martes, 2 de octubre de 2018

CROACIA I



Croacia, otro de mis destinos anhelados!!! Y como siempre me gusta soñar grande, he tenido la suerte de que este sueño se ha cumplido 🙏😀. Fue en agosto, en esa semana de vacaciones familiares, cuando pensamos visitar Croacia. Bueno, en realidad no lo pensamos en agosto, creo que fue en mayo cuando ya empezamos a investigar, pregunté por varias opciones en la agencia de viajes con la que solemos contratar cuando vamos a algún otro país. Al final decidimos que  íbamos a ir a Croacia pero por nuestra cuenta (temas económicos principalmente😉), así que me puse manos a la obra y me hice una ruta que, por cierto, tengo que reconocer que igual fue demasiado larga teniendo en cuenta que era agosto y hacía calor. Al menos, con esa impresión volvimos, aunque ahora, visto en perspectiva, ya no me parece tanto, no sé qué pensarán los demás 🙉 😜.
El plan fue el siguiente: Cogimos el avión en Madrid rumbo a Zagreb, donde pasaríamos la primera noche. El vuelo salía a las 8:10 de la mañana y llegaba a las 10:50, o sea, muy buen horario: nos fuimos la víspera a Madrid, a casa de mi hija, y tempranito nos pusimos en marcha. Cuando llegamos a Zagreb, recogimos el coche que ya habíamos alquilado y nos dirigimos a la capital, a unos 16 km. Y tan rápido cogimos el coche que no nos acordamos de cambiar algo de dinero en el mismo aeropuerto. Bueno, como digo, salimos zumbando. Lo que vimos por el camino era como aquí hace bastantes años. 
Nuestra primera visita iba a ser el cementerio Mirogoj (sitio raro para empezar, ¿verdad?😅), que está a menos de 3 km al norte de Zagreb. Yo no soy mucho de cementerios, la verdad, pero había leído que era uno de los más bonitos de Europa y la curiosidad me pudo. En efecto, es muy bonito. Al llegar te encuentras con una construcción de altos muros cubiertos de hiedra. En total tiene 20 cúpulas azul-verdosas:

Hacia la mitad del muro está la entrada principal con una pequeña iglesia católica en el centro y unos arcos a los lados que dan paso al cementerio (acceso libre y gratuito):
Por la parte de dentro del muro, casi 500 m. de arcos neorenancentistas, bajo los cuales ya vemos las primeras lápidas:
Vista de la iglesia desde dentro del cementerio:
Por dentro es un enorme parque con sepulturas en el suelo, de distintos tipos, ya que son de distintas religiones. Algunas muy sencillas, otras monumentos funerarios, las hay cubiertas de vegetación, otras con el nombre y la fecha de nacimiento en espera de que su dueño fallezca y poner la fecha que falta,... En este cementerio están enterrados varios personajes ilustres del país, pero a mí el que más me sonaba era Petrovic, jugador de la NBA. Pasear por los numerosos senderos da sensación de paz y de estar en un museo al aire libre: 
Fuera del cementerio, junto a la entrada hay varios puestos de flores y un tanatorio (un tanto extraño).
Desde allí nos bajamos hacia el centro de Zagreb, con la intención de parar en el parque Maksimir, pero no encontramos donde aparcar y no teníamos kunas, su moneda, para pagar en la OLA, así que nos dimos una vuelta en el coche y nos fuimos para el centro. Nos pusimos en contacto con la chica del apartamento que habíamos alquilado y a la hora prevista nos esperaba en la puerta. La chica fue muy atenta y amable, nos explicó todo muy bien. El piso perfecto, con todo lujo de detalles, no estaba en el centro pero muy bien situado en una zona tranquila. Dejamos el coche en un parking incluido en el alquiler y nos fuimos andando hasta el centro (el tranvía pasaba por al lado).
