lunes, 3 de diciembre de 2018

PICO TRES MARES- BRAÑAVIEJA



Teníamos ya ganas de hacer una rutita de esas que tanto nos gustan. La idea era una en la que pudiéramos andar por encima de algo de nieve, aunque tampoco tanta como para complicarnos demasiado, algo parecido a la que hicimos el invierno pasado, bueno a principios de este año, esta concretamente, por la zona del Asón. Para cuando hemos querido hacerlo ya quedaba poca de la nieve que cayó hace unas semanas, pero bueno, no estuvo mal tampoco. ¿Nuestro objetivo? el pico Tres Mares, en la Sierra de Híjar, justo en el límite entre Cantabria y Palencia. 
Así que a mediados de noviembre, de buena mañana, con buen pronóstico del tiempo en cuanto a lluvias aunque con bajas temperaturas, nos subimos a Alto Campoo con la intención de subir en el coche hasta el mirador de Fuente del Chivo, donde hay un aparcamiento, pero el acceso estaba cerrado un poco más arriba de Brañavieja. Dejamos el coche y esta fue nuestra primera vista con el Cuchillón de frente y el aparcamiento y las instalaciones de la estación de esquí de Alto Campoo al fondo del valle, en la Campa de la Calgosa:

Aunque había poca nieve, había mucha humedad, con agua corriendo con fuerza por algunos barrancos:

Según cogíamos altura se iba ampliando nuestra perspectiva sobre las pistas de la Estación de Esquí de Alto Campoo:
Detalle de la balsa de las Hoyas que alimenta a los cañones de nieve, para la innivación artificial de las pistas, y motivo de grandes líos políticos en el pasado:
Los colores también aquí, un poco más arriba del restaurante del Chivo, en lo que pudiera parecer un lugar inhóspito, me sorprenden. Y ellos... como niños!!:
Otras veces como auténticos exploradores de nuevos mundos, enfrentándose (ellos solitos) a mil y una aventuras indescriptibles:
Pero no, no era un planeta desconocido. Hemos llegado al aparcamiento del collado de la Fuente del Chivo, donde hay un refugio y un bonito poema de Gerardo Diego. Al fondo, un paisaje más acogedor nos recuerda que estamos en Cantabria infinita, donde, junto a la blanca nieve y los verdes valles (Polaciones), los Picos de Europa  a la izquierda, ponen otro tono gris en el paisaje:
Detalle de los Picos de Europa con mi super zoom 😀😀, por encima de Peña Labra:
Pero nosotros seguimos sobre nuestra alfombra ... blanca:
Y a la vista, nuestro destino, el pico Tres Mares, dirigiéndonos a lo que pensábamos que era el pico, donde había unas antenas. En la foto, se ve a una pareja, que, por cierto, tuvimos que esperar a que se bajaran porque no había sitio para más. Pero....ERROR, aquello no era lo más alto. Es que según íbamos subiendo, que lo hicimos por la parte más pendiente, no veíamos la otra cima, a la derecha. Y todo ello, en un entorno donde parecía que hubieran echado nata por encima y se hubiera desbordado:
Pues allí estábamos nosotros junto a los postes metálicos, sentados en la roca para no perder el equilibrio, en medio metro cuadrado, viendo la parte final de la ruta que habíamos echo y sin imaginar que más tarde íbamos a hacer otro "dos mil", el segundo del día, el señalado con la flecha:
Allí encaramada, ya me percaté de una banda nubosa, muy espesa por cierto, que teníamos hacia la parte de la montaña palentina. Yo pensaba:"uuuuffff, como eso venga para acá, tenemos un problema...":
Bueno, nosotros seguimos disfrutando de aquel día tan luminoso (y frío, muuuuuy frío ⛄⛄). Bajamos del otro pico y subimos al verdadero pico Tres Mares, con un mirador, un monumento al montañero y otros complementos:
En efecto, hay una especie de Belén hecho con una plancha de hierro. La verdad es que es bonita, pero me llevé una gran desilusión porque había visto fotos como esta y me imaginaba que era una escultura grande. Pues no, es muy pequeña, que no os pase como a mí, en la foto de arriba se ve a la derecha de mi marido, para que os hagáis una idea:
Desde esta cima, que por cierto, está a 2175 m sobre el nivel del mar, se ve la crestería de Peña Labra con el pico homónimo al final de la misma (cordillera Cantábrica), aunque en ese momento no lo sabíamos. Teníamos idea de llegar hasta ese pico pero...:
...De repente nos percatamos de cómo aquella nube densa que veíamos al fondo empezó a correr, bueno, a volar hacia nosotros. En 5 minutos apenas veíamos unos metros por delante, así que nuestro plan de llegar a Peña Labra se truncó. Como no sabíamos qué iba a pasar y por si la cosa se ponía más fea, decidimos tomar el camino de vuelta, ya no veíamos el fondo de la estación de esquí:
De repente se pasaba un banco de niebla y la visibilidad volvía a ser perfecta:
Así fuimos bajando hasta llegar a la explanada del collado de la Fuente del Chivo, donde nos dimos cuenta de la cruz que está un poco más arriba del refugio, en el pico de la Fuente del Chivo, y que al subir no habíamos visto:
Allí coincidimos con una pareja que nos dijo cuál era Peña Labra exactamente. Decidimos comer en aquel entorno, buscando un sitio protegido del frío viento (una cosa muy curiosa que nos pasó es que el punto donde menos frío hacía, donde apenas se movía el aire fue justo en la cima del Tres Mares; allí, a pesar de ser el punto más alto hacía muy buena temperatura). 
Comimos viendo el valle de Polaciones y todos sus pueblos: Uznayo, Tresabuela, Pejanda,..., incluso un poco del embalse de la Cohilla. Después de comer, en vista de que la niebla desapareció, bueno, más bien se replegó (como se ve en la foto), decidimos subir al Cornón, de 2125 m de altura, el pico más alto de la sierra del Cordel, seguida de la sierra de Híjar (a la que pertenece el Tres Mares), nuestro segundo "dos mil" del día en nuestra segunda sierra. 
Al ascender íbamos viendo el camino recorrido hasta el Tres Mares (que se llama así precisamente porque desde su cumbre se vierten aguas hacia los tres mares que rodean la península: al río Nansa que desemboca en el mar Cantábrico, a un afluente del Pisuerga, a su vez afluente del Duero que desemboca en el Atlántico y al río Híjar cuya surgencia en Fontibre da lugar al nacimiento del Ebro que desemboca en el Mediterráneo). 
En la foto, el Tres Mares es el pico más alto, a la izquierda y la foto está tomada desde media altura del Cornón:
Y en el tramo final de la subida al Cornón otro espectáculo inexplicable para mí, una ignorante en temas de geología en cualquiera de sus disciplinas. Nos encontramos con un montón de losas que parecían haber caído del cielo esparciéndose a su libre albedrío cuesta abajo. Es que no veíamos de donde se podían haber desprendido. No sé, no lo entiendo. Si alguien tiene a bien explicármelo... por favor 🙏🙏!!!
Otra vez mi explorador favorito antes de enfrentarse a otro mundo un paso más allá:
Al fondo, los ojos más avizores, que no son los míos, vieron el mar Cantábrico:
En la cumbre, este monumento al montañero, que también sirve de buzón, una mochila metálica:
De nuevo, bajando, la explanada de la Fuente del Chivo, el pico con la cruz y la alfombra blanca (y mis dos compis que no me esperan 😱, los pobres, aburridos de mis fotos 📷...)
Al bajar hicimos algún tramo campo a través, por lo que serán las pistas cuando haya nieve, entre los postes de los remontes, intentando entender cómo será todo esto con nieve, en pleno funcionamiento, porque aunque hemos estado en temporada alta, no nos hemos fijado en las pistas y los remontes y telesillas:
En la campa de la Calgosa, llama la atención la cinta transportadora, para los esquiadores más noveles, de 180 m de longitud, con un 8% de pendiente:
Y así acabamos un día de ruta, en la que anduvimos alrededor de los 10- 12 km (nuestros aparatos de medición no se pusieron de acuerdo, o unos corrieron por el frío u otros se congelaron y se les pasó algún metro sin contar...).
Esta es, más o menos, una referencia del recorrido:

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