martes, 3 de julio de 2018

BIZCOCHO DE LECHE

Hay mil maneras de hacer bizcochos, con diferentes ingredientes, y a mí todos me gustan, pero sí es cierto, que si me dan a escoger, yo los prefiero jugosos, como húmedos por dentro, y no me resulta imprescindible que me salgan muy esponjosos, muy alto. Mi madre hacía un bizcocho con nata natural para no parar hasta acabarlo, y le salía muy bajito, pero estaba exquisito. Este que os propongo hoy, de leche caliente, es sencillo y, para mi gusto y el de mi gente, muy rico, a ver que os parece.
Ingredientes:
  • 250 ml. de leche entera
  • 300 gr. de azúcar
  •     4 huevos medianos
  • 220 gr. de mantequilla
  • 300 gr. de harina de repostería
  •   10 gr. de levadura de repostería (tipo royal)
  • Corteza de naranja
Precalentamos el horno a 180ºC.
Engrasamos y enharinamos el fondo y los laterales de un molde desmontable (yo, además, le suelo poner papel de horno en el fondo pero de igual forma lo engraso):
Batimos con varilla el azúcar y los huevos, durante unos 5 minutos, nos tiene que quedar blanquecino:
Ponemos la leche y la mantequilla a calentar, añadiendo la corteza de la naranja, con cuidado de no coger nada blanco. Cuando empiece a hervir lo apartamos del fuego y retiramos la corteza. Esta es la gracia de este bizcocho, que la leche se calienta:
Ahora vamos incorporando la leche enriquecida al bol de los huevos con el azúcar, sin dejar de batir:
Continuamos batiendo con las varillas mientras incorporamos la harina y la levadura tamizadas (pasadas por un colador):
Cuando tengamos una crema fina, sin grumos, lo vertemos en el  molde, le damos unos golpecitos suaves sobre la encimera para que no nos salgan agujeros (burbujas de aire) y lo metemos al horno durante 30 minutos, comprobando durante los últimos 10 que no se nos dore demasiado y pinchando con una brocheta (o palillo) para comprobar si está hecho (estará cuando la brocheta nos salga limpia, ya sabeis que cada horno es un mundo).
Cuando esté lo dejamos unos minutos para que se enfríe un poco y lo desmoldamos. Ya lo podemos poner en una rejilla para que se acabe de enfriar:
Y lo tendremos listo para desayunar o para merendar:
Quizás no se aprecie en la foto, pero os aseguro que queda muy jugosito y muy rico (por cierto, se me olvidó darle los golpecitos...):
No nos queda más que disfrutarlo:

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