jueves, 30 de marzo de 2023

PEÑA EL MORO- LANESTOSA, BIZKAIA

Esta es una ruta que tenía en mi carpeta de 'Rutas a realizar' con una nota en la que ponía: 'en febrero se ve la nieve al fondo', pero cuando hemos subido no había nieve. Tenía miedo de hacerlo porque las fotos que había visto de la subida con esas vallas protectoras y esas rocas no me ofrecían ninguna confianza, pero como hay que superar los traumas, pues nos decidimos a hacerlo.
Dejamos el coche en Lanestosa, pueblo vasco, limítrofe con Cantabria, en el parking del frontón, junto al ayuntamiento y fuimos hacia el puente:
Cruzamos la carretera y en lugar de seguir por la nacional que sube al puerto de Los Tornos, cogimos la carretera que va hacia Carranza y enseguida encontramos el comienzo de esta ruta. No hay pérdida, se ven los carteles informativos. Tomamos el sendero que se convierte en una escalera:
Aunque sinuosa, es cómoda de subir:
Nos lleva a la Cueva de los Judios o Kobenkoa, 600 m más arriba, donde han construido el primer  Centro de Interpretación del Arte Rupestre del Paleolítico de Europa. El Centro de Interpretación está cerrado con una valla y no me quedó claro si esta es la boca de la cueva original o se accede a través del Centro:
Junto a ella hay un mirador, una plataforma de madera desde donde se ve el pueblo de Lanestosa:
Desde ahí seguimos la Senda de los Rellanos, la ruta se hace más agreste:
Para mí, mucho más bonita (de momento...):
Hasta que llega un punto en el que hemos de desviarnos hacia la derecha y nos internamos en un bosque. Ahí parece que hay muchos senderos pero ninguno claro. 
Estuvimos un poco perdidos hasta que dimos con el bueno. Hay que ir hacia una pared rocosa a nuestra derecha:
Subiendo, salimos del monte y las vistas ya empiezan a ser espectaculares:
Ahora el sendero, más herboso, vuelve a estar claro:

Veíamos un punto de fuego y un helicóptero alrededor. Eso siempre da mucha pena:
Y enseguida, las vallas de madera que al principio están sólo marcando el camino:
Después, marcan, protegen y bordean una roca:
En honor a  la verdad, he de decir, que verlo en fotos me da más impresión que pasar por ello. En ningún momento me pareció peligroso ni siquiera tuve sensación de que algo me podía caer encima, cosa que últimamente me pasa con frecuencia 😱:
Y así llegamos hasta el único lugar (que yo viera), donde se puede atravesar aquel muro rocoso. Las escaleras facilitan la labor:
Son pindias (sí, sí, pindias, que soy de Cantabria) pero es corto 😅:
Y se llega como a otro mundo. El sendero está claro:
Es un terreno kárstico, con profundas grietas, algunas de ellas parecían recientes:
El sendero nos lleva hasta una bifurcación: o seguimos de frente o nos desviamos a la izquierda hacia el pico (hay un poste que lo indica). Así nos lleva a una estación sísmica que bordeamos continuando en busca de nuestro objetivo:
Seguimos ese sendero que a veces se divide, pero ya se ve la cima y se trata de llegar a ella. Alcanzamos la cima de la Peña el Moro, 818 msnm, donde hay un buzón:


Desde allí las vistas son una maravilla, hacia el norte, la costa de Santander, Laredo,..., y en primer plano Ramales de la Victoria (en la foto, el pueblo de la izquierda) y a la derecha están Gibaja, Rasines,...:
Hacia el sur, territorio vasco, valle de Carranza,...:
En realidad, esta peña tiene como 2 picos, están seguidos, nada, bajas un poco y subes al siguiente, la cima secundaria, 28 m más baja. En esta hay un hito (lo reforcé con una piedrita, como siempre)
Hacia el este pudimos reconocer el Pico de las Nieves, donde habíamos estado hacía poco (os lo conté aquí, ermita de las Nieves ) y sí, es lo que señala mi marido:
Después de un rato viendo lo maravilloso que es nuestro entorno, comenzamos a bajar:
Vista de las cimas que forman este macizo:
Al bajar volvimos a pasar por la estación de detección sísmica, vallada:
A partir de entonces ya no continuamos por el mismo camino de subida, cogimos el sendero que dejamos al subir que enseguida se convierte en una pista.
Vimos la entrada a otra cueva, inundada:
Simas largas y profundas:
Ahora hemos de atravesar un monte. La pista asfaltada se convierte en pista de monte pero fácil de seguir:
Llegamos a un punto en el que se había desprendido el terreno, avanzando como pudimos, para, enseguida, llegar a la estación de tratamiento de aguas de Lanestosa:
La pista vuelve a estar asfaltada. Unas curvas más de bajada, apenas 300 m y estamos en el punto donde comenzamos la ruta.
Es una ruta entretenida, sin gran dificultad, con apenas 600 m de desnivel y unos 10 km de recorrido.
Como siempre pongo un mapa aproximado de la ruta, teniendo en cuenta, y sobre todo en casos como esta en la que se atraviesan montes donde no puedo ver las sendas, que son aproximados: