jueves, 18 de marzo de 2021

PEÑA CABARGA, RÉPLICA DEL PIRULÍ

 
La réplica del pirulí de Peña Cabarga (del Monumento al Indiano, seamos serios) era algo que quería ver hace mucho pero que nunca me había coincidido. A principios del año pasado ya lo intentamos un día mi marido y yo, pero se nos hizo tarde y no llegamos, nos quedó pendiente.
Así que en agosto nos pusimos a ello y nos acompañó mi cuñado. El entorno de Cabarga por su parte sur, que es por donde nosotros solemos ir desde casa, siempre es muy agradable, por senderos verdes, sombreados,...:
Pasamos junto a una zona de eucaliptos que hacía poco lo había visto quemado y que se ha recuperado muy rápidamente, lo cual siempre produce una gran alegría:
Casi siempre que vamos por esta parte, comenzamos a ascender cerca de los pozos de Valcaba:
Enseguida se toma altura suficiente para ver los pozos de ese color tan verde:
En agosto, cualquier sombra es aprovechada para tomar un respiro:
Y cualquier cosa sirve de cerramiento:
Vista de los 2 pozos, perfectamente mimetizados con el entorno:

Pero no todo son cuestas, también hay algunos llanos:
Bueno, es que en Cabarga hay de todo, hasta una cueva con un pequeño altar que me enseñó mi prima hace relativamente poco tiempo:
Creo que es un sitio maravilloso para pastar:
Y...¿qué me decís de las vistas? La bahía de Santander a nuestros pies:
Las vacas... ajenas a la pandemia, sin agobios, descansando a la sombra: 

Y la yegua tampoco parecía preocupada, ni siquiera por nuestra presencia. Eso sí, no sé cómo pudo salir de aquel barrizal, fijaos en las patas:
Antes de llegar al pirulí verdadero, nos vamos hacia la izquierda:

Y después de avanzar hacia el oeste, con dudas porque no se ve el pirulí por ningún lado ya le intuimos en un pico y efectivamente, allí estaba, una copia exacta pero pequeñita:
Ahora, por la parte sur, teníamos el parque de la Naturaleza de Cabárceno, estábamos justo encima de la zona de los elefantes y del pozo del Acebo:

Con mi superzoom podía ver a los elefantes de paseo y por encima las cabinas del teleférico:
Vista del pequeño pirulí, con el verdadero al fondo, en el Pico Llen, con el polígono de Heras y la bahía de Santander a la izquierda de la foto, Cabárceno quedaría a la derecha y por detrás mío al hacer la foto, muy cerca, hay unas antenas que son las que se ven mejor en la distancia y nos pueden servir de referencia (se ven incluso desde la autovía, a la altura de Astillero- San Salvador- Recta de Heras). Lo que no se ve es el falso pirulí ni el montón de piedras que hay al lado, la especie de jito gigante:

Comimos un bocata con aquellas vistas y ya nos bajamos, ahora por la cara norte de la Peña, hacia Santiago de Cudeyo y el embalse de Heras, primero por senderos y después ya por pistas y carreteras locales:
En resumen, una bonita excursión por un paraje del que estoy enamorada, que ofrece muchas opciones y todas buenas, que no son de alta montaña (la altura máxima de esta peña son 569 m. en el Pico Llen), pero que te permiten unas maravillosas vistas desde Santander hasta los Picos de Europa mientras das un paseo por el monte. 

jueves, 11 de marzo de 2021

POTES- ERMITA VIRGEN DE VALMAYOR- PORCIEDA- TUDES- SIERRA VALMENOR

Esta fue otra de las rutas que hicimos en los días que pasamos por la zona de Liébana el pasado verano, el `1º de pandemia´, desde luego el mejor destino que pudimos escoger, sin duda. Espero que el próximo verano las cosas sean ya un poco diferentes🙏y que, aunque Potes siga siendo uno de los mejores destinos turísticos que podamos imaginar tengamos ya la libertad suficiente como para elegir cualquier otro sitio. Eso sí, si las cosas siguen dudosas, las montañas de Liébana son, como toda Cantabria, infinitas, y no dudaría en repetir.
Bueno, ese día, martes, nos organizamos pa hacer la ruta de la Virgen de Valmayor, que comienza en Potes, así que después de un buen desayuno en el hotel, fuimos en coche hasta un aparcamiento que hay en la N-621 y comenzamos el ascenso por la calle San Pedro. Al principio es una pista asfaltada con bastante pendiente y que enseguida nos permite estas vistas:

Una vez me contaron que la calidad del aire se veía por los líquenes que tuvieran los árboles. Si eso es así, estábamos en el mejor sitio porque los árboles lucían sus mejores galas:
Continuamos nuestra ruta, siempre con la cobertura y la tranquilidad que me da este señor, siempre con su GPS bien orientado:

Aquí los alcornoques son muy abundantes. De hecho se pasa por el alcornocal de Tolibes, el más extenso de la zona:
Desde algún claro se ve otra perspectiva de la subida al monte de la Viorna:

También se alcanzan a ver las ermitas de Santa Catalina y de San Miguel, en el entorno del Monasterio de Santo Toribio de Liébana (esta ruta os la conté aquí):

Un banco especial, de los que le gustan a mi hermana, con el pueblo de Potes al fondo:

