A principios del mes de agosto mi hija organizó un viaje a Barcelona para visitar a su novio (que actualmente está trabajando allí) y quería que su madre, Chari, le acompañara, para ver por dónde se movía su hijo y, sobre todo, para que cambiara un poco de aires, que después de los últimos acontecimientos, buena falta le hacía. Y me propuso que les acompañara. Así que un lunes, de buena mañana, nos pusimos en marcha. Salimos del aeropuerto de Santander a las 9:15 y a las 10:30 estábamos en el Prat, en Barcelona. Al apearnos del metro ya nos estaba esperando Felipe y nos fuimos al apartamento que habíamos alquilado en la ciudad para pasar esos días los 4 juntos. Dejamos las maletas y salimos. Yo había estado en Barcelona hace bastantes años (muchos, aunque no me parezcan tantos), pero no recordaba mucho, así que una ciudad nueva nos esperaba. Lo primero buscamos donde comer, que era la hora, y nos fuimos a la plaza de Cataluña. Mi primera visión en ese entorno fue el Corte Inglés y los manteros, que en esos días anteriores habían sido noticia por problemas con turistas y de convivencia:
Dimos una vuelta alrededor de la plaza, punto neurálgico sin duda, rodeada de tiendas e importantes edificios como el de la izquierda de la foto, antigua sede del Banesto y que Amancio Ortega adquirió aliándose con Iberostar para tener su primer hotel en la ciudad catalana. En los bajos está Apple Store:
La Plaza de Cataluña es una de las más grandes de España (la 3ª) y nexo de unión entre la Ciudad Vieja y el Ensanche y está rodeada por numerosas esculturas (28 creo que son) que representan las 4 ciudades catalanas, la sabiduría, el trabajo,..., como la de la foto, a la izquierda, sobre el pedestal, que representa a Tarragona, con las coloridas torres de la Casa Rocamora, al fondo de la plaza:
Destaca, por ser diferente, el monumento al presidente de la Generalidad Francesc Macià, un tanto abstracta, una especie de escalera invertida sobre un pedestal. Y delante la bonita figura de mármol blanco: la Diosa, también conocida como el Enigma, por su expresión:
Desde esta plaza podemos coger algunas de las calles más famosas de Barcelona como el Paseo de Gracia o las Ramblas. Nosotros empezamos por la Avenida del Portal del Ángel, llena de tiendas y con un curioso termómetro en la calle, que, aquel día, sólo verle tan rojo ya asustaba, daba sensación de más calor aún:
Nos dirigíamos a la Catedral de la Santa Cruz y Santa Eulalia (también conocida como la Seo o Seu) y enseguida llegamos a la Plaza Nueva, donde se celebraba el Mercado de la Paja (actualmente tiene otro tipo de mercado), justo frente a una de las puertas de entrada a la ciudad romana Barcino, con restos del acueducto y de las torres circulares que hoy dan paso al Barrio Gótico por la calle del Obispo:
En efecto, nos internamos en un escenario diferente, con gran encanto. Lo primero, la capilla de Santa Lucía y una de las 5 puertas de la Catedral:
Enfrente y justo por detrás de las murallas romanas que acabábamos de pasar está la Casa de l´Ardiaca, hoy sede del Archivo Histórico de la Ciudad de Barcelona, con un bonito patio interior y una fuente que invitaba a refrescarse:
Y la Catedral estaba allí, impresionante, gótica, emblemática, majestuosa:
Mientras las chicas descansaban un poco, en la plaza de la Seu, frente a la fachada principal, que lo del turisteo cansa mucho, yo me di una vuelta alrededor del edificio (por dentro lo visitaríamos más adelante), pasando junto al resto de puertas de acceso al recinto catedralicio, como esta, el Portal de San Ivo, la más antigua, por la que se entró durante más de 500 años:
También pude ver los edificios que la rodean, como la sede del Departamento de Acciones y Relaciones Institucionales y Exteriores y Transparencia (o algo así, que el catalán no es mi idioma), de gran belleza:
También pude ver los edificios que la rodean, como la sede del Departamento de Acciones y Relaciones Institucionales y Exteriores y Transparencia (o algo así, que el catalán no es mi idioma), de gran belleza:
Por encima de otra de las puertas, la de La Piedad, y bajo un arco conopial (precioso para mi gusto), una escultura de la Piedad, copia del original, con elementos de la Pasión de Cristo:
Siguiendo la vuelta me encontré con la Puerta de Santa Eulalia, que da acceso al claustro. En frente, en la pequeña Plaza de Garriga i Bach, hay un monumento a Los Mártires de la Independencia, dedicado a la memoria de los barceloneses que en 1809 lideraron la fallida insurgencia contra las tropas napoleónicas durante la guerra de la Independencia, siendo detenidos y ejecutados los 5 participantes: 1 militar, 2 civiles y 2 curas (en la placa del pedestal en el que se asienta la escultura están inscritos, además, los nombres de otros 2 ajusticiados por tocar las campanas de la catedral durante la ejecución de los 5 primeros. Todos ellos están enterrados en la Catedral):