En frente de nuestro aposento estaba el Mimara Museum, el principal museo de Zagreb, con gran cantidad de obras de arte: 
Un poco más adelante, en la misma Rooseveltov Trg., llama la atención el edificio del Teatro Nacional de Zagreb, por su color amarillo:
En frente, el Museo-Taller Franjo Schneider, donde se fabrican y restauran instrumentos musicales de cuerda:
Así, por la calle Ilica, la más larga y más cara de Zagreb, donde están las tiendas y centros culturales más importantes de la ciudad, en pleno Donji Grad o ciudad baja, llegamos a la Plaza Ban Jelacic, la principal de Zagreb, centro de la zona peatonal, con la estatua de Ban Jelacic a caballo en el centro y un gran reloj enfrente:
Allí encontramos una oficina para cambiar moneda, con un muy buen tipo de cambio, por cierto. Ya con nuestras kunas en el bolsillo, nos fuimos a la parte alta de la ciudad, subiendo por la Radiceva Ulica, en busca de la Puerta de Piedra donde hay una capilla muy venerada por atribuírsele poderes milagrosos, pero estaba cerrado por obras. Seguimos en busca de la iglesia de San Marcos, construida en el S. XIII y reconstruida en el XIV. Es, sin duda, imagen representativa de la capital croata, famosa por su colorido tejado con los escudos de armas de Zagreb y Croacia:
En la fachada de la foto anterior llaman la atención las 15 figuras contenidas en 11 nichos que representan a María, José, San Marcos con el león y los 12 apóstoles (alguna figura pendiente de su remodelación):
Bajamos por la calle de San Cirilo, pasando por el ayuntamiento y por la concatedral greco-católica de los Santos Cirilo y Metodio:
En esa misma calle está el Museo de las Relaciones Rotas, creo que único en el mundo, y seguido está la plaza Catarina, donde se ubica la que dicen que es la iglesia más bonita de Zagreb y donde más gente se casa. Fue construida por los jesuitas. No la pudimos ver por dentro porque estaba cerrada:
Por la derecha de la iglesia se entra a una plazoleta desde donde se tienen las mejores vistas de la ciudad, con las imponentes torres de la catedral de Zagreb (una de ellas en reparación) y el bonito campanario  de la iglesia de Santa María de Dolac:
Por unas escaleras laterales en esa misma plazoleta, fuimos bajando de nivel (estábamos en la parte alta de la ciudad), callejeando y aprovechando cualquier detalle para hacer un poco el ganso:
En uno de esos niveles, está la parada del funicular, que salva la altura desde la calle Ilica, por la que habíamos accedido al centro de la ciudad, hasta el casco viejo o Gornji Grad. En uno de los 2 vagones azules que funcionan se puede hacer el trayecto en funicular más corto del mundo: en 64 segundos recorre los 66 m. de distancia, salvando 50 m. de altura
Nosotros bajamos por escaleras y callejuelas (muy fácil y rápido) hasta llegar a la plaza Dolac, donde se montan los puestos de mercado todos los días (productos agrícolas frescos de la zona, ropa, plantas, flores,...) pero por la mañana. Nosotros solo vimos puestos de recuerdos. En una de las entradas a la plaza, en lo alto de unas escaleras, está la Kumica Barica, una estatua en homenaje a la mujer campesina (a la que parece que se le han caído las manzanas de la cesta, rodando por la escalera):
Cruzando la plaza llegamos al barrio Kaptol donde encontramos la catedral de Zagreb, dedicada a la Asunción de María y a San Esteban y San Ladislao, cuyas esbeltas e inconfundibles torres se pueden ver desde toda la ciudad; frente a la catedral está el monumento Holy Mary, una dorada (pero que muy dorada) imagen de la virgen subida en una columna sobre una fuente con 4 ángeles también dorados que representan las 4 virtudes cristianas (fe, esperanza, inocencia y humildad) y 4 bocas por las que sale agua. A la derecha de la catedral está la Archidiócesis de Zagreb:
Detalle de la dorada Virgen:
A la izquierda de la catedral (si miramos de frente), sobre un muro, está el antiguo reloj de la catedral parado en la hora en que dejó de funcionar tras el terrible terremoto de 1880 que destrozó la catedral. También hay 2 pináculos: uno muestra como eran las torres de la catedral y la otra como son ahora (o serán cuando acaben la remodelación):
Y ya nos dedicamos a pasear por las calles más céntricas, peatonales, llenas de bares, restaurantes,..., buscamos la calle del Puente Sangriento, el túnel Gric, no pudiendo evitar pensar en las terribles escenas que se habrán vivido en esta zona durante las diferentes batallas que han asolado la ciudad, las últimas hace poco más de 20 años... Cuando nos pareció, buscamos un sitio para cenar, que por esas calles hay muchos restaurantes y bares. Bien. Y nos fuimos tranquilamente para nuestros aposentos, que ya estábamos cansados. 
¿Mi sensación de la capital de Croacia? pues estupenda, me pareció una ciudad pequeña, muy tranquila y acogedora, un sitio perfecto para ir adaptándote a un país diferente, sobre todo en el tema de su lengua, que aunque allí todo el mundo habla inglés, con lo cual no hay problema de comunicación, el tema de desenvolverte  buscando los sitios turísticos, no es tan fácil, los nombres en croata son... indescifrables, imposibles de repetir!!!
Al día siguiente habíamos quedado pronto con la dueña del apartamento. Llegó puntual y nos fuimos. Bueno, aquí quiero explicar que todas las estancias las reservamos a través de Booking y todas han sido apartamentos. En general, allí nos ha parecido que no hay muchos hoteles pero en todos los edificios hay carteles indicando este tipo de apartamentos de alquiler, perfectamente señalizados, cuidados y organizados. No hemos tenido ningún problema, al contrario, creo que hemos acertado con todos, hemos tenido mucha suerte.
Cogimos el coche y nos fuimos hacia nuestro siguiente destino, los Lagos Plivitce, a unos 130 km. Por el camino me di cuenta de una cosa que me hizo pensar... Vi aquellos pueblos del interior de Croacia como eran aquí cuando yo era pequeña, con las casas rodeadas de su huerta, con árboles frutales, ... Aquí, ahora, las casas forman parte de urbanizaciones, o son edificios de pisos o son casoplones rodeados de verjas o de altos setos, donde los árboles frutales se han sustituido por preciosos árboles ornamentales. Nunca antes había sido tan consciente del cambio sufrido en ese aspecto...
Bueno, una vez superado este rato nostálgico, seguimos con los Lagos. La idea era pasar el día en los lagos y dormir en la zona. No fue fácil encontrar dónde porque, aunque hay muchas casas destinada a esto, ya estaban ocupadas. Al final, encontré un sitio. Precioso. Una casita que tenía la parte de arriba destinada al alquiler: un apartamento con 2 habitaciones, cocina americana y baño, siempre con wifi. Estaba a menos de 1 km de la entrada 1 del parque (tiene 2 entradas), con lo que dejamos allí el coche cuando llegamos y nos fuimos andando:
Los aparcamientos (de pago) del Parque estaban ya a reventar y la cola para sacar las entradas ni os cuento. Costaba 250 Kunas por persona (algo más de 30 €). Una vez que entras puedes hacer varias rutas,  más o menos largas. Nosotros, como la mayoría, elegimos la ruta C, unos 8 km., con la que llegas a todos los lagos, cruzando el lago grande en barco y bajando un tramo en una especie de trenecito, todo incluido en el precio.
El Parque Nacional de los Lagos de Plitvice es una reserva forestal de 295 km², con 16 lagos en cadena, alimentados por el río Korana, 
a diferentes alturas, en los que el agua va pasando de uno a otro formando preciosas cascadas. Cada lago tiene un nombre en función de quién haya muerto en él: uno se llama de la abuela, otro del gitano,...
La primera cascada que vimos es la única que, precisamente, no procede de los lagos sino de un riachuelo. Es la gran cascada Veliki Slap, de 78 m. de altura, la más grande de Croacia, a la cual se accede por un camino en zig zag, cruzando por un puente y unas pasarelas de madera:
Es el principio de una sucesión de senderos entre los lagos que te van conduciendo de uno a otro, acercándote a otras altas caídas:
O permitiendo que el agua casi te salpique en su rápido transcurso por entre piedras que parecen protegerse con musgo:
Entramos en una cueva por la que pudimos ascender a otro nivel para tener esta perspectiva:
Bajamos de nuevo al sendero que bordea o cruza los lagos:
En cualquier momento, y precedido de un sonido que ya te dice que te vas a encontrar con otro salto, esto:
Pero también había remansos de paz, donde los patos conviven con los peces, a veces perseguidos por ellos:
Aguas azul-turquesa, aguas vivas, aguas alegres, aguas inquietas, aguas curiosas, aguas vigorosas, aguas pacíficas...:
Llegamos al lago Kozjak, el más grande y profundo, el que se cruza en barco. Su nombre hace referencia a las 30 cabras que, osadamente, lo quisieron cruzar cuando estaba congelado y murieron en el intento. Mide 2,5 km de largo:
Allí hay un área recreativa con un bar donde se puede comer, cosa que hicimos mientras esperábamos para embarcar.
Había varios barquitos surcando las tranquilas aguas en una y otra dirección:
Los patos y los peces están acostumbrados a la gente y a los barcos (son eléctricos, no hacen ningún ruido), se acercaban con tranquilidad:
El trayecto en barco dura unos 20 minutos en los que no daba abasto a mirar a todas partes (y a hacer fotos, claro). En aquella orilla se apreciaba el fenómeno del travertino, rocas formadas por la acumulación y sedimentación de musgos y otros minerales arrastrados por el agua a lo largo del tiempo:
Mirando hacia atrás, las tonalidades y los reflejos cambiaban constantemente:
Y así cruzamos el lago y seguimos nuestra andadura ahora por los lagos de la parte alta. El espectáculo continúa:
Ese día el cielo estuvo con nubes y claros, lo que daba diferentes reflejos al agua:
En cualquier curva te podías encontrar con esto:
Y casi caminabas por debajo:
La vegetación en algunos puntos, exuberante:
El agua deslizándose entre plantas: 
En otro momento la senda te subía un poco más arriba para poder apreciar el enorme bosque de hayas, principalmente, con el agua deslizándose perezoso:
Pasarelas de madera permiten cruzar algunos cauces:
Y así seguimos ascendiendo hasta el final de la ruta. Nos pareció que la última parte estaba más descuidada, como más sucio. Al final hay otra zona con WC, un bar y unas mesas donde descansar y tomar algo. Después de un rato cogimos el bus-tren que nos bajó un tramo por la otra orilla de los lagos, pasando también por la entrada 2. La última parte ya hay que hacerla andando, sin cansarnos de ver ese paisaje:
Apreciando cómo el agua pasa de un lago a otro:
Y llegamos al principio, entendiendo el motivo por el que la UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad en 1979 y el por qué ha sido candidato a convertirse en una de las 7 maravillas naturales del mundo. Y me parece maravilloso que hayan hecho posible que la gente como nosotros podamos disfrutar de ello, habilitando sendas que nos permiten pasear tan cerca de estos paisajes tan singulares:
Acabamos a las 6 y pico de la tarde. Tomamos una merienda-cena en el restaurante de la entrada, pensando en cómo puede llegar a ser la vida de contradictoria. En estos lagos, hoy tan llenos de vida, se prendió la última mecha que dio lugar a la terrible tragedia de la guerra  de la ex-Yugoslavia en 1991.
Bueno, a la mañana siguiente, nos levantamos, nos despedimos de los amables dueños de la casita y nos fuimos rumbo a la costa. Pasamos por una carretera de montaña que en algún momento nos recordaba a puertos de por aquí:
Pero en los 120 km, aproximadamente, que separan los lagos de Zadar, nuestro primer pueblo de costa, vimos muchos tipos de paisajes. Cerca de nuestro destino pasamos por el puente Maslenicki, pensando que por debajo pasaba un río, pero no,  estábamos cruzando el estrecho que separa el Adriático del mar Novrigradsko (¿son o no son irrepetibles los nombres croatas 😰😰?:
Y llegamos a Zadar, en la región de Dalmacia. Aparcamos junto a la Puerta del Mar, que comunicaba el puerto con el mercado, en la zona antigua. Nos dirigimos hacia los restos del foro romano, pasando junto a la iglesia de San Crisógono, de estilo románico: 
Sin duda, es más bonita por detrás, con sus 3 ábsides semicirculares  y una bonita galería en la central:
Ya en el foro, vimos la iglesia de San Donato y la torre de la catedral:
Al otro lado del foro está la iglesia de Santa María (Crkva sv. Marije):
El Pilar de la Vergüenza se utilizaba para encadenar a quien hubiera cometido alguna fechoría, para ridiculizarle:
Y dando la vuelta encontramos la fachada principal de la catedral, con sus dos rosetones y sus múltiples arcos ciegos. Para poder entrar tuve que bajarme un poco mi pantalón corto (nunca entenderé esas cosas). Por dentro tiene un techo de madera que lo diferencia de otras:
Y por una zona ajardinada, entre restos de columnas romanas, caminamos hasta el mar:
Y allí estaba el famoso Saludo al Sol o Pozdrav Suncu (¿a que leyendo ese nombre en croata ya te haces una idea de lo que es?, uuuufffff). Bueno, pues se trata de un circulo de 22 m. de diámetro formado por 300 discos multicapa colocados al mismo nivel del pavimento. Debajo del cristal hay placas solares que absorben la luz solar y la transforman en energía eléctrica que es utilizada para iluminar el circulo por la noche: 

Junto a este círculo está el llamado Órgano Marino. Es un paseo con escalones en cuyo interior hay una serie de tubos dispuestos de tal manera que al meterse el aire empujado por el mar produce acordes que se escuchan al pasear por allí:
Nos llegamos hasta la Porta de Terrafirma, otro de los accesos a la ciudad, donde destaca el león de San Marcos, construida durante la época en la que Venecia dominaba la zona:
Tomamos algo en el centro y nos fuimos al coche. Enfrente, al otro lado de la bahía, está la ciudad nueva, unida al casco antiguo por un puente.
Comimos un poco más adelante, junto a una playa, y nos fuimos hacia Sibenik. Aparcamos donde pudimos y nos fuimos al centro histórico. Pasamos junto a la iglesia católica Gospe van Grada, de bonita estructura, junto a un parque con una original fuente donde vive una familia de tortugas:
Enseguida se cruza a otro parque por el que se va bajando hacia otro parque al final del cual está la estatua y la iglesia-museo de San Francisco:
Y ya estábamos junto a la desembocadura del río Krka:
Caminamos un poco por el paseo y nos metimos por una callejuela siguiendo una música que oíamos. Era la gente de una boda que estaba bailando en plena calle, con mesas preparadas con comida, todo un poco raro.
Enseguida llegamos a la Plaza del Ayuntamiento, porticada, donde estaban cantando en un escenario, con cámaras y gran despliegue de medios. Seguía siendo todo raro. Por la noche, viendo la tele, nos enteramos que era un concurso muy famoso. Y nosotros de testigos:
A esa plaza da también la Catedral de San Jacobo, cuya construcción duró más de 100 años y que llama la atención por su enorme cúpula, de 32 m. de altura y por las 74 cabezas muy expresivas construidas en un friso de las paredes laterales de la catedral. Está construida únicamente en piedra blanca y marmol procedente de la isla de Brac (de la misma procedencia de las que se utilizaron la Casa Blanca en EEUU). Había otra boda y no pudimos entrar (iba de bodas). Está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. No tiene campanario: 
Es una ciudad de angostas y empinadas calles, ya que está construida en la ladera de una montaña:
Pasando junto a un jardín medieval, para cuyo disfrute hay que pagar (cosa que no hicimos), llegamos a la parte más alta, el Fuerte de San Miguel con maravillosas vistas:
Y así nos fuimos de Sibenik, ciudad natal de Drazen Petrovic (cuya tumba está en el cementerio que vimos en  Zagreb) y del inventor del paracaidas, fue la primera ciudad del mundo en utilizar la corriente alterna, la ciudad croata con más escaleras y donde se rodó la 5ª temporada de Juego de Tronos.
Nos dirigimos hacia Primosten, a unos 30 km al sur. Nada más pasar el puente Morinski hay una especie de mirador junto a la carretera desde el que se ve la isla Krapanj, la más pequeña y baja isla habitada de la costa croata, cuya población se dedicaba a la pesca de esponjas:
Por el camino, una carretera que en su mayor parte transcurre paralela a la costa, imágenes como esta:
Y llegamos a Primosten, un pueblo medieval con mucho encanto, ubicado en lo que fue una pequeña isla finalmente unida a tierra firme por una lengua de tierra y que resultó ser el preferido de mi hija:
En la parte más alta, dominando el pueblo, está la iglesia de San Jorge, rodeada por tumbas que te hacen pensar en la pena que supone que sus habitantes ya no puedan disfrutar de su situación privilegiada:
Pero la gente que visite a sus muertos lo disfrutará muchísimo, porque el sitio es espectacular:


Volvimos a bajar por las callejuelas empedradas justo cuando el sol...:
 ...nos dio esta oportunidad:
Eran las 19:50 h (lo acabo de comprobar en las fotos). Teniendo en cuenta que era un 18 de agosto y que allí tienen la misma hora que en España, el hecho de que anocheciera tan pronto me tenía un poco trafulcada la cabeza 😕, la verdad...
Finalmente desapareció rodeado de una fiesta de colores, sin preocuparse por mi confusión mental:
Estuvimos otro rato junto al mar y ya nos fuimos con la intención de visitar Trogir, a media hora de distancia, aunque fuera de noche, pero había tal lío de coches y de gente, que entramos por un lado y salimos por otro, una lástima porque, por lo que he leído, debe ser un bonito lugar, con muy buenas playas... Otra vez será y lo cuadraré para pernoctar una noche por esta zona, que precisamente por sus playas tiene mucha oferta turística.
Eso sí, no pude resistirme a hacer una foto a la catedral, que recopila todos los estilos arquitectónicos, aunque fuera por la parte de atrás y sobre la marcha:

Desde aquí ya nos fuimos a Split, a otros 30 km. aprox., donde íbamos a pernoctar las 2 noches siguientes. Llegamos como a las 10 de la noche (lo habíamos avisado) y ya nos estaban esperando.
Pero esta es otra historia... que os contaré próximamente!!!! 
Concretamente, os voy contando las siguientes partes en este post y en este otro.

2 comentarios:

  1. Hola,soy Jose,hay va mi comentario sobre este viaje.Lo primero darle las gracias a mi hija por este viaje.Segundo darle las gracias a Mari Mar por preparar este viaje.Todo lo que a movido para que encajasen viajes en avion,coche,barco,apartamentos,buscar sitios para visitar,etc,...Todo muy bien encajado.perfecto..

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    1. Un Jose con flequillo rubio!!! jajaja. Podías haber cerrado sesión hombre, que parece que me lo escribo yo.
      Bueno, yo preparo los viajes, que para eso tengo más tiempo, pero tú vas con una actitud maravillosa, siempre dispuesto a todo lo que yo propongo, que a veces entiendo que tiene su "aquel", siempre te muestras paciente. Así que las gracias a ti!!! Y de nuestra niña pues qué voy a decir, que estoy encantada con que se apunte a nuestros viajes. Lo aprovecho a tope, por si se acaba (acaba agotada, la pobre...) En fin, que muchos besos!!!

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