Vista sobre Valmeo, la localidad de menor cota de altitud del municipio de Vega de Liébana: 

Y así continuamos por pistas de tierra, desviándonos un poco para ver las ruinas de lo que fue el monasterio medieval de Santiago de Porcieda, apenas unas piedras medio cubiertas por la vegetación:


Bajando y en una de las varias vueltas y revueltas de la ruta ya intuimos nuestro siguiente destino, Porcieda, un pueblo muy televisivo:

Porcieda es un pueblo abandonado y, precisamente por eso, uno de los mejores ejemplos de la arquitectura rural lebaniega:
Este pueblo, objeto de varios reportajes en distintas televisiones, tiene muchas anécdotas que contar, algunas trágicas. Tras la guerra civil, sirvió de refugio para los maquis (guerrilleros clandestinos antifranquistas), fue punto de paso para los peregrinos que tomaban la ruta leonesa del Camino Lebaniego, zona de avistamiento de ovnis, su último vecino se quitó la vida, se puso en venta el pueblo entero con la intención de que se realizara una rehabilitación integral por lo que mantiene el suministro de agua y de luz,...
Construido con madera y piedra, las quimas de los árboles protegen a la vez que permiten una buena ventilación en lo que supongo que serían los desvanes de las casas, donde se almacenaban ciertas cosechas:
Al final del pueblo está la pequeña ermita de la Virgen de las Nieves, rehabilitada (por la otra parte se ve más claro 😃):
Después de pasar un rato fijándonos en las casas y pensando en las historias que se desvanecen entre unos muros que luchan por mantenerse en pie, continuamos hacia Tudes, otro pueblo de montaña, singular, habitado (no todas sus casas),...:
...Pero que se ha sabido adaptar a los tiempos actuales, con perfecta convivencia entre las labores tradicionales y el turismo rural. Ejemplo de este turismo rural son estos apartamentos, la Casa de las Chimeneas, antiguas casas rehabilitadas, con todas las comodidades:
Nos tomamos unas cervezas en la famosa Taberna del Inglés, bueno, en la calle, en un banco que hay junto a la pared, por el tema del covid y no lo vi por dentro por ese mismo tema, pero creo que es muy especial.
Después de descansar un rato retomamos nuestra ruta, camino de la Sierra Valmenor. Enseguida tomamos altura para ver Tudes desde lo alto:
Las vistas son espectaculares:
Por esos montes vimos algo que nos llamó mucho la atención. Los árboles parecían robles pero nunca habíamos visto bolitas rojas como estas. Después me he enterado por Vicente, que tiene muy buenos contactos, que no son frutos ni semillas; lo llaman "agallas" y son como pequeños tumores que se forman para proteger los huevos de algunos insectos. Por lo visto son muy comunes pero yo no los había visto nunca:
Estábamos por encima de la Cruz de la Viorna:
En un paraje realmente idílico, sólo herido por la mano del hombre (o más bien por sus máquinas):
En cualquier momento podíamos asomarnos y ver la naturaleza en estado puro:
Y cruzando montes, entre tantos árboles, ya vimos el tejado de la ermita de la Virgen de Valmayor llegando, eso sí, justo por el lado contrario al que comenzamos la ruta:

Ya sólo nos quedaba el km que faltaba para bajar hasta Potes por el mismo camino que habíamos subido y completar una ruta de monte, de unos 16 km, no demasiado complicada, con alguna subida fuerte y de gran belleza. 
Por si a alguien le interesa, nosotros, más o menos, seguimos la ruta que encontramos en este enlace, publicada por Chicho y Toñi.
Y este es el resumen de las rutas que hicimos ese verano del 2020, `1º de pandemia´ por la zona de Liébana:
  • Potes y miradores:



jueves, 4 de marzo de 2021

ZAMBURIÑAS EN SALSA GALLEGA

Tenía esta receta desde hace tiempo sin publicar y me he acordado de ella cuando, hace poco, he querido hacerlo de nuevo. Me parece muy sencilla y con un resultado inmejorable, de hecho, a mí es como más me gustan. A ver qué os parece.
Ingredientes:

  • 14 zamburiñas (en este caso, congeladas)
  • 60 gr. de jamón
  • 1 vaso de tomate frito 
  • 1/2 cebolla
  • 1 diente de ajo
  • Aceite (yo siempre de oliva virgen)
  • Sal y pimienta
  1. Después de descongelarlas, limpiamos bien las zamburiñas por si tuvieran alguna impureza. Quedan con un precioso color:

  
  2. En la sartén, con un chorro de aceite, pochamos la cebolla y el ajo picaditos. 

  3. Incorporamos el jamón picado, le damos unas vueltas, no mucho para que no se quede duro el jamón.

  4. Añadimos el tomate frito y que se cocine todo junto, a fuego bajo, unos 5 minutos.

  5. Agregamos sal y pimienta al gusto (y si queremos que pique un poco podemos añadir pimentón picante).

 6. Sacamos el coral (la chicha 😋) de las zamburiñas y las incorporamos a la salsa con cuidado para que no se rompan. Que cuezan unos 2-3 minutos, les damos la vuelta para que se cocinen otros 2-3 minutos:

    7. A la hora de comer ponemos las conchas en una fuente o plato de servir y vamos poniendo un coral en cada una repartiendo la salsa por encima y.... a comer (y disfrutar):