Ya me reuní de nuevo con ellos y mientras Felipe y Chari solventaban un problema, mi hija y yo seguimos en dirección a las Ramblas, pasando por delante de la Basílica de Santa María del Pí, de grandes dimensiones y que se distingue perfectamente por su gran rosetón de 12 brazos, aunque ahora está tapado. Bueno, tampoco pude ver la imagen de la Virgen con el Niño encima de la puerta, en el arco central (tengo que volver):
Esta basílica está en la plaza del mismo nombre, donde también está el edificio con los esgrafiados más antiguos de la ciudad, hechos con arena de la playa. En la foto, el edificio y el pino que da nombre a la plaza y a la basílica (del Pi...no):
Llegamos a las Ramblas, justo por el punto donde está el mosaico de Joan Miró, con 6000 baldosas formando un círculo y que se ha convertido en el símbolo de la valentía de los barceloneses tras el atentado yihadista del 17 de agosto de 2017. Allí paró la furgoneta que mató a 13 personas e hirió a un centenar. Pues, ¿os queréis creer que no lo vi esa primera vez que pasamos por allí😎? Y creo que la segunda vez, tampoco😩!! Es que no tengo ojos suficientes para verlo todo y en Barcelona hay que ver mucho por arriba. Eso sí, a otra vuelta que pasamos...👍:
Lo que no se me escapó y está allí mismo es el famoso mercado de la Boquería. Como era por la tarde parte de los puestos estaban cerrados, pero los que estaban abiertos, de frutas y zumos principalmente, eran un espectáculo de colores;
En frente de la Boquería está el Museo Erótico, que no pasa desapercibido por la Marilyn Monroe que está en una de las puertas (la primera vez que lo vi era una muñeca, tamaño natural, pero otra vez que pasamos era una chica tirando besos):
Decidimos bajar por las Ramblas hacia el mar, pasando por el Gran Teatro del Liceo, el más antiguo y prestigioso de la ciudad condal, considerado uno de los más importantes del mundo como teatro de ópera y con una historia un tanto accidentada, con 2 incendios (el último le vimos por la tele, en 1994), y un ataque anarquista que dejó 20 muertos:
Algo más abajo está el Teatro Principal, su eterno rival, cerrado desde 2006, con su fachada curvada:
Y bajando, bajando, viendo a varios mimos, llegamos hasta el Monumento a Colón, con la enorme columna corintia, de 60 m. de altura, sobre la que está la estatua de Colón, con su brazo señalando curiosamente hacia Italia ¿no debería apuntar hacia el otro lado, hacia América😳? Apuntará a Génova... Arriba hay un mirador pero he leído que es muy incómodo:
En la parte inferior de la columna hay varias esculturas relacionadas con el descubrimiento de América y las figuras de hierro de 8 leones en los que siempre hay alguien subido para hacerse una foto. Yo aproveché las patas de uno de ellos para hacer una foto al edificio monumental de la Aduana del puerto, de fachada ricamente ornamentada con varios leones alados:
Y ya estábamos en el Puerto de Barcelona, el mayor del Mediterráneo en tráfico de cruceros y el cuarto del mundo, sólo por detrás de los del Caribe, con la fácilmente reconocible figura del hotel W, de casi 100 m. de altura, rodeada de polémica desde su construcción por considerar varias asociaciones que no respeta la ley de costas:
Para esa tarde habíamos comprado entradas para el Parque Güell, situado en la parte superior de la ciudad, y, nos dirigimos hacia allí. Según íbamos subiendo la perspectiva nos permitía tener vistas como esta, con la Sagrada Familia y sus eternas gruas:
Mientras hacíamos tiempo para encontrarnos con Felipe y Chari nos subimos hasta el promontorio donde se ubica el monumento al Calvario, con sus 3 cruces, en el lugar donde se iba a construir una capilla:
Subiendo (nosotras subimos por unas calles casi verticales, con escaleras mecánicas, aunque hay otra subida más cómoda) se tiene una buena vista del Tibidabo (la foto está con mucho zoom), con el templo del Sagrado Corazón, la torre de Aguas de Dos Ríos (en la foto, a la derecha) y el Parque de Atracciones Tibidabo , uno de los más antiguos del mundo. La otra vez que estuvimos en Barcelona, subimos en el funicular:
Como iba diciendo, estábamos en el Parque Güell, sin duda, el lugar donde Antonio Gaudí dio rienda suelta a su genio arquitectónico, poniendo en práctica nuevas estructuras de formas inimaginables hasta entonces, mostrando su libertad creativa, su gusto por los motivos naturalistas, transportándonos a un mundo irreal, fantástico, donde cada uno se puede sentir protagonista de su propio cuento. Al menos, así lo sentí yo.
Lo cierto es que esta maravilla, en principio, iba a ser una "urbanización" de alto standing, con todas las comodidades y adelantos tecnológicos posibles, en un marco de gran belleza natural y lleno de referencias políticas y religiosas. Así lo diseñó el arquitecto Gaudí (muy religioso) por encargo del empresario Güell (muy político). Pero la idea acabó siendo un fracaso, los barceloneses lo veían un poco alejado del centro y muy caro (una parcela de 1200- 1400 m² podía costar entre 23.000 y 37.000 pesetas). Sintiéndolo mucho por ellos, yo creo que el resto nos hemos beneficiado de su fracaso. Pasear en ese entorno es alucinante:
Gaudí diseñó amplios viaductos, anchos, para el paso de carruajes:
Y por debajo, caminos porticados para los transeúntes, algunos con dobles filas de columnas:
Todos diferentes, mágicos:
A las 7 ya nos encontramos para entrar a la parte del parque que no es de libre acceso, entrando por la puerta principal. Ahora nuestro cuento tenía casitas... ¿solo yo veo una cara de monstruo tierno, con sus ojos, su nariz, 3 bocas y una estrella en la frente? Uuuuffff, el espíritu de Gaudí me está poseyendo 🙇(qué más quisiera yo 😅...):
¿Y qué me decís de este otro pabellón, el de administración? Está también rematada con una cúpula en forma de hongo y la torre recubierta de mosaicos blancos y azules (además de otras florituras):
Por esa entrada principal, a la derecha, está la escalinata que sube hasta la sala Hipóstila o Sala de las 100 Columnas, con sus 3 fuentes que representan a los países catalanes, en el centro. Los muros laterales tienen forma elíptica y está formada por placas cóncavas y convexas de cerámica:
La fuente más conocida y fotografiada es la última, la que representa a un dragón o salamandra o, más bien, un lagarto de colores, que se ha convertido en un símbolo de Barcelona y sobre cuyo significado no se ponen de acuerdo. El caso es que es muy vistoso (e imposible de fotografiar sin gente alrededor). Yo tengo que decir que me decepcionó un poco porque el recuerdo que tenía de la otra vez, era de un bicho mucho más grande:
Así que, subiendo los 45 escalones, estamos en la gran Sala Hipóstila o de las 100 columnas (aunque en realidad son 86). En la mente de Gaudí esto iba a ser el mercado de la urba (yo lo veo más bien como el parque infantil donde poder jugar al escondite🙈). Tienen más de 6 m. de alto y las exteriores están inclinadas (a mí me parecía que todas estaban torcidas). La otra vez que lo visité estaban dando un concierto, tiene una acústica perfecta. Y, por cierto, por dentro de alguna de estas columnas hay tuberías por las que discurre el agua recogido en la plaza que está encima, que no está pavimentada precisamente para eso y que sirve para nutrir las fuentes, por ejemplo:
En el techo formado por bóvedas semiesféricas convexas hay 4 rosetas de distintos colores con soles de 20 puntas que representan las 4 estaciones, las de la foto son la de verano y la de invierno (en el centro de las bóvedas también debería haber otros plafones más pequeños, pero deben estar en reparación):
A un lado de la escalinata está la antigua casa de Güell, hoy un colegio público, y al otro lado el jardín de Austria, que, al menos ese día, tenía muy poca gracia.
Encima de la sala de las columnas está la enorme plaza, que estaba en obras. El borde tiene forma ondulada, con un banco en todo el contorno rematado con una especie de serpiente de colores, de 110 m. de largo. Es un perfecto balcón-mirador hacia la entrada pero fue diseñado para ser un teatro griego donde celebrar reuniones y eventos de todo tipo:
Continuamos paseando por los diferentes caminos y viaductos, con columnas simulando árboles, todos diferentes, como estos donde posan mis chicos con su mejor sonrisa (aunque ya estaban agotados, los pobres), que ayudan a contener el vial que atraviesa horizontalmente todo el recinto del parque:
Uno de esos árboles, con forma de lavandera, da nombre al Pórtico de la foto anterior:
¿Y qué me decís de esta balconada?¿merece o no merece una historia de fantasía, donde la hija del rey de Stone Kingdom, Etrica, se asoma cada día, transformando una flor de adelfa en piedra, que utiliza para construir una gran torre que le permita ver el mar por donde un día volverá Evius, su amado guerrero? Se me acaba de ocurrir lo que quizás sea el principio de una de mis historias inventadas😜...:
Y así terminó nuestra visita a este parque declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad como una parte de la obra de Gaudí, en 1984. Es mágico, es inspirador, es imaginación, es libertad, es genialidad, es "visión de futuro", es el "más difícil todavía", es el "menos es poco". Eso es para mí.
Para los dos días siguiente habíamos comprado por internet (es más barato) tickets para el Barcelona Bus Turístic, que siempre es más descansado. Así que al día siguiente, martes, después de desayunar en el apartamento nos pusimos en marcha y en la primera parada que encontramos nos subimos y fuimos haciendo las distintas rutas que tienen organizadas (la roja, la azul y la verde, con varios puntos comunes donde poder cambiar de ruta), que te van dejando lo más cerca posible de los principales puntos turísticos.
La primera ruta que cogimos fue la azul, la que va por más afuera de la ciudad. Nos estábamos dando cuenta de que Barcelona está lleno de edificios con encanto, modernistas, como este, la Torre Andreu o la Rotonda, con su curioso templete-mirador:
Nos apeamos junto a los jardines de la Tamarita, en el distrito Sarría- San Gervasio:
Lo que vimos no nos gustó demasiado, estaba como poco cuidado, un poco salvaje. Así que enseguida cogimos otro bus (pasan con mucha frecuencia) y continuamos por el Paseo de San Gervasio, al final del cual está la iglesia de los Santos Gervasio y Protasio:
Nos apeamos en la parada Sarrià, donde destaca el Mercado (no tenía nada) y la iglesia de San Vicente, con su torre octogonal:
En su interior guarda muchas obras de arte como sus pinturas murales al fresco:
Siguiente parada: Monasterio de Pedralbes, un ejemplo perfecto del gótico catalán, perfectamente conservado, de monjas clarisas, con un espacioso claustro visitable (previo pago):
En la iglesia me llamó la atención la sobriedad en la decoración del altar y la gran cantidad de lo que a mí me parecían escudos con los colores de Cataluña para lo que no he encontrado ninguna explicación. Pero si algo destaca son las vidrieras y, sobre todo, el doble sepulcro de la reina Elisenda, esposa de Jaime II que vivió y murió allí. En la parte del sepulcro que da al claustro, la reina viste como viuda y penitente, mientras que en la parte que da a la iglesia viste engalanada como reina (en la foto, a la derecha, encima de mi nombre):
Después de descansar allí sentados, a la sombra, nos volvimos a armar de valor para salir otra vez al calor, a la solanera de una ciudad que parecía arder bajo los rayos de un sol implacable, sin compasión por nosotros, gente de Cantabria, no acostumbrados a semejantes temperaturas.
En el bus nos acercamos hasta el Palacio Real de Pedralbes, hoy cerrado al público, aunque los jardines sí que se pueden ver. :
Aunque este palacio fue usado por Franco en varias ocasiones, a partir de 1975 el rey Juan Carlos prefirió el Palacete Albéniz como residencia oficial en sus visitas a la ciudad, costumbre seguida por el rey actual. No obstante, este palacio de Pedralbes se usó en el almuerzo y en la recepción oficial cuando se casó Cristina de Borbón e Iñaqui Urdangarín.
En los jardines buscamos con gran interés por mi parte este rincón: la fuente de Hércules, de Gaudí😔:
La parte de la entrada principal al recinto, donde está la estatua Mediterránea (la estatua blanca, una mujer desnuda), sí que está bien bonita y cuidada:
Y ya desde fuera, desde la Avenida Diagonal, se puede ver esta estatua y la pérgola:
Continuamos en la ruta azul y un par de paradas más adelante, cambiamos de ruta, cogimos la roja, que va hacia Montjuïc, por la parte vieja y llega hasta el puerto.
Fuimos hasta la estación de ferrocarril de Barcelona Sants (también hay dársenas de autobuses). Comimos en la zona y después nos acercamos hasta el parque de la España Industrial, construido en el solar que dejó libre una antigua fábrica textil al trasladarse a otro lugar. Está al lado de la estación y tiene un lago artificial y unas altas torres de iluminación que a mí me parecieron faros:
También tiene algunas esculturas como El Dragón, una estructura metálica que los niños usan como tobogán (Barcelona tiene fijación con los dragones, no en vano San Jorge, patrón de Cataluña, mató al dragón que atemorizaba al pueblo, liberándolo):
De nuevo en el bus, y camino de la plaza de España, una figura de enormes dimensiones, 22 m. de altura, y colores característicos, llama mi atención. Cámara en mano (siempre, siempre en mano) pude hacer esta foto: es la obra Mujer y Pájaro de Miró (otro que tiene fijación con las mujeres, los pájaros y las estrellas), la primera de arte público expuesta en Barcelona, en el Parque de Joan Miró:
Sobre la marcha decidimos pasar estas primeras horas de la tarde sentados en el bus, que como íbamos en la planta de arriba por lo menos nos daba el aire. El calor arreciaba y el peligro de desintegro nos acechaba. Así que pasamos por la plaza de España, por la zona de Montjuic, subimos al Anillo Olímpico, y bajamos hacia el puerto (localizamos el parking para autocaravanas 🚐):
Nos acercaron a la Torre Jaime I, una de las estaciones del teleférico del puerto, con sus 107 m. de altura, que une dicho puerto con la montaña de Montjuïc:
Seguimos la ruta sentaditos en el bus turístico, con vistas al World Trade Center, un parque empresarial situado en el frente marítimo, con forma de barco y rodeado por el mar Mediterráneo, con una gran plaza central y gran flexibilidad de espacios, puesto que se pueden celebrar reuniones desde 8 personas a 1500:
Pasando junto al Mirador de Colón, entramos a la zona del Aquarium, saliendo por el Museo de Historia de Cataluña, que forma parte del Palacio del Mar, uno de los pocos edificios que se conservan en el antiguo puerto, creo que tiene cosas curiosas:
En la parada del Puerto Olímpico, nos apeamos del bus de la ruta roja y cogimos el de la ruta verde que continua por la costa y sus playas, acercándonos hasta el Parque del Forum, dando la vuelta en el entorno del Museo de Ciencias Naturales (Nat o Museo Azul), ubicado en el edificio Forum, junto al singular edificio Diagonal Zero Zero, sede de Telefónica, de 110 m. de altura, levantado en 8 meses utilizando tecnología punta:
Esta parte de la ciudad, la nueva, con amplias y verdes avenidas, muestra otro tipo de construcciones, más modernas, claro, como la Torre Agbar (o Glories), tan reconocible por su forma de supositorio, o las de la foto: el hotel Arts a la derecha y la Torre Mapfre a la izquierda, que son los edificios más altos de Barcelona, ambos de 154 m. de alto (el Agbar, 3º en altura, mide 144 m.):
En esta zona del Puerto Olímpico, nos volvimos a apear de la ruta verde y nos adentramos, paseando, hacia el mar, junto a la enorme escultura urbana Pez (¿quién sabe qué forma tiene? pues sí, pero sin cabeza). Así vimos la playa de la Barceloneta. Lo siento, pero sus playas urbanas.... nada que ver con el Sardinero en Santander:
Ahora retomamos la ruta roja, pasando junto a la estación de Francia, monumental, declarada Bien de Interés Local:
Un par de paradas más adelante nos apeamos para acercarnos a la Basílica de Santa María del Mar. Hace tiempo leí el libro de Ildefonso Falcones, la Catedral del Mar, pero al saber que iba a ir a Barcelona me he visto la serie de tv (en un tiempo record), así que estaba bien ambientada. Mi primera visión fue esta:
Al entrar no pude evitar darme cuenta de la dureza que debió suponer la construcción de un edificio tan alto a manos de unos hombres que sólo tenían eso, unas manos, con más o menos fuerza, pero con mucha buena voluntad. Así, construyeron una iglesia, una basílica menor, una joya del estilo gótico catalán, donde la amplia separación de sus pilares y la semejante altura de sus naves, dan la sensación de que estamos en una sola nave pese a que son 3:
Detalle de una de las bonitas y policromadas claves de bóveda del interior, representando el nacimiento del Niño Jesús, recientemente rehabilitadas:
Después de recorrer el interior, viéndolo al detalle (o eso pensaba yo...), me salí, que me estaban esperando y ya me fijé en la fachada principal, de gran austeridad, con dos torres octogonales a los lados, un gran rosetón en el centro como protegido por 2 contrafuertes (rosetón que en el terremoto que asoló Cataluña en 1428 se cayó provocando la muerte de una treintena de fieles), formando un conjunto que da la impresión de más horizontalidad, al contrario de lo que parece por dentro, mucho más vertical:
Y cuando ya estaba en la calle hablamos algo de la Virgen y me doy cuenta de que no la he visto, qué tonta, y eso que viendo la serie pensé que me tenía que fijar a ver si era tan fea como la veía en la tele. Así que volví a entrar y efectivamente, es bastante fea (con todo mi respeto):
Al salir de nuevo, me fijé en la puerta, donde hay una figura en bronce que recuerda el trabajo de los vecinos de la Ribera, que, con su trabajo, ayudaron a construir semejante templo, sobre todo los estibadores del puerto o bastaixos, o sea, un Arnau cualquiera:
Nos acercamos hasta el Parque de la Ciudadela, pero pensamos que volveríamos al día siguiente, así que nos fuimos hasta la catedral para visitarla por dentro y sin cansarnos de verla por fuera.
El origen de la catedral o Seo está en una Basílica paleocristiana sobre la que se debió construir una mezquita que más tarde fue transformada al estilo románico para ser, finalmente, reformada y ampliada en estilo gótico, con las grandes vidrieras como clara prueba:
Detalle de la Exaltación de la Cruz, en el altar mayor, rodeada por 6 ángeles:
Se puede visitar la Nueva Sala Capitular (que me recordó que tengo que volver a extasiarme a la Capilla Sixtina, en el Vaticano), en la que se representa la Glorificación de Santa Eulalia y San Olegario:
Pero lo que yo tenía ganas de ver era el claustro, no me imaginaba como estarían 13 ocas a su libre albedrío por allí. Y sí, allí están, en un jardín en el centro del claustro, aunque no con tanta libertad y en unas condiciones que no creas que me gustaron demasiado, pero bueno, entiendo que las quieran tener allí en recuerdo de los 13 años que tenía la niña Eulalia cuando fue ejecutada tras sufrir martirios varios: Cuentan que fue expuesta desnuda en el foro y en plena primavera cayó una copiosa nevada que cubrió su desnudez. Cabreados los romanos, la metieron en una cuba con cristales rotos, cuchillos y clavos y la echaron a rodar por una cuesta,..., y así varias lindezas más, hasta morir crucificada en una cruz con forma de aspa. Así que si estas ocas (ella de niña pastoreaba ocas) nos recuerdan cuán miserable puede llegar a ser la raza humana, pues lo damos por bueno:
Por lo demás, el claustro es una preciosidad con diferentes formas arquitectónicas:
Por encima del claustro, y con sus arcos a modo de marco incomparable, se pueden ver las torres de la catedral:
En el interior y debajo del altar mayor (más o menos), bajando por unas amplias escaleras y bajo un arco casi plano, está la cripta de Santa Eulalia, de alabastro, sostenido por 8 columnas de diferentes estilos, expuesto detrás de un altar (aunque en la foto parece que está encima). La bóveda o techo está dividido en 12 arcos que se rematan con una gran clave en el centro. Debajo, la imagen de la Virgen y el Niño poniéndole la corona del martirio. Su antiguo sepulcro está detrás:
Subimos a las cubiertas en un ascensor, que parece que ahora está de moda, y por una serie de pasarelas metálicas puedes ir viendo las torres desde otra perspectiva, así como la ciudad, pero tengo que decir que nada que ver con la visita que hice en julio a las cubiertas de la catedral de Santiago de Compostela:
Eso sí, me he quedado con una gran duda: en la puerta de una de las torres, Chari se dio cuenta de que había, a un lado, dos ratones o ratas (que parecen grandes), y al otro un gato. Supongo que tendrá una explicación o por lo menos alguien se lo habrá dado, pero no he encontrado nada. Si alguien lo sabe, que nos lo cuente:
Ya nos fuimos a las Ramblas, pasamos por La Boquería y buscamos la famosa fuente de Canaletas (que Felipe tenía mucho interés en verla 😂😂😂), lugar donde los aficionados celebran los éxitos del Barça. La verdad es que casi nos pasa desapercibida. Es modesta y bien aprovechada: es fuente y es farola, y dicen que si bebes de su agua vuelves a Barcelona y...¡¡¡no recuerdo si bebí 😡😡😡!!!:
Y ya nos fuimos para el apartamento, que estábamos agotados. Había hecho mucho calor y habíamos estrujado el día a tope.
Al día siguiente, miércoles, el plan era parecido al día anterior: desayunar en casa y salir a turistear cogiendo el bus según nos viniera bien. Así que a las 10:30 ya estábamos en marcha. En cualquier esquina una casa como esta, modernista, decorada con cerámica policromada, ondulante. Es la casa Comalat y esta es la parte de atrás del edificio, ¿os imagináis cómo será la fachada principal, la que da a la Avda. Diagonal):
Sí, ya nos tocaban las casas famosas. Enseguida llegamos al Paseo de Gracia, que en sí mismo ya es un centro cultural. En esta calle y en esta zona están las mejores firmas internacionales y la verdad es que el entorno es el ideal. Es una calle especial, con edificios peculiares, únicos. Buscábamos la Casa Milá, más conocida como la Pedrera, pero de la que bajábamos no pude evitar fijarme en esta, por ejemplo, la antigua casa del pintor Casas y en cuyos bajos está una de las mayores tiendas de Massimo Dutti en España:
Junto a ella, Casa Codina, de 6 pisos, ocupada en su totalidad por la joyería Rabat, que tiene en su 1ª planta un jardín desde el que ves la Pedrera:
Y pegadita a la anterior, la Casa Milá o la Pedrera (mote que le pusieron sus detractores por su aspecto). Construida por Gaudí en su etapa más naturalista y más plena y mandada construir por Milà, un rico empresario (con quien al final tuvo alguna desavenencia), parece simular una roca modelada por las olas del mar. Toda ella es sinuosa y ondulada, con continuos entrantes y salientes que le dan aspecto de continuo movimiento. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO como parte de la obra de Gaudí. Desde luego, no se puede tildar de modernista, va mucho más allá:
En frente, un poco más abajo del Paseo de Gracia, está la Casa Batlló, otra obra del genial Gaudí, de la misma época de la Pedrera, pero esta vez se trataba de la remodelación de un edificio antiguo. En su fachada destaca la tribuna del piso principal, en el que vivía la familia Batlló (el resto lo alquilaron, cosa común en la época, también se hizo en la Pedrera), con esa forma tan extraña donde algunos ven murciélagos, el revestimiento de la fachada con vidrios y cerámica de colores, los balcones de hierro fundido (tratados para evitar que se oxiden) con forma de antifaz o máscara o, quizás, la parte de arriba de una calavera (el balcón del centro en la parte superior es diferente). Y todo ello rematado con una original bóveda cubierta de cerámica con forma de escamas que parece el lomo de un dragón, con una torre rematada por lo que parece una cabeza de ajo y una cruz orientada a los puntos cardinales. Algunos ven a un dragón con una espada clavada y cuyas víctimas están representadas con las calaveras. Todo muy gaudiniano. Creo que el desván y la azotea también son dignos de ver:
En la foto anterior también se ve, a la izquierda, la Casa Amatller , triangular, y, en la foto de debajo, la Casa Lleó Morera, destacando su original templete y la tribuna superior. Esta casa, aunque tenga menos fama, es también una magnífica obra modernista:
Las 3 casas anteriores, la Casa Batlló, la Amatller y la Lleó Morera, forman parte de la llamada manzana de la discordia, construidas por los 3 principales arquitectos modernistas, pero sólo esta última se llevó el premio del Concurso Anual de Edificios Artísticos otorgado por el ayuntamiento de Barcelona en 1906.
Bueno, pues en una de esas, cogimos el bus turístico de nuevo para acercarnos a la Sagrada Familia (Templo Expiatorio de la Sagrada Familia). Hacer fotos de los edificios, en general, era muy difícil, por la perspectiva, por los árboles, ... , pero aquí, además se añadía el engorro de la gente. Había muuuuucha gente.
Pero aquí estábamos, ante la obra cumbre del modernismo catalán y de Antonio Gaudí. Se comenzó en 1882 y aún está inacabada, se va construyendo con donaciones.
Gaudí dejó diseñadas en bocetos 3 fachadas, Nacimiento, Pasión y Gloria de Jesús, cada una con su historia y 18 torres: 12 dedicadas a los Apóstoles, 4 a los Evangelistas, 1 a la Virgen y la otra a Jesús. Hay ya 8 construidas.
La primera fachada que se comenzó a construir fue la del Nacimiento, muy decorada y llena de vida (yo diría que hasta demasiado), con profusión de simbolismos cristianos, con los portales de la Fe, la Esperanza y la Caridad. Fue la elegida por Gaudí para empezar la obra porque pensaba que sería la que más iba a gustar:
Detalle de la Coronación de la Virgen, sobre la entrada principal:
La fachada de la Pasión es mucho más austera y simple, sin apenas ornamentación, donde Gaudí quería reflejar el sufrimiento de Jesús en su crucifixión. Está sostenida sobre columnas inclinadas y también tiene 3 portales de la Fe, la Esperanza y la Caridad y la historia de la pasión está repartida en 3 niveles. Llama la atención el frontón soportado por 18 columnas rematado por una cornisa de prismas hexagonales, con una gran cruz en el centro (mide 7,5 m. de altura, y en la foto casi ni se ve😓, imaginaros las dimensiones de todo ello...). Estas 4 torres están dedicadas a Santiago el Menor, Santo Tomás, San Felipe y San Bartolomé. Esta parte se ha terminado este año 2018:
Las escasas esculturas presentan lineas esqueléticas y angulosas para dar más dramatismo al conjunto:
El ábside, en la cabecera del templo, está entre las fachadas del Nacimiento y la de la Pasión y también tiene una profusa ornamentación escultórica y contrafuertes con agujas que delimitan las capillas del interior:
Nos llamaron la atención las figuras de animales, como esta lagartija:
La fachada de la Gloria será la mayor y más monumental, aunque todavía no se aprecia nada. Del interior no puedo contar nada porque no entramos (tengo que volver). Yo creo que necesitaría un día entero y unos prismáticos para ver todo bien, no digo más!!!
Y nos fuimos yendo, sin poder evitar mirar para atrás...:
Desde aquí fuimos andando (santa paliza) hasta el hospital de la Santa Cruz y San Pablo, un gran complejo hospitalario, con más de 20 pabellones de ladrillo rojo, fue ideado como una ciudad jardín en un entorno estético y funcional, en estilo modernista, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO:
Desde allí supongo que cogeríamos otra vez el bus (no lo recuerdo) y nos fuimos a la Plaza San Jaime, donde se ubica el Palacio de la Generalitat. Destaca su cúpula sobre el salón de san Jorge y la escultura del mismo, todo ello en esta fachada renacentista:
En frente, la Casa de la Ciudad, donde tiene su sede el ayuntamiento de Barcelona:
En esta foto se puede apreciar el famoso Pont del Bisbe o Puente del Obispo, que aunque no lo parezca es de reciente construcción (de 1928), de estilo neogótico, rodeado de mitos y leyendas. Es lo más fotografiado de Barcelona:
Ese día comimos por esa zona de la Ciudad Vieja, y después nos fuimos al Parque de la Ciudadela que nos había quedado pendiente. Está en el barrio de la Ribera y fue, durante muchos años, el único parque público de la ciudad. Dentro del amplio recinto hay un lago y la Cascada Monumental, cuyo proyecto hidráulico fue diseñado por Gaudí, con gran cantidad de esculturas (y de vegetación):
Detalle del Nacimiento de Venus debajo del arco central y la Cuadriga de la Aurora, dorada, con una Aurora portando una antorcha, además de los mitológicos Grifos, a modo de surtidores:
Paseando por los jardines llegamos hasta el Palacio del Parlamento de Cataluña, construido como arsenal de la antigua Fortaleza de la Ciudadela. Ese día estaba cerrado a cal y canto, y protegido con vallas, supongo que aprovechando la época estival para hacer obras de mantenimiento. Delante está la Plaza de Armas con un estanque donde hay una copia de la escultura Desconsuelo, una mujer desnuda en actitud desconsolada, en mármol blanco (el original está en el Museo Nacional de Arte de Cataluña):
El parque es un autentico centro de arte, con muchas obras esculturas, algunas más bonitas y otras menos (el Mamut...😔😕😔😕); hay, también, otraos edificios como el Museo de Geología, el de Zoología, el Invernáculo o la parroquia castrense, y a un extremo del recinto está el Zoo.
Visitamos, ya en la Rambla, el Palacio de la Virreina, de estilo barroco, donde se celebran exposiciones temporales, ese día vimos una exposición de fotografía y aprovechamos el patio interior para tomar un descanso, ¿verdad Chari?.
En ese patio hay una doble escalinata con balaustrada de forja (y visitantes guapos, 😀😜):
Allí tuvimos un problema con el GPS. Buscábamos el Palacio de la Música y por esas cosas que pasan con las tecnologías, que a veces se lían, nos decía que estaba allí mismo. Ahora he comprendido que, como ya supusimos, se debía referir a lo que llaman la Casa de la Música (Casa Beethoven), que está justo al lado de este Palacio de la Virreina y que es la tienda de música más emblemática de la ciudad.
La Rambla, como siempre, con mucha gente en movimiento:
Otra vez en el bus turístico pasamos por el Paseo de Gracia y pudimos alcanzar a ver algo de las famosas chimeneas de la Pedrera, esas que tienen forma de guerreros, y que desde pie de calle no pudimos ver (tengo que volver... y no recuerdo si bebí de la Fuente de Canaletas 😩😢):
Otra cosa curiosa que tiene la ciudad condal, que no dejaba de sorprenderme, son las farolas, en realidad son farolas-bancos, unas verdaderas esculturas, que además de bellas son útiles, ya que iluminan la acera, la calzada y además sirven para sentarse (el espíritu catalán...):
Volvimos a pasar por la Plaza de España, pero tampoco nos apeamos esta vez, teníamos otros planes. Pero sí que vimos con detalle (nos pilló una parada del tráfico) la fuente monumental en el centro de la misma. Es una alegoría donde se representan a los 3 mares que rodean a la península Ibérica, Mediterráneo, Atlántico y Cantábrico y ríos que desembocan en esas aguas. Todo ello con abundante ornamentación escultórica:
Continuando la marcha, la majestuosidad del Museo Nacional de Arte de Cataluña, más conocido como MNAC. Subimos en el bus hasta la entrada, pero tampoco nos apeamos aquí, teníamos otros planes...:
Pasamos por Caixa Forum, por la entrada al Pueblo Español, pero continuamos hasta lo más alto, al Anillo Olímpico de Montjuïc, conjunto de instalaciones deportivas creadas o remodeladas con motivo de los juegos olímpicos de 1992. Entre estas instalaciones destaca el Palau Sant Jordi, obra de un arquitecto japonés, que actualmente se usa, además, para conciertos, convenciones y congresos. Junto a él está la Torre de Telecomunicaciones o Calatrava de 120 m. de altura y una fuente en cascada:
Seguido, por la parte de arriba, el Estadio Olímpico Lluis Companys, construido anteriormente pero remodelado para la ocasión y catalogado como de élite por la UEFA. Pudimos verle por los pelos, ya que enseguida se cerró:
A un lado de una de las puertas de acceso, la más próxima a la carretera, está el pebetero famoso de los JJ OO, aquel que Rebollo encendió con un tiro de su arco. La verdad es que me desilusionó un poco, pensé que era más grande:
Y desde allí, ya fuimos bajando por unas escaleras mecánicas hacia el MNAC. El Palacio Nacional en el que se ubica el Museo, se construyó para la Exposición Internacional de 1929, con un estilo un tanto ecléctico, mezclando elementos clásicos (la cúpula central recuerda a la de San Pedro en el Vaticano) con elementos típicos y muy reconocibles de España (las torres laterales son casi idénticas a la Giralda de Sevilla). Se considera que tiene la colección de arte románico más completa del mundo:
Si desde allí arriba miras hacia abajo, hacia la Fuente Monumental de los ríos y los mares, ves una enorme plaza (es la 2ª más grande de España, por detrás de la Plaza de España de Madrid), con varios tramos de escaleras, con el Tibidabo al fondo, con la plaza de toros Arenas y con la Fuente Mágica más cerca, por detrás de las Cuatro Columnas:
Pues este era el plan: Subíamos hasta el Anillo Olímpico en el bus y ya después íbamos bajando hasta el MNAC, haciendo tiempo para ver el espectáculo de agua, luces y música que se celebra en la Fuente Mágica a partir de las 21:30 (en verano), de miércoles a domingo. Así que ese era el día 👏👏👏!!!
Pero como todavía teníamos tiempo y yo soy un culo-inquieto, fui con Elia hasta el Arenas Barcelona, el centro comercial en que se ha convertido la antigua plaza de toros y que, al pasar en el bus, había visto a gente subida en lo más alto. Hay un ascensor panorámico para subir, pero nosotras fuimos subiendo por las escaleras mecánicas del interior. Desde allí magníficas vistas de la Plaza de España con sus Torres Venecianas, construidas también para la Exposición Internacional de 1929 (como casi todo en esta plaza), muy parecidas al Campanile de San Marcos de Venecia y el Fira Barcelona o recinto ferial:
Según se iba acercando la hora, se iba llenando de gente, así que ya nos sentamos en una de las escaleras por encima de la fuente:
Perfecto. Pero en eso que vemos unas nubes sospechosas. Yo pensaba: si estuviera en mi casa, sabría si eran preocupantes, pero aquí.... Pues sí, lo eran. Y mucho. Comenzó a llover. Qué chupa!!! Dudábamos si se celebraría, dudábamos si quedarnos,... Resistimos, fue amainando y a la hora del evento había dejado de llover, así que pudimos ver el espectáculo, una auténtica exhibición de luces y colores al ritmo de la música:
Hace unos cuantos años vimos una fuente musical en Túnez, creo que en Port el Kantaoui, Sousse, y nos sorprendió, pero nada que ver con esto, la verdad. Cuando sonó la canción de Freddie Mercury y Montserrat Caballé, Barcelona, los pelos de punta:
No solo la Fuente se vistió de todos los colores, también en el Paseo de las Fuentes, que llega hasta la Fuente Monumental, se activaron todos los chorros, eso sí, sin color. Fotos hice muchas, como os podréis imaginar, y me gustaría que las pudieseis ver todas, pero bueno, esta es una pequeña muestra:
Y así, con la ropa mojada pero el espíritu luminoso (el mío por lo menos) nos cogimos el metro para volver a nuestros aposentos, despidiéndonos de una ciudad que me encanta. La siento moderna, peculiar, cosmopolita, de diseño, cuidada, original, renovada, actual, diferente, donde el arte se ve y se siente en la calle, en sus paseos, en sus plazas, con un poder financiero y turístico innegable, ...
Con respecto al idioma, ningún problema: más veces se dirigieron a mí en inglés (hecho que me pasa con frecuencia), que en catalán.
En cuanto al tema del independentismo, ya en casa, nos preguntaron que si habíamos visto muchos símbolos, yo dije que no y mi hija que sí. Yo desde luego no soy consciente. De todas formas, he mirado las fotos que he hecho, que han sido muuuchas, y salvo en la foto del Museo Erótico, en la que se ve un piso superior con banderas independentistas y en el Palacio de la Generalidad y en el ayuntamiento en cuyos balcones había lazos amarillos y carteles alusivos a los presos políticos (he puesto esas fotos precisamente), no tengo más fotos con esos símbolos. Sí me doy cuenta de verlos en alguna ventana, alguna pintada y algún lazo, pero poco, la verdad, de hecho esperaba mucha más intimidación. Igual es que estaban de vacaciones... Espero que todo este lío del independentismo se resuelva y no quite ni un ápice de encanto a una ciudad tan próspera y potente como es Barcelona.
Espero volver para ver tanto como nos faltó por visitar (Arco de Triunfo, Palacio de la Música, Casa de los Paraguas, Castillo de Montjuïc, Pueblo Español, tejado de la casa Batlló, chimeneas dela Pedrera, visitas a museos, ...*), eso sí, cuando haga menos calor 🌞🔥🌞!!!
*Aviso a navegantes.
...solo yo veo una cara de monstruo tierno, con sus ojos, su nariz, 3 bocas y una estrella en la frente. YO TAMBIÉN.
ResponderEliminarjajajaj. Aviso a navegantes??? Pero mejor vamos en otoño-invierno, no? Porque tela tela el calor que hizo... creo que no has dicho todo el santísimo calor que nos hizo!!! Por cierto, no bebiste de la fuente... así que no sé si te dejarán volver..jejej
ResponderEliminarEs para que no se os olvide visitar esos sitios (entre otros) y enviarme foto, por si yo no vuelvo, que si no bebí....
EliminarJAJAJAJ. seguro que volveremos, no te apures!!!! Tenemos que entrar a la Sagrada Familia, pero a ver si la terminan....jejej.
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