Bueno, teniendo en cuenta que voy con un importante retraso en la composición de estos post, en esta ocasión voy a relatar, sobre todo con imágenes, esta ruta que hicimos en marzo del 2021. Había buscado las vías verdes que tenemos en Cantabria y me salió esta opción, que precisamente enlazaba con otro tramo de costa que ya habíamos hecho desde Castro Urdiales a Mioño, ruta que también tenía una parte de vía verde, la Vía Verde de Dícido, y que os conté aquí. En aquella ocasión terminamos la ruta pasando precisamente junto al cargadero de Dícido que se ve en la foto, llegando hasta la playa de Mioño (en la foto, a la izquierda):
Intentamos empezar la ruta desde un aparcamiento que hay en la N-634 junto al mítico restaurante Saltacaballo, pero solo había la opción de ir por la carretera nacional, sin arcén y con curvas:
Seguimos en el coche hasta otro aparcamiento un poco más arriba, junto a otro restaurante. Desde allí se veía más de la costa cantábrica hacia la parte vasca, con la empresa de derivados del flúor en la Punta de la Garita:
Continuamos un poco más en el coche, hasta esa Punta precisamente, para ver los restos de minas y de otro cargadero de mineral, el de la Tejilla o Saltacaballos, que veríamos con más detalle a la vuelta:
Ya nos metimos hacia el pueblo de Ontón, donde aparcamos, y bajamos hasta el mar, donde llaman Rada de Berrón, por debajo de la A8:
Por un sendero nos dirigimos hacia el este, también por debajo del viaducto de la autovía:
Ascendimos hasta encontrarnos a la altura de la empresa de flúor, aunque en otra punta:
Enseguida encontramos el aparcamiento donde realmente comienza la Vía Verde del Piquillo. Acercándonos al litoral pudimos ver los restos de lo que fueron construcciones mineras:
La senda está construida sobre el trazado por donde circulaba el ferrocarril minero, por lo que es prácticamente llana, accesible para todo el mundo, acondicionada por el gobierno de Cantabria y el ayuntamiento de Castro Urdiales
Me llamó la atención el eucalipto que ha crecido en solitario en la ensenada de Ontón, muy cerquita del mar, sin duda un sitio privilegiado:
Y llegamos al túnel de la Galerna:
Nada más pasar el túnel, a unos 300 m., está la divisoria con Vizcaya, donde realmente termina la ruta de esta vía Verde, la cántabra, pero el camino continua, pasa junto a los restos de la mina del Cobarón, donde está el parking de la Juncosa:
Desde ahí se puede bajar a la playa la Secreta, pequeña, de piedra, y después seguir la pista y enlazar con otra Vía Verde, la Itsaslur, vasca. Enseguida nos encontramos con la Punta del Castillo Viejo, con los restos de una caseta (que no un castillo):
En esa punta comimos nuestro bocata respirando mar. No pude evitar la tentación de mirar por las ventanas de la caseta del vigía:
Seguimos nuestra ruta hacia la playa de la Arena por un camino de hormigón que, subiendo y bajando, cruza por entre restos de lo que fue un cargadero, destruido por una fuerte galerna y que ahora están intentando recuperar:
Con una vista completa de la playa de la Arena:
Seguimos por un sendero estrecho:
Para acabar en una escalera de 120 peldaños:
La escalera nos permite bajar hasta la playa de la Arena, junto a Pobeña, de arena oscura. La ría que se forma al desembocar el Barbadún se puede cruzar por un puente:
Después de dar una vuelta por el pueblo, volvimos a subir por la misma escalera (con sus 120 escalones💪), volviendo a tener la playa a nuestros pies:
Eso sí, esta vez tomamos otra pista por encima de la que trajimos:
Llegamos a una campa en un alto donde se encuentran las ruinas de lo que fue el Lavadero de mineral de Campomar, el conjunto de edificios más importante del tranvía aéreo minero:
Se conservan restos del almacén, del taller, de las oficinas y de la vivienda del encargado (pero todo de esta guisa):
Volviendo la vista atrás, destaca en el horizonte el parque eólico a la entrada del puerto de Bilbao:
Continuamos por caminos vecinales un poco alejados de la vía verde hasta que volvimos a retomarla pasado el parking de Kobaron.
Desanduvimos la Vía en dirección a Ontón, donde habíamos dejado el coche, entreteniéndonos un ratito con unos bonitos patos que se divertían en un riachuelo:
Cogimos el coche y volvimos a las inmediaciones de la empresa de Flúor, aparcamos y anduvimos otro tramo quizás no muy aconsejable, para ver algunos detalles de lo que fue el Cargadero de Saltacaballos. Durante la 2ª guerra mundial un submarino inglés torpedeo a un vapor alemán que estaba cargando hierro aquí, ocasionando 4 muertos y grandes desperfectos en el cargadero metálico (era igual que el que queda en Mioño, el de Dícido, el que os enseñé aquí). Aunque le volvieron a poner en funcionamiento, le desmantelaron en 1977:
Y esta fue la ruta de ese día, completando la costa cántabra por el este (y haciendo también un tramo del Camino de Santiago, que a mi marido siempre le da mucha paz 🙏):
Pongo también la ruta sobre el mapa, por si os sirve de orientación, unos 15 km, muy cómodos de andar:
