domingo, 7 de febrero de 2021

COLLADO JERMOSO, PICOS DE EUROPA


Bueno, bueno, de repente me he dado cuenta de que tenía pendientes de publicar varias rutas de las que hicimos el "1º verano de pandemia" cuando pasamos unos días en Potes, aquí en Cantabria. Y eso hay que solucionarlo, que enseguida llega el buen tiempo y a lo mejor sirve de inspiración para alguien que este año también quiera protegerse e ir a la montaña. Ya os conté otras de nuestras excursiones aquí (Potes y miradores) y aquí (ermitas en Liébana). Así que voy a ello....
Tenía este banco en mi retina (y en mi carpeta, esa de la que os hablo con frecuencia de sitios que quiero ver) desde que hace años lo vi publicado en instagram por una prima mía. Quería ir pero sentía que se me estaba pasando el tiempo, que ya me había informado de su dureza y una va cumpliendo años, pero... ¿quién dijo miedo?
Para hacer esta ruta decidimos subir en el teleférico desde Fuente Dé hasta el Cable (no es imprescindible, pero se acortan los tiempos y el esfuerzo) y para ello, por la situación sanitaria que estamos atravesando, había que reservar online y con tiempo, con el riesgo que eso supone en cuanto al tiempo. En efecto, corrimos el riesgo y la previsión meteorológica fue empeorando, pero como no se podía cambiar pues subimos con intención de hacer lo que pudiéramos. El día empezó nublado tirando a muy nublado y con el transcurso del día se fue poniendo peor hasta que al final llovió con ganas, pero claro, había llegado ese punto en el que volver es más largo que seguir. Así que....
Subimos mi marido, mi cuñado y yo en el primer turno de teleférico y al apearnos, esta era la vista, con Fuente Dé abajo:

Comenzamos la ruta en dirección a Cabaña Verónica pero enseguida nos desviamos de esa ruta que está muy clara, para seguir la nuestra (no tan clara):
Ver cómo el sol luchaba contra la masa nubosa fue todo un espectáculo, aunque en la foto no se aprecie el colorido:
Ver cómo los rebecos se podían mantener en los sitios más insospechados, también mereció la pena:
Y ver cómo nada nos quitaba las ganas de seguir avanzando, no tiene precio:

Viendo esta foto, alguno pensará que el camino parecía claro, bien marcado. Pues sí, a veces sí, pero otras veces no:
En ocasiones sólo éramos hormiguitas cruzando un mundo rocoso:
Eso sí, nos quedó claro que antes de nosotros habían pasado otros:
Era agosto pero todavía quedaban algunos neveros (¿y a que el camino ya no parece tan claro 😅?):
A ratos, la niebla se iba apoderando del entorno, con su halo de misterio...:
En medio de esa niebla, la Vega de Liordes se abría paso. Ahí abajo ya estuvimos hace unos cuantos años. Pero ahora teníamos que hacer otra ruta y dejaríamos la Vega a nuestra izquierda. De momento...:
En efecto, nosotros seguimos hacia la derecha (línea azul) mientras veíamos a unos que seguían la ruta roja, que parecía llevar a un pequeño lago:
Sí, nosotros veníamos de la Colladina de las Nieves y nos dirigíamos al Collado Jermoso (está clarito ¿no? pues parece que estos lo ven y no lo creen...😂)
Y este era nuestro recorrido. ¡Unas piedras rojizas!, el fin del mundo parecía cercano😱:
Pero al otro lado nos esperaba la vista más deseada, el refugio del Collado Jermoso. Todavía estaba lejos, todavía teníamos que bordear el enorme agujero que se abría a nuestros pies:
Lo hicimos y llegamos al banco de mi memoria, el que está al borde del precipicio:
Este es el refugio ideado por Diego Mella, (de ahí su nombre), quien al pasar por allí en 1930 pensó que era un lugar ideal para la construcción de un refugio. Pero no se inauguró hasta 1944, después de pasar por muchas vicisitudes, incluida una guerra civil. El resultado es un edificio construido a 2064 m de altura, único en su estilo, con 4 dormitorios y capacidad para 30 personas, además de un comedor, cantina y terraza, sirviendo de base para hacer varias ascensiones a los picos de alrededor:

Estuvimos un rato, no mucho porque hacía frío y durante un tramo tomamos el mismo camino de regreso. Al echar la vista atrás nos dimos cuenta de que, desde luego, no es de extrañar que el emplazamiento del refugio sea el mejor considerado de los Picos de Europa:
Y las vistas de alrededor...:
Los rebecos nos acompañaron en buena parte del recorrido en esta parte alta y daba gusto ver que no se asustaban con nuestra presencia (buena señal):
Cuando vimos de nuevo la Vega de Liordes, cambiamos la ruta de vuelta: ya no íbamos hacia el Cable para bajar en el teleférico, sino que íbamos a bajar a la Vega. Hace años hicimos la ruta de Peña Remoña, llegando por el camino marcado en rojo, que también baja a Fuente Dé pero esta vez bajamos por el camino azul:

Cruzamos la Vega hasta llegar a los Tornos de Liordes, una bajada en zig-zag bastante durilla y que, curiosamente, era la segunda vez que la bajábamos lloviendo. Las vistas con Fuente Dé al fondo son impresionantes:
Eso sí, el camino estaba señalizado:
Ya habíamos terminado los Tornos prácticamente y las vacas todavía nos parecían hormiguitas:

Y así terminamos la ruta, unos 20 km. creo recordar, mojados y satisfechos, con la pena de que no hubiera hecho mejor tiempo. En mi caso, ese día pensé que ya no podía hacer rutas así de largas y duras, pero a la semana siguiente hubiera vuelto, es más, con un pronóstico favorable y `asegurado´ espero repetirla.
Estas son otras rutas que hicimos por la zona: