lunes, 31 de julio de 2023

RUTA DEL ALBA, PARQUE NATURAL DE REDES, ASTURIAS- ll

Siguiendo con la escapada que hicimos al P. N. de Redes en el Principado de Asturias, al día siguiente de recorrer el desfiladero de los Arrudos (os lo conté con más detalle aquí), hicimos la Ruta del Alba, una fácil excursión que comienza en Soto de Agues, cerca de Campo de Caso, donde teníamos nuestro alojamiento, a la otra parte del embalse de Rioseco.
Dejamos el coche en un aparcamiento a la entrada del pueblo y comenzamos la ruta. Nosotros y muchos más. Está declarada Monumento Natural.
Se trata de una senda de pequeño recorrido, PR-AS 62, hormigonada en parte de su trayectoria y con un encanto especial, por momentos casi parecía sacado de un cuento:
 El sendero sigue de cerca el curso del río Alba, a veces por espacios esculpidos en las rocas:
Distintas cascadas adornan el recorrido:
Algunas cayendo desde bastante altura y en varios saltos:
En ocasiones no sabíamos a dónde mirar. Las paredes rocosas que nos rodeaban, la abundante vegetación,...:
Por rincones donde parecía imposible que pudiera correr el agua, aparecía otro chorro vertido al Alba, del que no veíamos ni el principio ni el final:
Otras veces el agua caía a pozas de las que después salía serenamente:
Las formaciones rocosas parecían proteger el desfiladero por el que transcurren las aguas del río:
Creo que era cerca del final donde estaba una de las cascadas más fotografiadas de esta senda y que casi no se veía por la espesura de la vegetación:
Esto sí que estaba al final del recorrido. Los paredones de la Peña Les Mures y del monte Llaimu, a una y otra orilla del río, casi se tocaban, enmarcando el paisaje de ambos lados como solo la naturaleza sabe hacerlo:
La ruta termina en la Cruz de los Ríos, donde confluyen varios arroyos que dan lugar al Alba. Hay un refugio y alguna mesa de picnic donde dimos buena cuenta de los bocatas que todos los días nos preparaban en el bar donde desayunamos por la mañana.
Tras descansar un rato nos pusimos en marcha. Hicimos el retorno por el mismo camino excepto el último kilometro y pico que cruzamos al otro lado del río por un puente de madera. En esta senda opcional, paralela aunque más elevada, hay un pequeño mirador desde el que se tiene esta panorámica que nos permite ver que, aunque el protagonista principal de esta ruta es el agua, con sus numerosas cascadas, sus remansos, pozas, rápidos,..., lo demás también era precioso:
Y así, habiendo recorrido unos 14 km de poca dificultad, apenas 200 m de desnivel, volvimos a Soto de Agues pasando por la iglesia parroquial de San Andrés, rodeada de montes espectaculares:
Nos dimos una vuelta por el pueblo y sólo nos faltaba cruzar el puente medieval y estábamos en el aparcamiento. Nos tomamos un café en un bar al lado y nos fuimos:
Cuando llegamos a Campo de Caso 2 días antes, paramos en Rioseco, al borde del embalse y ya vimos que al otro lado, encaramado a media montaña, había un mirador. Pues este día, como era pronto cuando acabamos la ruta del Alba, buscamos la forma de subir a ese mirador. Vimos que se subía desde Villamorey. Nos cogía de paso, así que paramos y desde allí subimos andando al  área recreativa que está en la ruta al Torreón de Villamorey:
Desde allí se ve Rioseco y el marco azul donde nos hicimos una foto cuando llegamos:
También se tiene una amplia visión del embalse, de las montañas que lo rodean y de la carretera que seguimos para entrar y salir del P. N. de Redes:
Bajamos otra vez a Villamorey, un pueblo, por cierto, con muchos horreos:
Nos fuimos al hotel, parando un poco antes para hacer una foto del pueblo, Campo de Caso:
Charlita con el dueño, contándole nuestras andanzas del día, ducha y bajamos a tomar una sidrina al pueblo para después cenar (en el mismo sitio las 3 noches, muy bien). 
Al día siguiente teníamos intención de subir al puerto de Tarna, donde nace el río Nalón, para bajar por Riaño, ya en la provincia de León, pero nuestro amigo, el dueño del hotel, nos dijo que las previsiones meteorológicas no eran buenas, la carretera mala, de montaña, y no íbamos a ver nada, así que desistimos y, efectivamente, el día siguiente amaneció muy lluvioso y allí arriba, cerrado de niebla, así que nos bajamos a Oviedo, donde comimos y después para casa, con pena porque pasamos unos días estupendos.

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