encontramos tanta variedad de setas (una pena que de micología no sabemos ná 😢), que pongo un collage con algunas:

A medida que nos adentrábamos en el bosque, había más hojas en el suelo:

...Hasta llegar a pisar una preciosa alfombra de hojas caídas, ocres, secas... señal inequívoca del otoño:

Cuando salimos del hayedo, a algo más de 1100 m. de altitud, vislumbramos el pueblo donde habíamos dejado el coche con el embalse de Alsa al fondo:
También teníamos otras vistas:
Pero seguramente, esta fue una de mis preferidas. Acabábamos de salir de un frondoso bosque con signos evidentes del otoño, y de pronto una pradera de este color, con 4 árboles dispersos 🙆...:
 
Pero nosotros a lo nuestro, continuamos campo-de-matorral a través, sorteando los escajos y siguiendo los caminos del ganado:
Buscábamos, y encontramos, claro, la fuente del Moro: un árbol con una pequeña laguna bajo él, pero que estaba casi seca, con un vértice geodésico (este era el punto más alto de la ruta, 1253 m. de altitud):
Alrededor, vacas...:
... Algún caballo que nos miraba con curiosidad, y un par de perros cuidadores que nos dieron un poco de miedito...:
Bajamos de esa loma por otro lado que ya nos permitía ver el pantano del Ebro. Aprovechamos para comer sentados en una piedra. Una maravilla:
Por esta parte el color de las setas se hizo más agresiva:
Llegamos a una pradería donde se supone que está el nacedero del río Irbienza, unas charcas o lagunas intermitentes que ese día estaban completamente secas. Las vacas no parecían preocupadas:
El entorno, sobre el embalse, también nos invitaba a reposar:
Pero la ruta continúa. Ahora teníamos que bordear este bosque y adentrarnos en él. Nos resultó un poco lioso porque al pertenecer a 2 municipios diferentes (San Miguel de Aguayo y Campoo de Yuso), nos costo encontrar por donde cruzar la alambrada:
Pero lo conseguimos y, mientras, disfrutamos con tesoros como estos:
O como estos, que ya no estaban a ras de suelo, ni querían pasar desapercibidos:
¿Y qué me decís de esta preciosidad?:
Y así fuimos cruzando el bosque, el mismo que subimos pero por otro lado:
Un poco antes de enlazar con la pista de subida, encontramos una verdadera plantación de 2 tipos de setas. Qué lastima que no sepamos nada, porque nos hubieran dado para varias raciones 😋.
Y así llegamos al coche de nuevo. Ya saliendo del pueblo nos acercamos a la iglesia  de San Miguel (no podía llamarse de otra forma):
En el coche, nos acercamos también al embalse de Alsa, que está a apenas 4 km. Estaba muy bonito, entre colores marrones y verdes, con falta de agua, eso sí:
Llegamos al puente donde está la presa y la central y viendo esa tubería verde, he estado buscando información: la tubería llega hasta otro embalse que hay un poco más arriba, el Mediajo, cuya construcción fue muy sencilla y de muy bajo coste, resultado de una muy buena idea que tuvieron unos señores ingenieros. El exceso de energía que se producía en esta central en las horas nocturnas, se aprovecha para subir agua al Mediajo, agua que durante el día, cuando hay más demanda de energía, cae otra vez a la central produciendo electricidad (contado de forma sencilla). El resultado es que tenemos una de las más importantes centrales hidroeléctricas de España por su flexibilidad, es como una gran batería, siempre con reservas:
Vista del embalse de Alsa desde el puente:
Al cruzar el puente se ve este edificio en ruinas, que hizo saltar mi imaginación. También mi afición por la fotografía, intentando cuadrar las ventanas de delante con las de detrás, cosa que no fue tan fácil...😅:
Desde allí subimos hasta la base del Mediajo, otros 5 km por una carretera de curvas pero con buen firme (recién asfaltado creo que por una etapa de vuelta ciclista que acabó allí). Es un llano donde están las letras de Aguayo de la cabecera de este post. 
Testigo de excepción:
Vistas del embalse de Alsa desde arriba, se notaba la falta de agua:
Estando allí vimos que había algo en un alto (todavía no sabíamos qué era...) y mi marido subió resquilando y vio ese otro embalse del Mediajo, muy cerca del Pico Jano. Yo no subí porque parecía muy costoso y ahora tengo que volver... cachis😉!!!
Volvimos a bajar al embalse de Alsa, cruzamos de nuevo el puente sobre la presa y bajamos hasta Barcena de Pie de Concha, donde nos tomamos un refresco y... para casa. 
La ruta por el hayedo fue de algo más de 14 km, y subir después a los embalses dio como resultado una excursión muy bonita.