jueves, 13 de julio de 2023

GALIZANO - AJO, CANTABRIA

 

Esta vez hicimos el tramo de costa cántabra que va desde la playa de Galizano hasta Ajo para enlazar esta ruta Loredo- Cucabrera con esta otra Ajo y la Ojerada, persiguiendo siempre mi objetivo de caminar la costa de Cantabria al completo (ya casi lo tengo).
En esta ocasión nos acompañó mi cuñado.
Así que a las 9 de la mañana y después de dejar el coche en un parking que hay antes de bajar a la playa de Galizano, comenzábamos nuestra ruta, con un cielo precioso:

La playa de Galizano se forma en la desembocadura de la ría la Canal (o del río Herrero, no lo tengo muy claro), y, al ser estrecha, hay que tener en cuenta las mareas: si está alta no se puede cruzar para subir al suave acantilado de la parte derecha como hicimos nosotros (también se puede llegar a esa parte en coche):

Detalle de las vistas desde ahí (con mucho zoom): faro de Cabo Mayor, en Santander:

Una vez alcanzada esa parte del acantilado comenzamos a andar por pistas anchas y claras, con un bosque a nuestra derecha y el mar a la izquierda:
Y así, enseguida, se llega a la entrada de la cueva de Cucabrera:
La verdad es que ha conocido tiempos mejores:
El paisaje que se ve desde allí, hacia Santander es... definidlo vosotros mismos:
Saliendo de la cueva hay una zona vallada con mesas de picnic:
Y otra vez en lo alto del acantilado, que, en realidad, no es muy alto, pero sí lo suficiente como para permitirnos tener una buena perspectiva del dibujo costero:
Pasamos, como es tradición, junto a la ermita de San Pantaleón, bueno, lo que queda de ella, aunque su espíritu permanece intacto: en la campa que lo rodea se sigue celebrando una misa y comida campestre posterior el día del santo, en su honor:
Y como también es tradición, en estos post no pueden faltar fotos de animales de la tierra, en esta ocasión de la familia de los équidos. Me llamaron la atención porque, aunque la yegua me pareció normal, el potro era algo raro, yo  no había visto nunca uno con la crin así, la verdad, y he visto algunos caballos en mi vida...:
En algunos tramos nos metíamos un poco tierra adentro para, enseguida caminar directos al mar:
Siguiendo la ruta, unas veces cuesta abajo:
El camino de tierra que se ve en la parte izquierda de la foto es la cuesta que estábamos bajando en la foto anterior, aunque no lo parezca:
Lo que unas veces bajábamos, otras subíamos:
Santander cada vez un poco más lejos, pero siempre referente:
Par salvar algunas dificultades, puentes de madera:
Y si no había puentes, ni ascensor o escaleras mecánicas.... piernas!!:
Llegamos al cabo Quintrel, con su vértice geodésico:
No me puedo resistir a poner esta foto:
Ya con vistas a la parte de la costa más oriental de nuestra ruta, con el cabo de Ajo:
Aquí ponemos las puertas donde queremos, ¿vale?:
No me canso de ver estos colores tan nuestros:
Y llegamos a la playa de Antuerta, rodeada de acantilados y frecuentada por surfistas:
Pero nosotros continuamos para... la siguiente playa, la de Cuberris, colindante con la anterior aunque más grande y de más fácil acceso:
Y con una pintoresca fuente:
A partir de la playa entramos en terreno conocido (lo anduvimos haciendo la ruta de Ajo y la Ojerada); el acantilado cambia un poco su morfología: Ahora las rocas negras parecen ganarle la partida a los verdes pastos: 
Y así llegamos a nuestro principal objetivo: el (ahora) colorido faro de Ajo, pintado por el artista cántabro Okuda, que en su momento fue objeto de controversia pero que hoy creo que todo el mundo está de acuerdo en que supone un gran valor añadido para la zona, al menos desde el punto de vista del turismo :
Detalle de  la obra inspirada en la fauna de Cantabria, utilizando más de 100 colores:
¿Pudiéramos decir que este miembro de la fauna se mimetiza perfectamente con el entorno?:
Y ya nos llegamos a los enigmáticos ojos de la Ojerada:
El regreso lo hicimos, como casi siempre, por pistas más interiores. Así es como vimos el santuario de San Pedro de Sopoyo (más conocida como la ermita de San Pedruco), en cuya campa se celebra una comida multitudinaria el primer viernes de septiembre:
Nos íbamos alejando del cabo de Ajo, tan reconocible por su faro: 
Perspectiva del centro del pueblo de Ajo, la ría de Ajo y el monte Cincho por detrás:
Al final, llegando ya a Galizano, cruzamos por un monte, atajando:
Y llegamos a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción:
Sólo nos faltaba ir hasta el parking de la playa, donde dejamos el coche por la mañana. Habíamos caminado casi 24 km, que no es corta y tiene la subidita (y bajadita anterior) de la zona de la Lastra de las Cuevas, antes de llegar al Cabo Quintres, pero todo merece la pena, os lo aseguro.
Como siempre, adjunto un mapa orientativo de la ruta:

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